Vitoria nos espera con dos maestros del are gastronómico. Los hermanos Fernández de Retana: Patxi desde la atención al cliente, el trato en sala y el conocimiento detallista del mundo del vino y Unai tratando desde los fogones, los productos con mimo y técnica. Todo es innovador y original. Prepárense para vivir nuevas emociones en su restaurante El Clarete. Una pequeña pincelada; olvídense de las típicas cartas con sus correspondientes platos. Simplemente disfruten de sus dos Menús. Bien sea el Menú Cuchara "A comer que son 5 días", o bien opten por el menú degustación de fin de semana. Bon appétit!!
Nosotros nos decidimos, más bien no existía otra opción, dado que se trataba de fin de semana, por el menú degustación, con alimentos de temporada que describen nuestra propuesta gastronómica. Este menú se compone de un aperitivo, cuatro entrantes, un plato de pescado, un plato de carne y dos postres. La cantidad viene a ser como un primero, un segundo y un postre que se divide en formato de medias raciones para conseguir el punto exacto de comer y disfrutar de una cocina tradicional, renovada y actualizada ¡¡Y lo mejor es que uno no sabe lo que realmente va a comer, porque es un menú sorpresa que se renueva diariamente!! Bravo por estos dos chicos.
Y antes de comenzar con el festín, obsequio y gentileza de la casa, se nos ofreció un sabroso gazpacho de frutos rojos. Correcto y muy acorde a la época festival veraniega. Primeras señas de identidad e indicios de la cocina de los hermanos Fernández de Retana. El producto de temporada y los gustos del comensal en función de la estación meteorológica son los que priman.
¿Y qué me pueden decir de la primera sorpresa? Encontrarse cada comensal una conserva elaborada completamente por el equipo de cocina del Clarete es un auténtico lujo: anchoa y pimientos en conserva. Les tengo que confesar que pocas salsas tan exquisitas he tenido el placer de poder saborear. Y es que Unai domina el arte de las salsas como muy pocos...
Continúan las sorpresas. Y esta les advierto que es de las supremas por excelencia: foie, oporto y quicos ¡¡Plato tan vistoso, espectacular y sabroso, que siempre quedará en nuestras retinas, y sobre todo, en nuestras papilas gustativas!! Unai es un auténtico adalid y entusiasta de la innovación gastronómica. Imaginación al poder. Más sobre el plato, porque lo merece. Además de colorido, como pueden comprobar, la mezcla de sabores convierte a este entrante en un top-10. De veras.
Sigamos con los entrantes, las sorpresas y las salsas: pulpo con crema de patata trufada. Suena simple, pero en El Clarete nada en absoluto es simple. Una vez más, dominio total en el campo de las cremas. Exquisita. El pulpo en su punto, y quizás, por poner algún pero, un poco excesivo el pimentón. No obstante, reactivaba el plato y mantenía todos los sentidos alerta. Muy bien.
Por fin llegamos al último entrante. Seguro que lo primero que pueden constatar es la similitud con el anterior plato, pero es sólo un efecto visual, no se alarmen. Todo parecido con la realidad es pura ficción. Si se trata de un revuelto de hongos, pero evidentemente, con las técnicas de Unai. Cremoso, jugoso, rico...
Y de este modo, llegamos a los platos principales. Una advertencia previa: no estuvieron a la altura de los entrantes, pero el listón era harto difícil de superar. En primer lugar, el bacalao confitado y encebollado. Sin pretensiones, y si a ello añadimos mi pequeña guerra particular contra dicho pescado, como bien saben mis fieles lectores...
Et maintenant, de la viande. Ya saben la gastronomía y la lengua francesa son como el queso y el vino, inseparables ambas dos. Menos palabrería y vayamos con la carne: cochinillo confitado y frito con una crema de membrillo. Bien, también, pero puede ser que llegáramos sin suficiente gasolina al final, con lo que no afectó positivamente a su valoración. No obstante, el punto de elaboración era el correcto e ideal.
Centrémonos en los postres. Del primero destacar su componente y efecto refrescante: melocotón, vainilla y sorbete de fresa ¿Cuál es la primera impresión? Seguro que ya la saben. Una aparente macedonia de frutas, pero no. En El Clarete no se conforman con ello. Se trataba de un helado de fresa flotante con islotes de vainilla y melocotón, ¿en almíbar? Don de la imaginación sin límites.
Y desgraciadamente, llegamos al fin de fiesta con un tiramisú muy sui generis. Uno se preguntaba si era deconstruido, si existía una especie de natillas o bien si se trataban terrones de chocolate. Sin embargo, lo más importante se podía responder clara y llanamente ¿Gustó a los comensales? Sí, y de forma abrumadora. En mi opinión, tiramisú inigualable. Gracias y mil gracias.
Una cosa más antes de despedirme. El Clarete sinónimo de sorpresa gastronómica. No lo olviden.
01001 Vitoria-Gasteiz, Álava
sin duda un 10 para los entrantes!
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Los entrantes, lo mejor.
EliminarMenudo manjar de dioses!! Sin lugar a dudas habra que ir la proxima vez que este en Gasteiz
ResponderEliminarAsí es, Urpeko. La visita a Gasteiz será completa con la visita al Clarete.
Eliminarsitio muy agradable con un menu muy original y rico.
ResponderEliminarBuena aclaración ¡¡Sí señor!!
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