Hoy visitamos uno de los pueblos más bellos de la costa vizcaína, que merecidamente ostenta los títulos de noble y leal villa. Se trata del preciosísimo Lekeitio, y es tal su belleza, que no está de más detenerse en su historia etimológica. Algunos estudiosos opinan que el origen de su nombre procede del término vasco lekuitua, el cual podría traducirse como "lugar ahogado". No será un humilde profano en la materia quien revoque esta teoría, pero dado lo abierta al mar que se encuentra la villa, parece que no se trata de las teorías más acertadas. Me decanto más por la que apoya la composición de Lea (ría de la villa) y Kai (puerto en euskera). Elijan ustedes mismos...
Dejémonos de conceptos históricos, que también son interesantes, pero centrémonos ya en la materia que nos ocupa, que no es otra que los detalles culinarios, los cuales los disfrutamos en el asador Prim. Sin duda alguna, se debe destacar la calidad de sus pescados frescos y mariscos, algo que por otra parte no nos debería extrañar, dado donde nos encontramos. Ciertamente es un auténtico privilegio encontrarse en pleno corazón de Lekeitio en su distinguido puerto esta maravilla gastronómica. Ya en el interior, lo más destacable es su ambiente acogedor y tranquilo. Por poner un pero, lamentar el frío que sufrimos, puesto que la puerta estaba permanentemente abierta, con el fin de poder atender a las mesas del exterior. Habrá que estudiar este problema de infraestructuras para obtener la solución más adecuada.
Con los antecedentes que les he comentado, nos lanzamos directamente al Mar Cantábrico, nunca mejor dicho, y degustamos un menú a base de productos procedentes de dicho inmenso mar. Para comenzar unas kokotxas de merluza, pero con la particularidad de que estaban elaboradas a la parrilla, lo que le otorga un plus de muchos kilates. Un manjar extraordinario con todas las letras de la palabra.
Continuemos mojándonos en el mar ¿Qué opinan de un txangurro al horno? La pieza era para hacerse una fotografía con ella, dado no solo su tamaño, sino también su hermosura. En cuanto al conjunto, soberbio. La parte superior horneada provocaba lágrimas de placer gastronómico. Para nuestros anales y memoria culinaria.
¿Cuál es uno de los tesoros de aires marineros gastronómicos de la costa vizcaína? Indiscutiblemente, el asador Prim. Espero que estén dispuestos a comprobarlo.
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