lunes, 29 de octubre de 2012

Galicia tradicional

Y sin abandonar nuestra querida y apreciada Galicia, llegamos a una de las capitales algo olvidadas de dicha comunidad: Lugo, la capital más vieja de las cuatro. Y allí gozamos con la gastronomía que nos ofreció el Mesón de Alberto, el cual está situado en el centro de la ciudad, dentro de la muralla y en una de las calles más concurridas. Algo más de información; este restaurante se fundó en el año1975 por parte de su actual propietario y hoy en día sigue siendo un negocio familiar pues trabaja en el toda la familia. Buen síntoma.





Últimos detalles antes de entrar en materia, para que se hagan una pequeña composición de lugar, y siempre tratando de no ser demasiado prolijo. En cuanto a la decoración está basada en la piedra y la madera, con unos ornamentos clásicos, pero nada recargados. Importante señalar (para que no se equivoquen) que el restaurante está dividido en tres plantas. En la planta baja está la barra y la tapería, donde se puede tapear, hacer una comida rápida ó degustar una botella de vino que uno mismo puede elegir en la vinoteca. En la 1ª y 2ª planta están repartidos los diferentes salones del restaurante, entre ellos, los salones privados. A su elección personal.


 
Y para sorpresa de la mayoría, esta vez no optamos por el apreciado marisco gallego. No sean malpensados y crean que el motivo fue la actual crisis. Simplemente, decidimos darle su merecida oportunidad a la no menos famosa carne gallega. No obstante, comenzamos el banquete con unas croquetas de colas de cigala, que no me van a negar que algo de marisco desde luego que es...






 
De esta manera, como les he anticipado, todo fue un auténtico festín carnívoro. Empezamos con un entrecot gallego con crema de grelos y fabas de Lourenzá. Todo grande: las alubias (sin rastros de piel, como debe ser), la crema a base de uno de los productos símbolo de la tierra, caso de los grelos, muy fina, y por supuesto, el plato principal, la carne, pura delicia.







 Y con el fin de contrastar la finura del entrecot, decidimos que era una buena ocasión para degustar el auténtico chuletón de ternera gallega acompañada, como no podía ser de otra manera, de los archifamosos pimientos del Padrón. Qué quiere que les diga; escojan el entrecot. Consejo de un amigo.









Y para finalizar, el esperado momento golosón. Por un lado, la tarta de turrón helada casera sobre natilla y almendras. Entre los 3 ingredientes, a destacar sobremanera la textura de la natilla. Ni densa, ni líquida. En su punto óptimo. Bravo. Y lo dice un amante de este dulce clásico...







 Por último, el postre más especial: milhojas de toffe con helado de vainilla y láminas de chocolate. Saben, me gustó tanto el toffe que les voy a perdonar el atentado en materia de hojaldre. Un postre digno no merece una agresión gastronómica semejante, pero... Uno no da crédito a las diferencias de calidad de ambos productos ¿Diferentes cocineros? ¿Ignorancia en la materia? Sea cual sea la respuesta, mi recomendación es "zapatero a tus zapatos"...




En conclusión, lugar en el que la extensa, rica y variada materia prima gallega está al servicio de los paladares más exigentes.


Última visita: 27/08/12
Ver ubicación  Lat: 43º 01' 02.19" N / Lon: 7º 55' 73.32" O        
Calle de la Cruz, 4, 27001  
Lugo, España

982228310
 



martes, 23 de octubre de 2012

Nova cociña galega



Galicia, la bella Galicia, en los últimos años puja por lograr, en lo que a la gastronomía se refiere, uno de los papeles más ilustres y preponderantes de todo el territorio nacional. Si es bien sabida y conocida su variedad y rica materia prima, ahora están impulsando la nueva cocina gallega (como ya lo hicieron en su momento Euskadi y Cataluña), con notable éxito. En ello ha tenido mucho que ver la creación del "grupo nove", cuya filosofía es la innovación. Ya les he hablado en este propio blog de restaurantes de dicho grupo, y seguiré haciéndolo, porque es garantía de éxito. Vaya que sí.






