Hoy nos adentramos en el corazón de Bilbao, con el fin de poder degustar una gastronomía vanguardista y con un sabor un tanto especial. Dicho lugar se encuentra en uno de los barrios más populares y con más vida de la honorable villa, el cual no es otro que Bilbao La Vieja ¡¡Qué historias no habrá vivido este maravilloso lugar!! Espacio que ha sabido regenerarse para llegar incluso a tratar de hacer sombra al más moderno Soho neoyorkino. Ejemplo de ello es el restaurante Ágape. Modernidad y sofisticación.
Antes de tener el placer de saciar su paladar, les sorprenderá lo vistoso, animado y festivo que es el barrio, con una maravillosa ría a sus pies, gracias a las múltiples razas que allí conviven, lo que le otorga una indudable riqueza. En el interior del restaurante lo que uno puede apreciar es que la decoración va acorde con la filosofía gastronómica del restaurante: modernidad. Buena elección la de dejar la piedra a la vista, combinando los colores rojos de las sillas con el negro de los sofás excepcionalmente, si bien hubiera que poner algún pero, sería la poca separación entre mesas.
Después de este preámbulo es ya momento de compartir el gozo gastronómico. Dos entrantes y un plato principal fueron los que nos generaron tanta pasión culinaria. El primero de ellos, ensalada de chipirones y verduritas con vinagreta especiada. Verduras templadas que siempre son una invitación a saborearlas por sus propiedades terapéuticas, pero más aún en la época que nos encontramos. Buen comienzo.
Continuemos con el otro plato principal: revuelto de setas y hongos (boletus edulis) al Jerez con taquitos de jamón ibérico. Este plato no necesita presentación alguna. Cuando el hongo es bueno, ni el más torpe puede causar estropicio alguno. Dada la calidad del boletus y la pericia del cocinero, fue la creación más aclamada.
Y como plato principal, en esta oportunidad un servidor optó por la carne ¡¡Qué mejor que un taco de chuleta con pastel de patata y beicon queso para conseguir la cuadratura del círculo!! A destacar además de lo tierna que estaba la carne y el punto exacto de elaboración, lo bien que maridaban la patata, el beicon y el queso. Formidable.
Para terminar, como mandan los cánones, un buen postre. Una tarta de cuajada con toque de cítricos, para una culminación gastronómica de altura. Final refrescante y digestivo. Perfecto.
Ya ven, si desean entrar en el corazón de Bilbao y disfrutar de un placer gastronómico admirable, Ágape es el lugar.
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