Pues sí, queridos lectores, continuamos con la fusión gastronómica de estos dos países referentes en dicho arte. Primero, anunciarles que la experiencia fue altamente positiva, pero ya se sabe, segundas partes... Incluso habría considerar otro aspecto, y sin que sirva de precedente, como es el precio, dado que quizás resultaba excesivo para lo allí ofrecido. Ahora que ya están todas las cartas sobre la mesa, y disponen ya de una pequeña composición de lugar, podemos continuar. Se me olvidaba; como podrán comprobar, en esta ocasión el reportaje gráfico es realmente escaso, a raíz de la oscuridad reinante. Mil disculpas.
Cinco características que priman en el restaurante, antes de anunciarles de qué establecimiento se trata: originalidad, creatividad, frescura, juventud e innovación. Y su nombre, como no podía ser de otro modo, las recoge todas ellas perfectamente: Dando la Brasa. Original, ¿verdad? Debido a su éxito, su emplazamiento es doble; Bilbao y Getxo. En esta ocasión nosotros nos centraremos en el local de este municipio. Sobre el establecimiento en sí, poco más que añadir. La decoración latina, la terraza, los espacios diferenciados, y sobre todo, la posibilidad de controlar lo que se está cocinando, ya que esta se encuentra junto a las mesas, y sin cerramiento alguno.
La experiencia se inició con un aperitivo a base de calabacín frito con salsa de miso y sirope. Vanguardista y sabroso. Muy bien. Los entrantes, por su parte, fueron productos con sello denominación de origen. Reivindicación de Latinoamérica. Por un lado, los totopos caseros con fundido de quesos, stardust y guacamole, que es el nombre que se le da en México a los trozos de tortilla fritos o tostados hasta adquirir una textura crujiente, y generalmente su forma es triangular y varían en tamaño. En definitiva, unos nachos, aderezados con unas espectaculares salsas.
Como segundo entrante, optamos por otro de los típicos platos de la rica cocina mexicana: quesadillas de leña jamón y queso o flor de calabaza más huitlacoche. ¿Y qué es esto último? Pues es el nombre náhuatle, lengua uto-azteca, de un hongo comestible, parásito del maíz, del género Ustilago, especie Maydis. Las quesadillas de nota y el huitlacoche, merece un capítulo aparte.
De los platos principales (lamento no poder ofrecerles imágenes, como ya he comentado anteriormente), todo exquisito. Esta vez únicamente hubo carne. Ojo de bife (centro de chuleta) marinado en chimichurri, la famosa salsa picante preparada con perejil, ajo, vinagre, ají (pimiento) molido y un poco de sal, de la cual quizás se abusa un poco en las carnes asadas, papines (papas chicas) andinos y boletus fluido. Si no fuera por dicha salsa, todo de 10. Ya se sabe; la buena carne, siempre soltera.
El otro gran plato de la noche fue la entraña de ternera, carbones de yuca y pak choy. Este último es un vegetal oriental similar a nuestra acelga y a la mostaza de hoja, pero es de la familia de las coles chinas y con un sabor similar a la endibia. Yo que no soy muy amigo de esas piezas de carne, me pareció soberbio. Mis felicitaciones.
Ummmm... Los helados exquisitos. Y es aquí donde debemos hablar del huitlacoche. Todavía no sé que flor, tipo la manzanilla, ¿será esa con ese nombre tan complicado? se nos ofreció para que la degustáramos, pero el efecto fue espectacular. Era lavarse los dientes al modo andino. Sensación de calor, frescor y limpieza, con el añadido de que se conseguía una digestión inmediata. Bravo.
Y para terminar, el dulce estrella: volcán fluido de chocolate y dulce de leche con helado de maracuyá y ceniza de pistacho ¿Pero es posible todo ese lujo en un único plato? Pues lo es. Demostración de que en los postres son unos maestros de primera. Y antes de finalizar la velada, el último toque: un licor de café y de México: Kahlúa. Todo en uno; café y digestivo.
Ya ven, si desean ampliar su diccionario gastronómico, este es el lugar ideal ¡¡Buena formación gastronómica!!
Última visita: 18/05/13
Avenida de los Chopos, 31
48992 Getxo, Vizcaya
944 30 40 76
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