El restaurante, en concreto, del que vamos a disertar en el día de hoy es el Pandemonium. Se ubica en Cambados, una preciosa villa costera de la provincia de Pontevedra, lo que hace la visita completa. Turismo y gastronomía de la mano ¿Qué características podríamos destacar? Por un lado, el gran chef Antonio Botana pretende desarrollar una cocina de autor basada en el producto autóctono y en una búsqueda de ofrecer un plus. Ese valor añadido que digo yo. Por otro lado, señalar que dispone igualmente de una animada vinoteca con barra para chatear y tomar tapas en un ambiente moderno y acogedor. No obstante, en este aspecto una pega. El ruido que sufrimos los pobres comensales proveniente de la barra es ensordecedor. Hay que cuidar la insonorización, queridos amigos... Y el último detalle: la iluminación. Naranja excesivo, como lo van a poder comprobar, queridos lectores, en el testimonio gráfico (Y esta vez no es problema del fotógrafo. De veras...)






Vayamos con el festín, queridos amigos. Esta vez optamos por el menú degustación, puesto que un servidor entiende que en lugares así, dicha elección es menester. Desde luego que el inicio fue vanguardista a más no poder; un aperitivo basado en jurel curado con una masa india, helado de pepino y apio. Conjunción de sabores a la perfección.









Continuemos. Momento de describir los 3 entrantes que tuvimos el gusto de poder degustar. El primero fue, una vez más, una auténtica expresión de innovación en plato. Bonito de Burela, crema de tomate verde y migas de chile guajillo. Apoteósico.








 
Segundo entrante: mariscos de concha sobre un caldo acidulado de algas ¿Saben que sensación se le quedaba a uno al saborear este manjar? Uno sentía el poder de toda la ría gallega en sus papilas gustativas. Innovación, pero con el poder de la materia prima. De eso se trata. Bravo.








 Y para acabar con la sección de entrantes, huevos de lacón, lacón trufado y parmesano. Verdaderamente, el huevo que tuvimos el gusto de paladear era un auténtico huevo de corral, con ese toque sutil que le otorgaba el queso. Ya ven, insisto una vez más, materia prima al poder.












 Y entre los pescados, ¡¡Qué fortuna la mía!! La diosa fortuna estaba de nuestro lado ¡¡El pescado del día era el salmonete en caldeirada!! Y como para un servidor es el pescado más sabroso y exquisito... Además, siempre con esa pincelada gallega que le concedía la suave caldeirada.







 
Y antes de adentrarnos en el momento más dulce, un final tradicional, donde la calidad del producto impera sobre el resto. Un gallo guisado a la antigua usanza ¿Y saben cuál es el mayor éxito de este plato? La simpleza. El producto sabía a pollo salvaje. Si es que uno, lamentablemente, empieza a olvidarse de los sabores de toda la vida.








A falta de uno, dos postres. En primer lugar, el cremoso de chocolate con helado de nata. Si el objetivo era que fuera refrescante, para poder transitar con fuerzas al postre más contundente, propósito cumplido con creces. Si el deseo era otro...








 

Y para terminar, la tarta de yogur. Qué quiere que les diga. El postre en sí estaba realmente rico, pero en un lugar como este, hay que cuidar un poco la imagen, y como pueden apreciar queda muy lejos de una presentación, cuanto menos honorable, ¿no les parece?






No me extiendo más. Simplemente, dos palabras: Galicia calidade.



