miércoles, 26 de septiembre de 2018

Cocina murciana con poso

En el día hoy nos acercamos a un lugar que, la verdad sea dicha, ha sido testigo de mil historias, incluso de alguna guerra, puesto que fue fundado en 1936 y empezó funcionando con una curiosa mezcla entre bar y carpintería. Estamos hablando del restaurante La Tropical, ubicado en Los Alcázares, cerca del Mar Menor de Murcia. Negocio en el cual impera el trato familiar, algo que es la esencia del local. Tras iniciar esta noble aventura Carlos Mendez Rubio y María Rosa Heredia, 16 años más tarde, la generación fue avanzando, y son sus hijos José Antonio y Carlos Méndez los que llevan las riendas actualmente.








Además de ellos no podemos olvidarnos tanto del talento del chef Sergio de Gea como del buen asesoramiento de David López. Ellos han conseguido un excelente equilibrio entre los abundantes productos que ofrece el Mar Menor y el deseo de experimentar e innovar que tienen ambos dos. Y por falta de espacios para poder saborear tales exquisiteces no será, dado que además del comedor principal, La Tropical ofrece una barra con pintxos top y una terraza abierta todo el año, que en las noches de verano a partir de una determinada hora se convierte en terraza-bar, para poder ampliar nuestra tertulia gastronómica.







Sin más dilación, vayamos con lo que verdaderamente nos interesa, que no es otra cosa, que lo puramente gastronómico. Primero como entrante, para compartir, unos fresquísimos calamares a la plancha con mayonesa de ñora. Para los desconocedores de la ñora, entre los que me incluyo, les comento que la ñora es una variedad cultivada de pimiento, denominada "bola" en Alicante y Murcia, de las cuales se considera originaria, de pequeño tamaño, forma redonda y color rojo cuando está madura, que se deja secar al sol. Buen maridaje, desde luego.



Dada la zona geográfica en la que nos encontrábamos, los otros dos platos principales también fueron a base de productos derivados del mar. Por un lado, una dorada a la sal, de la que desgraciadamente carecemos de testimonio gráfico, puesto que nuestro ímpetu y ansia fueron más rápidos, si cabe, que la propia cámara, lo que certifica el éxito pleno del plato.





El otro pescado, igualmente, colmó nuestras expectativas sobradamente. Lomo de lubina acompañado de verduritas. Mar y montaña en un plato. Excepcional. Ahora comprenderán ustedes, el porqué de la magia de la huerta murciana.









Y para terminar, y despertar el ser más goloso que existe en cada uno de nosotros, un soberbio brownie de chocolate, que no iba solo. Fresas y diferentes frutos secos adornaban el postre de manera eficaz. Bien.







¿Un poco de pescado en la zona del Mar Menor? Acérquense a La Tropical y degústenlo.


Última visita: 23/08/18


C/ Santa Teresa, 66 
30710 Los Alcázares
Murcia



968 575 005

martes, 11 de septiembre de 2018

Gastronomía en un marco señorial

Hoy visitamos un lugar bellísimo a las afueras de Vitoria. Se trata del Palacio de Elorriaga, edificio que data del siglo XVI, siendo testigo de miles de historias, como lugar de cárcel regentada para sacerdotes o  refugio durante bombardeos de la guerra civil. Y a partir de aquí, los hermanos Ángel y Ramón Peral deciden restaurar esta auténtica maravilla, hecho que les llevó tres años. Reconstrucción la cual se llevó viga tras viga, como veremos a continuación.





Por ejemplo, se trajeron más de 1500 vigas de roble, procedentes de otros edificios antiguos. Y como curiosidad, dentro del restaurante, si miramos en la parte superior, observamos que se encuentra la primera de las tres vigas de olmo empleadas para la reconstrucción. Todo ello, con el fin de que domine el mobiliario de madera en la sala y queden siempre las vigas visibles, a las que se une unos tonos pastel en las paredes, que quizás dejen el local con una ligera falta de luz.









El comienzo fue más que ilusionante, puesto que se nos obsequió con un aperitivo de la tierra más que acertado: espuma de patata de Araba acompañado con una especie de hojaldre de maíz, que además de vistoso estaba exquisito. Gracias.









