Lo primero saludaros a todos, tras este confinamiento, el cual nos ha impedido seguir disfrutando de la mejor gastronomía de nuestro país. Esperemos que podamos regresar a la normalidad y no perdamos los buenos hábitos. Y para comenzar esta nueva normalidad en el día de hoy visitamos la localidad de Iraeta, perteneciente al municipio de Zestoa, de la cual toma prestado el establecimiento su nombre. 107 años de historia avalan al restaurante Iraeta liderado actualmente por el chef Jon Goikoetxea Etxeberria, cuarta generación al mando, que acaba de recibir un merecidísimo premio. La prestigiosa Guía Repsol le otorgó recientemente un Sol.
Sobre la gastronomía, trato, ambiente y decoración, todo lo que se pueda decir debe de ser positivo. La comida es tradicional y de elevada calidad. El trato es algo que nunca olvidaremos, dado la ternura y amabilidad con la cual fuimos acogidos. Ejemplo de esa cordialidad íntima que se quiere mantener en Iraeta es que el comedor no supera las 30-35 plazas. La decoración es sencilla, destacando lo bien complementada que está con los materiales de labranza que se utilizaron en tiempos pasados en Euskadi. Y como guinda, la terraza con un jardín maravilloso, que además de ofrecernos la opción de disfrutar de la gastronomía en el exterior, si el día climatológicamente lo permite, nos hace sentirnos dueños de la naturaleza.
El comienzo fue acorde a todo lo comentado anteriormente. Como muestra de un intento de ser agradables, sin caer en el empalagamiento, nos obsequiaron con una ventresca de bonito con cebolla en aceite de sabor supremo. Felicitaciones y gracias al mismo tiempo.
Continuamos con dos entrantes, los cuales fueron subiendo el nivel gastronómico aún más, si cabe. De este modo, como primer aperitivo gozamos del puro sabor de la tierra al degustar el intenso sabor de unos hongos a la plancha acompañados de un huevo a baja temperatura. Todo cabe en una palabra: exquisitez.
El segundo entrante también entró en el apartado de refinamiento gastronómico: tartaleta de hojaldre rellena de puerros y cebolla. Modelo de productos básicos con los cuales se obtiene un plato de altas dimensiones y más vanguardista. Enhorabuena. Iraeta se adapta a todo.
En cuanto a los segundos platos, en honor a las características del restaurante, escogimos el santo y seña de los pescados y las carnes. Entre los primeros una fresquísima merluza rebozada. nuevamente tradicional y de calidad.
Y en lo que se refiere a las carnes, el rey de las brasas: un señor solomillo de ternera con patatas y pimientos verdes y rojos caseros. Como teníamos la seguridad de que la materia prima no nos iba a fallar, lo único que nos quedaba por resolver era el punto de la carne. Igualmente, lo superaron con nota. Tierna y poco hecha, como debe ser.
Finalmente, para finalizar el homenaje, postres similares y refrescantes. Por un lado, helado de queso con dos salsas. Todo el sabor del queso en una cucharada. Objetivo cumplido con creces.
Y, por otro lado, crema de yogurt, coulis de mango y helado maracuyá. Del mismo modo, nos dejó un muy buen sabor de boca y sació con creces nuestro paladar ávido de sabores dulces. Parabienes y congratulaciones.
¿Son ustedes amantes de lo tradicional? Pues no hay duda que Iraeta es el lugar ideal. Disfrútenlo.
Última visita: 14/06/20
20749 Iraeta (Zestoa), Gipuzkoa
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