lunes, 18 de diciembre de 2023

Donde el pescado es una religión

En el día de hoy visitamos un clásico templo de la gastronomía asturiana, sito en la bella y siempre acogedora villa de Gijón. Se trata del restaurante Antiguo Zabala, cuya historia merece dedicarle unas cuantas líneas. El local fue fundado nada más y nada menos que en 1923 (entonces Casa Calixto) por Antonio Zabala, un patrón de barco retirado de origen guipuzcoano. En su tiempo fue una casa de comidas del barrio de pescadores de Gijón, Cimadevilla, y desde sus comienzos ganó fama de tener buena materia prima y una cocina excelente, donde, evidentemente, se hacía notar la ascendencia vasca. Ya ven, que los orígenes eran realmente prometedores.






Y en estos 100 años de vida, jamás ha abandonado su filosofía. Siempre rindiendo pleitesía al mejor pescado, elaborado con la mayor de las destrezas, sin cometer errores. Para elaborar dichos pescados han escogido un moderno restaurante con paredes de piedra y parqué, donde destacan unas mesas cubiertas con una mantelería blanca sobria, cuya separación es la idónea para poder mantener una conversación sin interrupciones. Asimismo, su ubicación es perfecta, pues se halla en Cimadevilla, en pleno casco histórico.













Vayamos ya, con lo que nos ocupa y preocupa, que no es otro que rendir cuenta de lo que se nos ofreció a nuestros hambrientos e insaciables paladares. Optamos por tres entrantes. Primero, las especiales rabas asturianas, y es que Asturias y el calamar van de la mano. Allí tienen el truco para que siempre se logre que el rebozado esté en su textura ideal. Enseñanza de padres a hijos.













A continuación, una recomendación de la casa, y que, sin duda, se va a convertir en plato obligatorio, cada vez que visitemos el Antiguo Zabala: pastel de centollo gratinado. Una delicia entre las delicias. Mis más sinceras felicitaciones.











Para acabar con los entrantes, un manjar, que podríamos considerarlo como un plato principal, sin temor a equivocarnos el plato fetiche y símbolo de la tierra: fabada. Como no podía ser de otra manera con todo su compango: lacón, tocino, chorizo y morcilla. Asturias, tierra de alubias.











Llegamos ya a los platos principales, que como es menester en este lugar, son a base de pescado. Primero, el producto más sabroso del mar: salmonetes fritos. Y es que cuando la materia prima es de calidad, como es el caso, más de medio camino está hecho. El otro medio lo resolvieron con el mayor de los éxitos los jefes de cocina del local. Enhorabuena.















Y por último, otro plato de la tierruca y emblema también: pixín a la parrilla con patatas panadera acompañado de verduras. El pixín, rape en bable, es dogma de fe en Asturias. Es un pescado que nunca debe de faltar en cualquier mesa. De nuevo, perfecto en su elaboración, y sin que estuviera bañado en aceite, pecado capital de más de un restaurante.















Pero un final digno exige presencia de postres, como así fue. Por un lado, quesos asturianos, bien escoltados por su correspondiente dulce de manzana: el rey (cabrales), y otro queso más suave, que bien podría ser de La Peral. Como dicen en Asturias "no hagan una comida ni con quesu, ni sin quesu". Es decir, en una comida jamás puede faltar el queso, pero tampoco se debe hacer sólo a base de queso. Por lo tanto, como obedientes que somos, saboreamos con verdadero deleite ambos quesos.















Y para terminar el festín, otro tótem de la gastronomía asturiana, y porque no, incluso, de la gastronomía de todo el territorio: arroz con leche. Les aseguro que es la región donde el arroz con leche brilla por su excelencia. No hay otro lugar en el mundo donde se sirva el arroz con leche caliente con su caramelo tostado con semejante talento.










Antiguo Zabala, donde el sabor de lo clásico es esencia.



Última visita: 02/12/23


Web del restaurante (no disponible)
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C/ Vizconde Campo Grande 2. Cimadevilla.
33201 Gijón, Asturias

985 341731



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