Última visita: 25/08/12
Ver ubicación          
Calle del Albariño, 16
36630 Cambados, Pontevedra


                                               
986 54 36 38

jueves, 18 de octubre de 2012

Gastronomía maragata

En el día de hoy cambio de tercio gastronómico, queridos lectores. Y no sólo eso; nueva zona geográfica a explorar. Nos adentramos en la bella comarca leonesa, donde la pasión culinaria es realmente notable, y las cantidades ofrecidas son ricas y abundantes. De este modo, optamos por visitar la preciosa Astorga, y una vez allí saciar nuestro apetito y gula en la joya del yantar de dicha población: La Peseta. Lugar histórico donde los haya, desde luego. Contémosla un poquito.




¿Se pueden creer que la historia de este restaurante es la historia de 5 generaciones? Pues así es. Desde finales del siglo XIX La Peseta no ha cesado de dar de comer a miles y miles de personas. Todo comenzó como una pequeña tienda de comestibles y bebidas, que al poco tiempo se convirtió en una casa de comidas. Y desde entonces hasta ahora un sinfín de anécdotas y sucesos, pero hay tanto para contar... A modo de chascarrillo, entre los miembros de una de las distintas generaciones que regentaba el local, existió un carpintero que compaginaba ese noble arte con la cocina, y ¡¡llegó a trabajar en la construcción del Palacio de Gaudí!! ¡¡Albricias!! Bueno, menos historietas y al tema. Señalarles como entrada que no nos inclinamos por el cocido maragato, dada las altas temperaturas, pero si eso exige una visita más, volveremos. Prometido.
 



El inicio fue sabroso, delicado y natural. Productos de la huerta y saludables. En definitiva, un panaché de verduras con todos los ingredientes bien escogidos. Muchas veces no se trata de complicarse y ofrecer lo que no es, escondiendo el verdadero sabor de la materia prima.





Continuemos. Carrilleras con puré de patata. Exquisitas, deliciosas, sabrosas, delicadas... Sobran los adjetivos. Más vale coger cuchillo y tenedor e hincarle el diente. Bravo, bravo y bravo.










Y apoteosis final: solomillo con patatas y pimientos del Bierzo. Si es que cuando hay materia. Pimientos de la zona, vaca gallego-leonesa. Un servidor ama la cocina innovadora, que ofrece un valor añadido, pero no todo es sofisticación en esta vida. No señor.










Y de los postres, otro tanto. Postres naturales, caseros y hechos en casa. Nada de complicaciones, pero resultados óptimos. Por un lado, helado de queso con espuma de frambuesa, el cual sabía a lo que tenía que saber; es decir, a queso.









Y finalmente, el último postrecito. Natillas caseras con mantecado. Siempre es buen momento para degustar un postre tan tradicional y típico de nuestra exquisita y suculenta gastronomía. Eso sí, amigos, caseras... Como era el caso. Cumplían el expediente.

En definitiva, La Peseta ofrece una cocina sin complicaciones, pero eficiente y efectiva, basada en largos y largos años de experiencia. Y eso es de valorar, amigos y amigas.


Última visita: 20/08/12
Ver ubicación          
Plaza de San Bartolomé, 3,
24700 Astorga, León

                                               
987 61 72 75

lunes, 15 de octubre de 2012

Precios estratosféricos

Como bien saben mis queridos lectores, nunca he sido del gusto de hacer mención alguna sobre los precios que establecen los distintos restaurantes, pero la visita a El Madrigal, me ha obligado a ello ¿Dónde está la ética de precios de este local? Una auténtica desfachatez lo que se ofrece por nada. Buen género, sí, pero un precio elevado esconde algo más; se exige un valor añadido, como el de innovar en los platos y cierta creatividad. No es el caso. Quizás los comensales estén dispuestos a pagar dichas cantidades abismales por ver un famosillo. De todo tiene que haber en la viña del señor...






