jueves, 11 de septiembre de 2014

El poder de la tierra

Tras una merecida pausa veraniega, ya está de vuelta Gastrodisfrute; espero que no me hayan echado mucho de menos. Eso sí, el periplo vacacional ha dado para bastante, como podrán ir comprobando a lo largo de las próximas semanas, al ir conociendo los distintos rincones de nuestra rica y vasta gastronomía. Hoy comenzamos en un lugar muy especial y bello, que no es otro que Puebla de Sanabria (Zamora). Allí visitamos La Posada, pero no la confundan, porque en la propia villa hay más de una. Seguro que el testimonio gráfico les guía al lugar correcto.








A destacar el entorno; unas vistas espectaculares al lago, lo que provocan que un simple café sepa a gloria divina. Además, la propuesta de multitud de salones privados permite disfrutar de una privacidad difícil de encontrar en muchos restaurantes. Nosotros tuvimos el placer de saborear la cocina sanabresa en un salón ¡¡dentro de una  auténtica roca!! Y sí, su cocina se basa exclusivamente en el producto sanabrés, por lo que por un día uno se hace acreedor de una exquisita gastronomía local.









Como les he adelantado anteriormente, todos y cada uno de los distintos platos fueron originarios de la tierra. 2 entrantes; por un lado, uno que lógicamente no podía faltar en la mesa: los inigualables Boletus Edulis en su salsa ¿En una tierra experta en la ciencia de la micología cómo negarse a saborear al rey de las setas y hongos? Y vaya que fue el rey. Simplemente fabulosos.





Continuemos con los entrantes y los platos de la tierra ¿Les apetecen unos habones sanabreses con tropezones de matanza? Supongo que antes que nada, querrán saber de qué se trata. Pues son una variedad de alubia sanabresa, de delicada textura y excelente sabor, y sobre todo, de finísima piel, con lo que la nota es de 10. Si son amantes de la alubia, no pueden pasar por alto esta majestuosa legumbre.









Los platos principales tampoco fueron una excepción. Nuevamente cocina basada en los recursos de la tierra y de las aguas de su entorno. Lo mejor de la jornada gastronómica: rabo de ternera con edulis. Y mira que yo no soy muy amigo de este tipo de carne, pero es que lo bordaron en presentación, originalidad, preparación y sabor. Bravo. Una lámina de queso al horno con unos sabrosos edulis sobre una cama de arroz, acompañando a una carne tierna tienen la culpa.










Sigamos. Turno del ragout de corzo con ciruelas al oporto. Ya ven, tierra de caza también. Quizás resultó una pequeña decepción, pero en su defensa se debe resaltar la dificultad del plato, a lo que se añade el listón tan elevado que dejaron el resto de platos. Hasta el mejor escribano tiene un pequeño borrón.








Y por último, un clásico de nuestros paladares y nuestra gastronomía: el solomillo de ternera, pero claro, en este caso, como no podía ser de otro modo, con una peculiaridad: ternera sanabresa, siendo totalmente fieles al guión establecido previamente. Por cierto, el solomillo, fantástico. Poco hecho, lo que realzaba el sabor de la pieza. El pequeño, pero gran secreto del éxito de este plato.





Momento de los postres. Optamos por degustar una original tarta de queso, quizás ¿estilo sanabrés también? Original tanto por su sabor, como por su composición. Nos recordaba a la archiconocida quesada cántabra, pero más jugosa. En definitiva, un híbrido entre la típica tarta de queso y la quesada. Bien.






Y para terminar, un helado, pero vaya helado, señores: helado de queso con miel. Una vez más el queso presente en los postres, algo lógico, por otra parte, dada la calidad de los quesos de la provincia de Zamora. Volviendo al tema del helado, 100% recomendable. Pocas veces había tenido el gusto de saborear un helado tan natural. De veras.






¿Homenaje a los productos de la tierra? Visiten entonces La Posada en Puebla de Sanabria.



Última visita: 11/08/14
Web del restaurante (no disponible)



49300 Puebla de Sanabria
Zamora

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