Hoy estamos de auténtica enhorabuena, dado que visitamos al bueno de Aitor Elizegi, uno de los chef con más éxito de toda Bizkaia. Este siempre ha estado embarcado en multitud de aventuras gastronómicas, si bien esta vez nos centraremos en su lugar fetiche, que no es otro que el Bascook situado en Bilbao. Desde luego que el nombre del lugar ya nos está dando una pista de lo que nos vamos a encontrar: una cocina basada en el producto local. Pero no es sólo eso, porque al mismo tiempo nos encontramos ante un estilo culinario innovador, desenfadado y de fusión.
En cuanto a la ubicación del lugar, es ideal; prácticamente se encuentra en pleno centro de la villa vizcaína, junto al Palacio de Justicia, tratándose de un espacio bellísimo, tras la reforma por la que apostó Aitor. En concreto, en 2010 acabó toda su reconstrucción, convirtiendo un antiguo almacén de sal, en un lugar gastronómico coqueto y elegante, donde del pasado sólo quedan las paredes de piedra. Y si a ello le añadimos que nos sentaron en un reservado, pues miel sobre hojuelas. Allí nos recibió un personal atentísimo con una carta muy original y sorprendente. En realidad, más que una carta se trata de un periódico en el que se recogen anécdotas de la villa y sus lugares más emblemáticos.
Comencemos con la fiesta. Entrantes a gogó y a cual más original: wok de pasta, cebolla de Zalla y pimientos asados en leña. Ejemplo clarísimo de la importancia del producto local y siempre el guiño a otros lugares y cocinas. Sin duda. La forma de preparar la pasta y el aliño con frutos secos es muy de inspiración asiática. Soberbio.
Más. El que fue por votación popular el plato más aclamado de la velada: raviolis de bosque y trufa, pomada de champiñón y capuccino de avellanas. Novedoso, sabroso y cautivador. Todos los allí presentes, sin excepción alguna, si sentíamos disgusto por algo, es por no poder repetir inmediatamente dicho manjar. Recomendable 100%.
Tercer entrante y definitivo: nigiri de aguacate, gel de soja y maíces del mundo. Ya ven Bascook continúa con la sintonía de aunar y fusionar multitud de cocinas del mundo. En este caso nos llevamos un trocito de Japón y México a nuestros paladares embriagados.
Los platos principales, del mismo modo, fueron abundantes y muy variados. Para empezar unos huevos rotos, pero, evidentemente, no al uso. El estilo Bascook debe de estar presente y así es. Huevos eco con patata rota y longaniza Joselito brasa. Producto local (huevos ecológicos y patata alavesa) y de primera (Joselito, garantía de éxito), que convierte un plato común en algo mágico.
Sigamos con las sorpresas gastronómicas. Un suave, fresco y delicado ceviche creo que es una buena elección. En concreto, ceviche de anzuelo, tempura de pulpo y pomada de alga nori ¡¡Qué mejor que una brillante fusión de la cocina peruana-japonesa, que sin lugar a dudas, es la que mejor marida!! Exquisito el pulpo elaborado con las directrices japonesas y mención especial a dicha alga marina japonesa por su aportación sabrosa, y sobre todo, por sus propiedades medicinales.
A continuación otro de los platos que se llevó los aplausos de los allí presentes, tanto por su originalidad, como por su gusto delicioso: tempura tinta de kokotxas con crema de patata en salsa verde y habitas. Dos joyas locales de la tierra y del mar, como las kokotxas y dichas verduras en el mismo plato ¡¡Vaya lujo!! Las habas de impresión y la elaboración de las kokotxas novedosa, pero soberbia.
Sigamos con el pescado. Oportunidad para degustar uno de los símbolos del Bascook, que no es otro que el bacalao. En esta ocasión nos deleitaron con un bacalao confitado, pil-pil de porrusalda y pomada de sopa de ajo. Si en Bilbao la preparación de este pescado es una religión, Aitor es uno de los mesías. Se lo aseguro.
Y antes de que se impacienten, llegamos al momento de la carne: rabo y carrillera con pesto y sal de Idiazabal. Carne que se deshacía, sin apenas tener que realizar esfuerzo alguno, dado que su textura era sutil, tierna y delicada. Y un punto más, por haber tenido la genial idea de añadir al plato el pesto. Mezcla perfecta.
Otro momento espectacular de la noche fueron los postres. Tuvimos el placer de degustar un trío de dulces muy diverso. Empecemos, por qué no, con algo digestivo. Gin tonic helado, tartar de scheppes y macarrón de yuzu. El macarrón, como siempre una delicia, y no digamos nada de la elección del sabor, el yuzu. Un cítrico japonés que sirvió de ayuda para que nuestros estómagos comenzaran a dar señales a la máquina digestiva. Y lo demás, por supuesto, inigualable.
Para saciar el gusto de los comensales más golosos, siempre existe un lugar para el chocolate, y en nuestro caso, evidentemente, no podía ser una excepción. 100% chocolate cake caliente y toque de cacahuete. Advertirles a los amantes del noble cacao, que afronten el plato con cierta moderación, puesto que, en caso contrario, el a priori derrotado bombón les puede amargar la velada. Sean prudentes; la tentación es así de peligrosa.
Y por último, no podía faltar el postre estrella de la casa: torrija con crema de flan y helado de flan. Otro de los ilusionismos gastronómicos de Aitor son las torrijas. Fantásticas; es más, insuperables diría yo. Con un helado que no le va a la zaga, el cual está adornado de los más que conocidos peta-zetas, los cuales crean una sensación más que curiosa en la garganta. Por cierto, Aitor ha optado por añadir este ingrediente en la mayoría de sus postres. Marca de la casa.
Sueños, magia, paz, relax, tranquilidad, misterio gastronómico y mucho más es Bascook. Disfrútenlo.
Última visita: 30/04/16
Barroeta Aldamar, 8
48001 Bilbao |
94 400 99 77
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