No obstante, tendremos que hablar un poco del lugar y su comida. En cuanto al lugar, la zona es bonita (¡¡Qué menos!!), pues se sitúa en el puerto de Marina Botafoch y dispone de dos estupendas terrazas ambientadas con dos estilos diferentes, las cuales mantienen siempre activo el ritmo del local. Me da la sensación, que la música que escuchamos encarece la factura final (La  SGAE puede estar más que tranquila. Los derechos de autor se pagan sobradamente). Sobre la comida, nada nuevo bajo el sol; cocina mediterránea, revalorizando los sabores intensos de los propios ingredientes. Algo que ofrecen multitud de restaurantes en la propia isla a unos precios mucho más reducidos.








 A continuación detalle del pequeño menú que supuso un gran desembolso. Comenzamos con unas gambas ibicencas a la plancha, que en honor a la verdad, estaban exquisitas. Exquisitez que pasó a segundo plano tras conocer su precio. Supongo que la captura será individual... Por si esto no fuera poco, tuvieron "la delicadeza" de ofrecer siete gambas a dos comensales, como era nuestro caso ¿Ración irracional? En fin, sobran las palabras...







En cuanto al segundo, un gran pescado para compartir. Una rocha bien fresca acompañada de su cebolla y patatas panadera. Problema: aun estoy intentando conocer cuál es el equivalente a la rocha en la península, en caso de que lo existiera. Si alguien lo conoce, estaría encantadísimo que me lo pudiera comunicar. Confío en ustedes...








 Tras este sorbo marinero, pero que económicamente más que un sorbo, fue un auténtico océano, optamos por continuar con la repostería casera. Les confieso que en este apartado sí que fueron más imaginativos. En esta ocasión apostamos fuerte por el chocolate. Primero: trío de chocolates con helado de toffee salado. Gran mezcla de sabores, y mejor presentación, si cabe.








 Segundo, y para acabar con el homenaje al chocolate: coulant de chocolate y helado de vainilla. Satisfecho con lo presentado en el plato. En la línea de los mejores coulants. Cumplió con creces nuestras expectativas. El postre, no se confundan, el postre fue el que cumplió con nuestras expectativas, porque la valoración global...


En definitiva, atraco gastronómico, pero no por la cantidad de viandas degustadas, si no por el importe pagado. Asalto económico que es más notable, si consideramos que la casa no ofrece detalle alguno y aún no ha renovado su página web ¿Escasez monetaria o máxima rentabilidad? Me inclino por este último motivo. Sin embargo, rentabilidad y clientes van unidos de la mano, y estos, lamentablemente, van a dejar de serlo. Para empezar, un servidor es ya un ex-cliente. Por tanto, pan para hoy, hambre para mañana. Ya lo verán.


Última visita: 09/08/12
Web del restaurante (No disponible)
Ver ubicación          
Marina Botafoch
07800 Ibiza (Illes Balears)


                                               
971 31 11 07

miércoles, 10 de octubre de 2012

La cocina creativa de Ibiza

Tras el pequeño fiasco que vivimos con nuestro último restaurante en Ibiza, decidimos que dicha situación requería de un inmediato propósito de enmienda, y vaya que lo logramos. No dudábamos que en esta bella isla existían restaurantes espectaculares, pero dimos con la tecla exacta, queridos lectores. Visitamos La Masía d'en Sort, que probablemente actualmente pueda tratarse, si no del mejor restaurante de Ibiza, en la terna seguro que está.





Antes de entrar en materia, dediquemos unas líneas a las características e historia del restaurante, ya que merece la pena. La Masía es una antigua casa de campo de más de 300 años de antigüedad y a ella acudían los campesinos del entorno de Santa Gertrudis para moler las olivas y obtener aceite en su almazara. Con el paso del tiempo Luis Mata la adquirió para convertirla en un restaurante e ir dándole un toque mediterráneo, con la ayuda de su mujer, la cual fue introduciendo lienzos coloridos y abstractos, ramos de flores secas,  grandes candelabros y cestas de naranjas y limones. Todo ello derivó en lujosos comedores interiores para invierno y un bellísimo patio de naranjos y limoneros para la época veraniega. Magnífico.








