miércoles, 9 de enero de 2019

La mejor parada gastronómica en carretera

Sí, así es, queridos lectores. Hoy llegamos al Landa ubicado en la carretera Madrid-Irún en Burgos, siendo este el sitio ideal para realizar un descanso en los trayectos que unen Madrid con Euskadi o con Navarra, tanto por la distancia como por la tan espectacular oferta gastronómica que podemos degustar. Además de restaurante es hotel, aprovechando su tan bellísima y completísima arquitectura. Todo gira en torno a un castillo medieval rehabilitado, el cual destaca sobre el resto de elementos, tales como la piscina, la plaza y el quiosco de la música. Por cierto, ese castillo o torre de defensa del siglo XIV se trasladó desde Albillos hasta este lugar piedra a piedra. Ahí es nada.






A destacar las dos filosofías gastronómicas que ofrece el restaurante. Por un lado, quienes desean realizar una parada rápida para continuar con su trayecto viajero, disponen de una zona en la cual pueden disfrutar de unas raciones estupendas, mientras quienes opten por algo más relajado y descansado podrán acercarse a otro comedor, en el cual tendrán la oportunidad de conocer más profundamente la carta del Landa.











Cortesía de la casa, tuvimos el placer de ir abriendo boca con un aperitivo a base de aceitunas, guindillas, pepinillos y mantequilla de la zona, además de unos hojaldres rellenos inmejorables. No es un mal principio, desde luego, para ir calentando motores. Se agradece.













A continuación, no nos complicamos mucho y sin dar rienda suelta a la imaginación, escogimos dos de los platos fetiches y más exitosos de la casa. Primero, huevos fritos con patatas panadera y morcilla de Burgos. Los huevos con su "puntillita". Y sobre la morcilla qué podemos decir, pues que probablemente sea la mejor de Burgos, con lo que significa afirmar eso.










Y segundo, pues el que todos ustedes se están imaginando: corderito lechal asado en horno de leña y servido en cuartos para 2 personas. Sobran las palabras. Llorábamos lágrimas de cordero, en vez de cocodrilo, debido al éxtasis que alcanzaron nuestras papilas gustativas. Inmejorable. El acompañamiento de la ensalada de lechuga merece también su reconocimiento.
















Y la guinda la puso, como mandan los cánones, algo dulce: canutillos rellenos de crema con unas natillas semilíquidas, que quedarán para siempre en mis recuerdos reposteros. Afortunadamente, la herencia que dejó el pastelero francés Pierre continúa presente.










Se acabó lo de las paradas en coche y no poder comer como uno desea. El Landa ha solucionado el problema con creces.



Última visita: 11/11/18


A-1, Km. 235 
09001 Burgos




947 25 77 77

No hay comentarios:

Publicar un comentario