Hoy gran día para los carnívoros, puesto que el lugar que vamos a visitar, precisamente es el templo de la chuleta. Se trata del Goizeko Izarra (La estrella matinal en euskera), que se encuentra en pleno centro de Bilbao y lleva muchos muchos años maravillando con sus ejecuciones gastronómicas a la brasa, entre las que también caben destacar sus famosísimas mollejas de cordero rebozadas. Ya ven, cocina tradicional vasca, sin estridencias, pero con materia prima notable.
En cuanto al local, algunos detalles a mejorar. A pesar de su reciente reinauguración, con el fin de darle un toque más moderno, continúa siendo un espacio ruidoso y muy apretado de sitio. Mantiene el poso con el que se creó, que consistía en comer en la barra del bar; de hecho, es todavía una opción muy válida y recurrente por multitud de clientes. Por lo tanto, casi casi estaríamos hablando de un bar-restaurante con unas pequeñas mejoras: lamas de madera, iluminación más recogida y mobiliario más moderno.
Y ahora, centrémonos en el menú, del cual seguro ya se van haciendo una idea concreta, tras haberles puesto en antecedentes un servidor. Comenzamos con otra de las especialidades: hongos salteados (Boletus Edulis). Nada que objetar. Materia prima de primerísima calidad, con lo que la posibilidad de error se reduce a la mínima expresión. Bien.
Un entrante más, antes de llegar al plato que probablemente estén todos ustedes esperando ansiosamente: pimientos verdes rellenos de txangurro con salsa de nécora ¿Pinta bien, verdad? Pues, incluso, sabía mejor. Mi sorpresa fue que se optó por el pimiento verde, en vez del rojo, que es el que se emplea en este tipo de platos. No obstante, bien hecho, dado que el resultado habla por sí solo. Pequeñas innovaciones llevan al camino del éxito.
Y por fin, lo que todos ustedes deseaban. Relajarse y oler el aroma de una fantástica pieza de chuletón de vaca es un momento inolvidable, de veras. Y a continuación poder hincarle el diente, más satisfactorio aun. Por último, y es lo que sucedió, sabor, textura y ternura espectacular, con lo que no hay dos sin tres: aroma, degustación y resultado espectacular ¿Alguien da más? Desde luego, por si alguien tenía alguna duda, las patatas fritas eran caseras. Por tanto, plato redondo.
Lástima que el broche final no estuviera a la altura: horroroso Goxua (dulce en euskera). Se trata de un postre típico de Euskadi, el cual se elabora con nata, bizcocho, crema pastelera y caramelo líquido. Sobre una base de nata se pone una capa de bizcocho, después se vierte una capa de crema pastelera y finalmente se le echa caramelo líquido por encima. En este caso, lamentablemente, nada que ver con esa apetecible y suculenta realidad.
Un lugar que les pone las cosas muy fáciles. Dense una vuelta y saboreen una chuleta. Es mi consejo. No hay más misterio.
48011 Bilbao
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