miércoles, 7 de noviembre de 2018

Lo mejor del mar con desbordante simpatía

Hoy visitamos la villa marinera por excelencia, que no es otra que la preciosa Castro Urdiales en Cantabria. Allí nos espera el amabilísimo propietario del lugar, Santos Guerrero, que nos encontró un hueco cuando el establecimiento estaba completo. Gran detalle. El nombre sorprende un tanto: La Arboleda, pero tiene su explicación. Él es originario de dicho pueblo, y bien orgulloso que está, como lo demuestra con gran pasión con todas las fotografías del Athletic, que cuelgan sobre las paredes. Les recomiendo encarecidamente que si se trata de fin de semana, no duden en reservar previamente, dado el tamaño reducido del local. Es uno de los pequeños peros que se le podría poner. Espacio limitado, por lo que las mesas se encuentran muy juntas, y eso nos lleva a participar en conversaciones ajenas, si somos demasiado sociables.






Si es cierto que el restaurante no es de un lujo desmesurado, sino todo lo contrario, dicho pequeño déficit se suple con creces gracias a la ya comentada colaboración de todo el personal del restaurante, el cual en todo momento va guiando al comensal en la elección del mejor pescado fresco. Uno se siente como en casa, algo que por otra parte, no sorprende, porque su ubicación ya invita a ello. Su ubicación se encuentra en una de las zonas más animadas de la villa, siendo el local una extensión de dicha calle, habida cuenta de su facilidad para acceder al recinto. Por tanto, local modesto, pero el trato es tan cercano, que uno enseguida se olvida de todo ello.







La velada gastronómica comenzó con unas rabas de calamar frescas. Resultaron espectaculares. Y todo ello, por dos motivos; por un lado, el producto era de primerísima calidad, y por otro, la elaboración tenía su truco. La fritura era de una precisión exacta. 18 segundos, ni más ni menos, de modo que la cantidad de aceite brillaba por su ausencia. 








Para el otro entrante, decidimos inclinarnos por el capítulo de los mariscos. En este caso humilde, pero realmente sabroso. Vieiras a la brasa. Nuevamente, materia prima insuperable y de la zona, principal característica por la que se reconoce La Arboleda. Excelente.


















Y como plato principal, ¿quién va a hacer ascos a un besugo a la plancha? Todo OK. Sus patatas panaderas, cebolla, salsa a base de aceite y vinagre... Una vez más un pescado de la zona, al que le saben sacar el máximo partido.














Finalmente, el postre estrella de la casa: torrijas flambeadas con chinchón seco de 74º. La textura y el sabor del dulce, de matrícula. Quizás hubiera quedado mejor sin flambearlo, porque ya de por sí el dulce era estupendo, y el alcohol le otorgaba un amargor innecesario, motivado por el que se quemara la canela que coronaba la torrija.


Dos logros en uno es lo que nos ofrece La Arboleda: sentirse feliz y poder degustar los mejores productos del mar. Ahí es nada.



Última visita: 13/10/18


C/ Ardigales Nº48 
39700 Castro Urdiales



942 87 19 93


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