Así es. Bilbao ha querido acercarnos la gastronomía mediterránea en un local de reciente apertura, el cual destaca por su especial estética, gracias al toque del diseñador Lázaro Rosa-Violán, artífice de otros restaurantes tan importantes como DiverXo. Ese espacio mágico es Bocadero, que nace con el espíritu de enseñarnos cuáles son los sabores y aromas predominantes de la rica cocina que destaca en dicho entorno geográfico. Cocina tan cercana, pero que a veces nos queda tan lejana.
El local como ya comentábamos es amplio y confortable, con formas suaves, luz tenue y detalles cuidados al milímetro y capacidad para mesas grandes, siempre manteniendo la comodidad y el espacio, para que la importancia se centre en los sabores de los platos. En definitiva, un lugar digno de ver, donde su gastronomía, quizás, quede ligeramente por debajo de la sala. La carta es muy variada, pero nosotros optamos por saborear uno de los 3 menús que ofrece Bocadero.
Comenzó la velada con 4 entrantes. El primero de ellos, uno típicamente mediterráneo: Dips mediterráneos con crudites y pan de pitta. Teníamos mucho para escoger: paté de remolacha, hummus, crema de queso, pisto... No todos rayaron a la misma altura, como cabía esperar, puesto que ahí radica la dificultad. Mucho y variado, complicado. El premio, quizás, se lo llevó el paté de remolacha.
Sigamos. Ensalada de tomates variados con bonito del norte y jamón de atún. Ese fue el segundo entrante. Más que correcto. Aunque nos sorprenda, las cosas sencillas son las que en la mayoría de los casos triunfan.
A continuación un clásico más, que está presente no sólo en las recetas mediterráneas, sino que es protagonista de todas las cocinas: croquetas de jamón ibérico. Es cierto que no fueron las mejores que haya tenido el placer de degustar, pero cumplieron el expediente y no emborronaron la sinfonía de platos que saboreamos.
Para finalizar con los entrantes, un plato que sí que podría entrar en el catálogo de platos mediterráneos: pollo frito crujiente con hierbas mediterráneas y salsa de mojo rojo. Lamentablemente, no fue lo más acertado de la noche. Fritura más que vulgar.
La segunda parte fue de más nivel, con unos platos de mayor personalidad. Empezamos con un arroz meloso de chipirones y langostinos, que sin duda fue lo mejor de todo lo que paladeamos. La textura y el sabor del arroz muy notables, pero más sorprendentes aún la calidad de los chipirones y langostinos. Más que brillante.
Para seguir con los segundos, otro plato típicamente mediterráneo: Tagliatelle con salsa de boletus y huevo a baja temperatura. Lo mejor que se puede decir sobre este plato es que no tenía nada que envidiar a las mejores variedades de pasta que nos ofrecen los restaurantes más especializados en ese tipo de producto. Enhorabuena.
Igualmente subió la nota media de la velada el siguiente plato: merluza a la brasa con ali oli y verduras de temporada. Desde luego que no se le puede negar mérito alguno, pero el riesgo suele ser al contrario. Si el producto es de calidad, en este caso la merluza, no obtener un buen plato es más bien un auténtico demérito.
Y por último, un plato más juvenil: hamburguesa con tomate asado, huevo y queso provolone. Lo que se comentó anteriormente para la pasta vale también para este caso. No tendría nada que envidiar al resto de hamburguesas de los mejores profesionales.
Finalmente, en el postre hubo unanimidad. Deseábamos algo ligero y digestivo y qué mejor que unas fresas en su jugo con helado de nata avainillada. Por si fuera poco, además de todo ello y para redondear todavía más el dulce, éste presentaba polvo de almendras y coco. En una palabra, magnífico.
Ya ven. Bocadero nos ha hecho un favor a los perezosos, que preferimos que la gastronomía foránea se acerque a nosotros, en vez de acercarnos nosotros a ella.
Última visita: 24/02/18
Cardenal Gardoki, 6
48008 Bilbao
48008 Bilbao
946 24 11 99
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