Y en cuanto a la fiesta gastronómica, ¿qué podemos decir? Sin ningún género de dudas estuvo a la altura de lo que prometía el establecimiento. Comenzamos la celebración del buen yantar con un pastel de centollo con salsa de marisco y espuma de limón. Vanguardista, sabroso, colorido... Notable alto, amigos.








Más y mejor. Tronco de atún fresco con cebolla y berenjena a la vinagreta templada de aguacate y soja. Pocos atunes tan jugosos he tenido el placer de saborear, y si a eso se uno el arte balear de trabajar la verdura, el conjunto del plato es de auténtico sobresaliente. Otro plato que pasará a los anales de mi memoria gastronómica. Seguro.








Y por último, la dama de nuestros mares: lomo de merluza de pincho al horno con patatas y verduritas verdes a la salsa de erizo ¡¡Cuánta imaginación y qué bien ejecutada!! La salsa para nada mitigaba el sabor de una merluza fresquísima, si no que creaba una conjunción de sabores mágica. Brillante, como el anterior pescado. Y ya ven, no pedimos los clásicos de la isla, entiéndanse rodaballo, dorada, lubina, gallo San Pedro... Esto demuestra que La Masía ha dado un paso más; si con los mencionados pescados maravilla, imagínense con los clásicos...







¿Y los postres? Maestros reposteros podríamos decir, sin temor alguno a equivocarnos. Sirvan como muestra 2 botones. Primer botón: helado de queso casero con ciruelas al te verde y nueces crocantes. Efectivamente se trataba de la pura esencia del sabor del queso a temperaturas frías. Mis elogios.








 

Y el segundo, con el cual terminó la fascinante velada: leche frita con helado de vainilla y salsa de mango. Y todo ello acompañado por múltiples variedades de frutas. En cuanto a la lecha frita, nada empalagosa, que suele ser su pecado capital, y un helado finísimo. Gran traca final.






No me quedan más palabras. Simplemente recordarles que si desean saborear una cocina creativa, vanguardista y mediterránea, no sigan buscando. Este es el lugar adecuado.


Última visita: 07/08/12
Ver ubicación          
Ctra. Sant Miquel, Km. 1,
07800 Ibiza (Illes Balears)


                                               
971 310 228

lunes, 8 de octubre de 2012

Oscuridad gastronómica

¡Por fin llegamos a Ibiza, queridos lectores!! Tras abandonar la bella isla de Formentera, muy a nuestro pesar, nos aventuramos a iniciar nuestro periplo gastronómico por Ibiza, aun a sabiendas que igualar lo que vivimos en aquel entorno iba a ser harto complicado, pues el listón a superar era muy alto. Enfrascados en dicho objetivo, nuestra primera parada fue el restaurante La Brasa. Una sorpresa un tanto decepcionante. Les cuento los motivos.





Sí, no tengo que reprochar nada a su entorno, decoración y diseño; flores brillantes y palmeras, en un patio  lleno de vegetación, y todo ello a los pies de las murallas. Pero y ahora vienen los peros... Las mesas están tan próximas que el espacio vital de cada individuo se diluye como un azucarillo. Más. El overbooking propio de los aviones es toda una realidad; el baile de mesas es tal que el desconcierto se convierte en protagonista no deseado de la fiesta. Continuemos. Ambiente poco gastronómico y muy bohemio, in, Chill-out... Finalmente, tema iluminación. Como acudan de noche, casi no podrán lo que están degustando. El testimonio gráfico da fe de ello. Última recomendación. Vayan sin reloj, o lleven uno de arena, porque de lo contrario la espera se les puede hacer eterna.








Presos del abatimiento, comenzamos nuestra velada gastronómica. No traicionamos a la gastronomía balear y no abandonamos sus platos típicos. De este modo, saboreamos una típica escalivada. Por si no lo saben, Su nombre proviene del verbo catalán escalivar que significa asar a la brasa. Ingredientes generalmente: berenjena, pimiento, cebolla y tomate. Plato sin ningún alarde, pero bien en líneas generales.








