Para que vayan entrando en situación, les comento que las próximas entradas gastronómicas se van a referir al Madrid gastronómico, que creo que ya se lo merecía. Una ciudad como esta, tan rica en lo cultural, tampoco le va a la zaga en lo culinario, como lo vais a poder comprobar en las próximas semanas. Espero que lo disfrutéis tanto como lo ha hecho un servidor. Para iniciar esta sección gastronómica madrileña, comenzaremos con el restaurante La Pescadería, que se encuentra el Barrio del Triball de Madrid (entre Malasaña, Gran Vía y Pez), donde se vive una especie de eclosión de restaurantes de nuevo cuño, los cuales están revitalizando esta zona, que ya se ha convertido a día de hoy en una de las áreas más glamourosas, in y cool de la capital. Dicho de otro modo; además de comer magníficamente bien, habrá la oportunidad de disfrutar del meollo madrileño, e incluso (si así lo desean) de ver a famosos o pseudofamosos.
Y antes de más detalles, la primera pregunta obligada a responder es el origen de nombre, cuya respuesta, lamentablemente muy original no es. Evidentemente, todo se debe a que antiguamente se trataba de una pescadería, habiéndose transformado actualmente en un espacio casual, donde la clientela objetivo son los más jóvenes. De ahí que la filosofía del restaurante se base en la acción de compartir. Lo económico prima. Algo que también se refleja en la decoración, de la cual ya hemos anticipado ciertos detalles anteriormente. Local con aire industrial, mesas sin mantel, mesas colocadas de forma atrevida, incluso algunas dan la sensación de vagón de tren privado. Por último, si este les gusta, tienen al hermano mayor (mayor digo, dado que La Pescadería es de muy reciente apertura; el pasado mes de septiembre echó a andar, concretamente) muy cerquita; Lamucca en la calle Pez. Mismos propietarios, misma filosofía y mismo estilo.
Les confieso que yo seguí a pies juntillas todas las indicaciones que les he dado. No soy de los que "consejos vendo, que para mí no tengo". Por ello, homenaje a la ración. El inicio fue clásico, en contraposición a la modernidad de los platos ofrecidos por el lugar. Patatas bravas con una salsa rebajada, que cumplían con el expediente.
El otro entrante sí que lo podemos situar en el catálogo de platos modernos: tacos de rabo de toro. El taco bien y el rabo de toro, notable. Pero si hay algo que destacar en el plato, son sus verduras. Estas estaban adobadas con limón, cebolla y sal, que a uno le producían la sensación de degustar un ceviche. Fantástica fusión de gastronomía mexicano-española. Bravo.
Y ahora, los platos principales ¿Qué les parece unas brochetas de pollo con piña? Desde luego que son ingredientes que combinan ni que pintados. El pollo además de con los pimientos verdes y rojos, la cebolla, la manzana combina de maravilla con la piña. Por tanto, un buen acierto.
2 platos más y llegamos al dulce de la casa, osease, el postre. Primero, nueva visita turística gastronómica: degustamos un pedazo de la Europa más alejada, en concreto, Turquía: kebab de cerdo ibérico con salsa de yogur picante. Perfecta sincronía de sabores. Alumnos aventajados de la escuela otomana me atrevería a señalar. Excelente.
Y el otro, vuelta a lo más clásico, pero sin faltar en ningún momento el toque especial de la casa, de ahí el motivo del nombre del plato: Burger "La Pescadería". Lo más importante es que el plato se componía de ingredientes realmente naturales. Y eso, desde luego, en un plato de estas características es fundamental.
Y por fin, lo prometido; el postre: tarta de zanahoria. Les tengo que confesar que era mi primera vez y...¡¡Me encantó!! Postre de origen inglés, donde, sin lugar a dudas la zanahoria tiene un papel estelar en el interior del bizcocho. Además se suele recubrir con una capa de azúcar glas duro, que junto a frutos secos, tales como las nueces, convierten al plato en un auténtico manjar. Repetiré.
Por tanto, la cocina casual joven tiene un nombre y un lugar: La Pescadería en Madrid.
entre los platos elegidos; el kebab y la tarta! son destacables
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