Cambio de tercio gastronómico, queridos lectores. Hoy visitamos un lugar donde uno puede salir más que airoso, culinariamente hablando, a base de degustar una exquisita variedad de raciones ¡¡Bendito placer!! Se trata del restaurante Casilda, que hasta hace bien poco se conocía por Amume. Lo digo, porque esta denominación también es un buen referente, en caso de que estén dispuestos a conocer el lugar. Además, de dicho restaurante, llevan la gestión del Restaurante Las Cepas y el Bar Figón. Y todos ellos, con la máxima seriedad, se lo aseguro.
Como les contaba, acaba de cambiar de nombre y yo creo que esta iniciativa ha sido realmente acertada, dado que el establecimiento se encuentra cercano a uno de los parques más famosos de Bilbao, que como no podía ser de otra manera, se denomina Parque de doña Casilda. Por lo tanto, ahora será más fácil de conocerlo, ¿no les parece? Y en caso de pérdida, señalarles que está en pleno centro de Bilbao, no muy lejos del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Y un último detalle, a mí, particularmente, el estilo de decoración me encantó. Me hizo recordar quizás a las mesas toscanas. Espero que sean ustedes mismos quienes lo desmientan o me lo corroboren.
El comienzo fue muy esperanzador, y no precisamente, porque fuera un plato cortesía de la casa, si no más bien, gracias a la categoría del propio plato. Evidentemente en un lugar de este tipo, donde predominan las raciones, saborear unas buenas croquetas es más que obligatorio ¡¡Y vaya que lo estaban!! A destacar la calidad de la bechamel. Gracias.
Más cocina en miniatura de calidad: risotto de hongos y boletus. El arroz sabroso y suelto, suelto. Los hongos, igualmente, de calidad, por lo que la nota del plato va por sí sola. Notable.
A continuación, el plato recomendado y que en la propia casa consideran el manjar del lugar: tartar de salmón marinado. Supremo. Diseño visual excelente y el sabor no le iba para nada a la zaga. Desde luego que yo no me esperaba saborear algo tan fino, delicado y sutil. Asombrado, pero desde la perspectiva positiva. Y eso es el fin de la gastronomía; procurar de provocar un continuo asombro al comensal.
Otro plato exquisito: solomillo ibérico con salsa a la pimienta, hojas de patata, verduritas y pimientos ¿Alguien da más? Colorido, variedad y explosión de sabores. Todo medido milimétricamente para obtener un plato bien armonizado, coordinado y sinfónico.
Y ahora vayamos a acercarnos un poco a la innovación gastronómica ¿Qué les parece un canelón de rabo de toro? ¿Novedoso, verdad? No solo el relleno era de calidad; la masa en la que consistía el propio canelon estaba aldente y en su punto. Dos ingredientes muy recurrentes, que unidos dan lugar a un plato realmente original.
Y para terminar, un clásico de nuestras cocinas, y que nunca puede faltar: la merluza. En este caso se trataba de merluza en salsa de chipirón. La merluza fresquísima y una salsa bien ligada, que al mismo tiempo no cometía el "pecado" de enmascarar el sabor de la merluza. Bravo.
Los postres fueron ambos dos ligeros y digestivos y de parecidas características. Por un lado, el yogur cremoso de frutas, donde la nota principal era la suavidad de los ingredientes. Quizás, un poco falto de sabor, pero eso sí, un buen producto para poder ir digiriendo adecuadamente lo anteriormente degustado.
Y por último, un postre un poco más original que el anterior: queso fresco cuajado en vaso con miel y frutos secos ¿Una cuajada? ¿Queso? Diríamos que un híbrido, pero, desde luego, que refrescante y digestivo al mismo tiempo, sin duda.
En definitiva, platos sencillos y sin complicaciones, a base de productos de la tierra y primera calidad. Eso es Casilda.
P.D. No puedo acabar sin señalar, además de la simpatía del personal, el que se nos invitó a las croquetas, el vino y los cafés. Ahí es nada.
Última visita: 31/01/14
C/ Máximo Aguirre, 1
48011 Bilbao (España)
mis elecciones no fueron tan acertadas para mi gusto cómo el resto, la ensalada de bonito era templado y la calidad del bonito estaba aceptable y el canelon de rabo la besamel...extraño porque las croquetas la besamel estaban buenas.
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