Pequeña o media decepción diríamos con la siguiente vianda. Unas gambas al ajillo de un tamaño muy reducido, desproporcionadas totalmente a su precio. Desde luego, que de todas las gambas que tuvimos el placer de poder degustar, fueron las de peor calidad. No me cabe la menor duda.








Y, finalmente, el archiconocido ya (si son lectores habituales) Gallo San Pedro al horno con patatas y pimientos. Si no han tenido la suerte de leer dicha entrada, les facilito el enlace al artículo Entrada Gallo San Pedro. No es momento de comparaciones (no sólo porque sean odiosas), pero si quieren degustar un gran Gallo, harán bien si acuden al restaurante al que hace referencia este último enlace.





Dadas las circunstancias, optamos por la decisión más adecuada y salomónica; desistir de los postres. En conclusión, la gastronomía no es simplemente comer. Son multitud de detalles, y en este caso la oscuridad impera, debido a innumerables motivos.


Última visita: 05/08/12
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C/Pere Sala 3.
IBIZA

                                               
0034 971 30 12 02

lunes, 1 de octubre de 2012

Rodaballo insuperable

Y para terminar el periplo viajero en la isla de Formentera, llega el momento del análisis del restaurante más grande y notable de dicha zona geográfica, en opinión de un servidor. Tal es así que para corroborarlo y disfrutarlo como se merecía, repetimos visita. Apunten el lugar: Gecko. Se trata de un hotel restaurante, bellísimo, con un entorno que no le va a la zaga, donde el sentimiento de la vista cae prendado y enamorado antes siquiera de tomar asiento.





Primera nota sorprendente. Un hotel que ofrece una gastronomía de altísima calidad. Desde luego, les advierto que pocas veces vamos a tener el placer y gozo de encontrarnos en dicha tesitura ¡¡Es tan difícil hallar un lugar de hospedaje en el cual se le preste al buen yantar la importancia que se merece!! No sólo eso. En este caso, además de gran festival culinario, instalaciones hoteleras espectaculares. Dignas de verse, de veras.



 




 Como en el resto de los restaurantes que visitamos en la isla, tuvimos la suerte de comenzar la velada con un aperitivo, cortesía de la casa. Ya ven que es una costumbre de la zona, la cual desde luego habría que cuidar, dado que se trata de un buen lazo para atraer clientes. Dicho piscolabis no fue nada especial, pero siempre viene bien para abrir boca, una crema de queso.






 
Por favor, apunten lo que van a leer a continuación. Tuvimos el deleite de degustar el mejor rodaballo que jamás hayamos podido saborear. Un rodaballo con arroz cremoso ahumado y espinacas, que si lo prueban van a decidir que esa fue su última vez, dado que han alcanzado el súmum en dicho pescado.









El otro pescado, también espectacular, aunque el listón era ya insuperable. Filete de lubina con cebolla confitada, shitake y trufas de verano. Desde luego, que el conjunto del plato era una auténtica maravilla, pero las papilas gustativas, sabias ellas, no podían olvidar esa perla del mar anteriormente catada con tanto deseo...








Postres. Sabrosos, coloridos y exquisitos ¿Qué más se puede pedir? Por un lado, mousse de mango con helado de hierbas dulces mallorquinas. Muy buena combinación de sabores y acertada la combinación de ambos helados.













Segundo postre. Piña a la vainilla con helado de coco flambeada con ron. Triple pirueta. No sólo se escoge la vainilla, sino que además se le da el toque del coco, flambeándola al mismo tiempo. Bien.



Para terminar, simplemente recordarles que si tienen la suerte de encontrarse en Formentera, y aman la buena gastronomía, el Gecko es un lugar de visita más que obligada.


Última visita: 04/08/12
Ver ubicación          
Playa Migjorn, Ca Mari
FORMENTERA
                                               
971 328 024