Hoy festival gastronómico regado con un poquito de historia. Y ese lugar no es otro que Vitoria y el restaurante Machete, sito en una plaza que lleva el mismo nombre. En concreto, se encuentra en la zona sur del Casco Medieval de Vitoria y en torno a la Iglesia de San Miguel y los Arquillos, un rincón cargado de historia donde aún hoy quedan vestigios de su pasado. Un lugar donde la leyenda quedó grabada en su nombre y donde se puede disfrutar de la belleza de una de las plazas más bonitas del País Vasco. Y aquí empieza toda la historia y el origen del nombre: a espaldas del ábside de la Iglesia de San Miguel, el Procurador General en presencia de todo el pueblo renovaba el juramento que habían efectuado los miembros del Ayuntamiento. El juramento era prestado sobre un machete, con el que se amenazaba con cortarle la cabeza, si no era cumplido. Este machete se guardaba desde 1840 en una hornacina acristalada protegida por las mismas verjas que vemos a día de hoy, situada en el ábside de la iglesia de San Miguel. Debajo del mismo también se observa el juramento grabado en piedra.
Y afortunadamente el Machete, no sólo ha sabido empaparse de dicha historia, sino que ha combinado a la perfección su arquitectura con el pasado. Como ya hemos mencionado se halla en el corazón histórico de Vitoria donde el pavés y la piedra impera, y Machete no desentona; es más, parece su emplazamiento ideal, a pesar de su reciente inauguración (1998). De este modo, han optado por mantener sus bóvedas de piedra, tras su reforma. Combinación perfecta: viejo estilo y materiales de vanguardia (maderas modernas, extractores de humos, aire acondicionado...). Lugar coqueto, por tanto, para tener la posibilidad de disfrutar de un histórico marco.
¿Y qué se puede degustar? Sobre todo, cocina tradicional, carnes y pescados a la brasa, especialmente, y productos de temporada. De esta manera, cocina de toda la vida, y no se hable más. Comenzamos con unas de las más exquisitas croquetas de jamón que un servidor haya tenido el placer de saborear. Enhorabuena, chicos.
Y ahora a por productos de temporada: hongos a la plancha ¿Sabían que Vitoria es una ciudad que domina el arte de la elaboración de todos esos tipos de productos? Ya sean hongos, setas, champiñones... los ejecutan a la perfección. Buen salteado y buenos ajetes.
Último entrante: marchando una de chopitos fritos. Ya ven, no es necesario tener que bajar al sur para emocionarse con el sabor de unos calamares frescos fritos diminutos de calidad. El norte, desde luego, que no le va a la zaga. No señor.
Apartado de carnes; hoy capítulo doble: por un lado, solomillo a la parrilla en su punto con pimientos rojos y patatas fritas, y por otro, milhojas de solomillo con foie fresco en su jugo al Madeira. Las carnes bien en su conjunto, pero cierta decepción con este último, puesto que cuando a uno se le ofrece milhojas, entiende una carne envuelta en hojaldre, y desgraciadamente, nada más lejos de la realidad. Punto negativo.
Lógicamente, a continuación, capítulo de pescados: bacalao confitado y rape a la parrilla. Sin alardes y florituras. La verdad no es que se pueda decir que la preparación de las respectivas salsas fuera impecable, laboriosa y ligada. Sólo destacar que las piezas estaban frescas. Algo es algo...
Postre, igualmente, tradicional y acorde a la época en la que nos encontramos. Helados variados, pero a destacar que se trataban de productos hechos en casa, circunstancia siempre más que deseable. Dos tipos: helado de leche dulce y helado de queso.
Ambos dos extraordinarios. El primero, del cual soy un fan nato, todo dicho sea de paso, sensacional, mientras que el segundo, quizás pecaba de exceso sabor a queso. Por tanto, absténgase los que tengan ciertas desavenencias y malas experiencias con el queso.
En definitiva, cocina tradicional en un entorno coqueto e histórico.
Última visita: 19/07/14
Plaza del Matxete, 4-5
01001 VITORIA-GASTEIZ
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