A continuación dos platos. Por un lado, huevo a baja temperatura sobre arroz negro y calamares. Materia prima de calidad, lo que, sin lugar a dudas, en un plato que se precie, tiene una importancia máxima. Unido a que la elaboración fue excelente, el plato quedó como su forma, redondo.








Y por otro lado, solomillo de ternera con salsa de trufa y patata torneada. Silencio. El rey de las carnes en la mesa. Máximo respeto. Nuevamente delicadamente elaborado y buen producto, con lo que otra nota elevada en el haber de este dignísimo restaurante.







Hablando de dignidad, acabamos nuestra jornada gastronómica, cual comensal más digno, es decir, con un postre a la altura de las circunstancias. Refrescante de maracuyá con helado de mandarina. Suena tan refrescante como realmente resultó. Buena manera para que poder reposar nuestros jugos gástricos.







Ya lo ven. Gastronomía en un espacio históricamente mágico es posible, y si eligen el Palacio de Elorriaga, más todavía.


Última visita: 22/07/18
Ver ubicación Longitud: -2º 38’ 28’’ Oeste Latitud: 42º 51’ 3’’ Norte


Elorriaga, 15
01192, Vitoria



945 26 36 16

viernes, 7 de septiembre de 2018

Nueva localización, mayores sorpresas

Pues sí nuestro querido Fernando Canales, auténtico mago de los fogones, tras 25 años de jefe de máquinas de una joya como el Etxanobe, decide trasladar su nuevo sueño Etxanobe al centro de Bilbao, junto a su mano derecha Mikel Población. Comienza la carrera fulgurante del Atelier Etxanobe; el viejo Etxanobe ya es historia, pero dejará sin duda alguna, una huella imborrable en el mundo de la gastronomía. Nuevas inolvidables experiencias gastronómicas nos esperan.







En cuanto al local en sí, el espacio que nos ofrece ahora Canales nos provoca una mayor sensación de relax y confort. Es minimalista, cálido, silencioso y con pocas mesas, con el fin de que no existan elementos externos que puedan impedir que nos centremos en lo que realmente importa, que es la comida. Para no complicarnos y podamos saborear una mayor cantidad de sus obras de arte, sólo se ofrece una única propuesta. El Menú Chef Atelier con Maridaje o sin él. Ahora toca degustarlo.












El festín comenzó con dos aperitivos. Chipirón imitando al pulpo. Una auténtica maravilla. En dicho plato, como nos comentó Fernando, se trataba de imitar las patas de un pulpo, utilizando el cuerpo de un chipirón. No sólo el sabor era exquisito, sino el recipiente, el cual nos pareció una auténtica escultura. Dos artes en uno en el plato.











Nuevamente fuimos todo oídos en el segundo aperitivo: gamba roja del Mediterráneo soasada. Se nos recomendó que comenzáramos a comer la cabeza entera y a continuación el cuerpo ¿Por qué? esta gamba roja del Mediterráneo guarda sus huevas en la cabeza, en vez de hacerlo en el cuerpo, como lo hacen el resto de gambas, de modo que el sabor impactante se concentra en la cabeza.





Momento de los platos principales. Un plato que es un guiño a una de nuestras joyas de la gastronomía, pero con sus modificaciones. Fernando es muy inquieto y siempre va más allá. En esta ocasión se nos deleita con un ajo blanco de trufa con espárragos y gambas ¿Cuáles son las novedades? Como bien sabemos, en Málaga el ajoblanco se elabora con almendra y ajo; pues bien, Canales decide quitar el ajo y en su lugar poner trufa blanca "tuber albidum pico", además de aderezarlo con gamba, espárragos y un falso caviar también de trufa blanca. El resultado, espectacular.



Más sorpresas. Ensalada de bogavante y crema de coliflor. Doble D: delicadeza deliciosa. Una simple ensalada de bogavante, aligerada con una crema de coliflor, acompañada con huevas fabricadas por el propio equipo del restaurante, nos encantó. Pero, claro, de simple nada. Con Fernando todo es complejo. Las huevas eran especiales. Una de ellas elaborada a través de la cabeza del bogavante, y la otra, con yogurt y lima. 




¿Y seguir con un bombón qué les parece? no se alarmen; todavía no han llegado los postres. En este caso se trata de un bombón de salmón elaborado a partir de un salmón marinado en casa, a base de tres capas. Una de salmón, otra de pomada de aguacate y la última de crujiente de arroz salvaje. Maravilla. Qué lástima que se saboree en unos pocos segundos.







A continuación uno de los platos gloriosos del antiguo Etxanobe: lasaña fría de anchoas en sopa de tomate. Anchoas marinadas en agua y vinagre sobre una hoja de pasta fresca y tenemos el plato. A priori, no resulta muy embriagador, pero el efecto final es inolvidable.








No abandonemos el mar: ragout de vieiras a la brasa con albahaca. Son vieiras elaboradas a la plancha que, para si cabe, agudicen su sabor a mar, vienen acompañadas de plancton y alga codium. Y aún hay más, señores. Purés de albahaca y espinacas para neutralizar el sabor de dicha vieira. Magnífico.







Estando en Bilbao, no podía faltar su símbolo marino, que no es otro que el bacalao. En esta oportunidad la propuesta de Canales es sobria, fina y ligera: bacalao con berenjena, aceitunas negras y maíz. 








Y para finalizar con los pescados, atún. En concreto, atún soasado y espinaca amostazada. Soasado, porque se marina y cocina al momento con mucho calor durante unos pocos segundos. Se acompaña de una especie libanesa llamada sumac provocadora de sensaciones. Finalmente, el plato se acompaña de un puré de espinacas y mostaza, que podríamos catalogarlo, sin el menor atrevimiento, como el wasabi europeo.




Pasemos a las carnes. Hoy pichón para todos. Primero, pichón para comer con las manos. En este plato también hay instrucciones para poder saborearlo de la mejor manera posible. Fernando ha cocinado la patita del pichón a baja temperatura hasta convertirla en una piruleta tiernísima, acompañándola de una tosta de su paté y de una patata transparente y crujiente. Para no romper su creación, comamos con las manos patata, tosta y para acabar, el propio pichón.




La otra modalidad con la que fue presentado el pichón, igualmente, fue un auténtico deleite: pechuga de pichón con trufa. La pechuga estaba verdaderamente sabrosa y nos recordaba a un bocado de foie de pato. Para obtener un maridaje perfecto, qué mejor que una trufa negra como la tuber melanosporum. Magnífico.






Y así llegamos al momento más dulce. Primero, un capricho de flores de hinojo, fresa y tomate. Un postre que además de estar riquísimo tenía dos propiedades: digestiva y dentífrica. Sus aromas ligeros y florales nos ayudaban al proceso digestivo y por otro lado, nos hacía de dentífrico, dado que colaboraba en la limpieza del paladar.






Del siguiente dulce, crema de zanahoria, lima, jengibre y cardamomo en nitrógeno líquido no existe testimonio gráfico, puesto que Fernando nos dijo que se debía saborear inmediatamente, mientras nos iba preparando para la sorpresa final. Postre final que se va degustando, mientras el comensal disfruta de un paisaje a través de unas gafas de realidad virtual. Fernando deseaba que nos adentráramos en una fase más superior de la gastronomía: el Mindfulness de la gastronomía. Disfrute pleno de la gastronomía. En camino está. 



Fin de fiesta: ahora ya sí en tres dimensiones, para enamorarnos de una deliciosa panna cotta violeta y yuzu. En realidad, se trata de un homenaje al archiconocido caramelo "pajarita de Madrid" acompañada de una canica líquida de yuzu, cítrico de origen asiático similar a una pequeña naranja, que nos explota en la boca.









Afortunadamente, con los cafés tuvimos otra dosis más de dulce, por si no nos habíamos saciado lo suficiente. Trufas de chocolate espectaculares, llamativas y preciosas mini baldosas de Bilbao y por último, socorridas nueces caramelizadas.






Si desean vivir una experiencia gastronómica única y especial, Atelier Etxanobe es el lugar ideal. En sus manos está el querer vivir una experiencia de este tipo.

Última visita: 25/07/18
Ver ubicación Longitud: -2º 55’ 53,256’’ Oeste Latitud: 43º 15’ 55,440’’ Norte


Juan Ajuriaguerra, 8
48009 Bilbao
Bizkaia



944 42 10 71