¡¡Hoy nos vamos de boda, sí señores!! ¿Qué mejor que un gran homenaje gastronómico en la celebración de un evento tan especial? Pues para ello nos dirigimos al exclusivo y diferente Real Golf Club de San Sebastián, cuya ubicación no se halla en la Bella Easo, si no en una hermosísima villa que poco le tiene que envidiar, que no es otra que Hondarribi. En dicho lugar en un caserío emblemático (Borda-Gain) situado en las faldas de Jaizkibel, el cual en la década de 1960 fue remodelado para acoger al Club de Golf nos esperaba con todos sus encantos gastronómicos su capitán, Jon Marie Grao Crespo.
Evidentemente tratándose del evento que se trataba, el comienzo no podía ser otro que un cocktail de bienvenida, en el cual no faltó de nada. Entre los aperitivos fríos habría que destacar el foie en canapé de tostadita, el taco de pulpo, las gildas de anchoa y los diferentes makis, sashimis y nigiris, entre muchos otros. Entre los aperitivos calientes también hubo un buen festín: croquetitas, crujiente de puerro y fideuá, buñuelo de morcilla, tempura de trigueros, gambas fritas... Y todo ello, con el lujo de poder disfrutar al mismo tiempo de la espectacular bahía de Txingudi y Hendaya. Ahí es nada.
Entremos en materia. Para comenzar un inolvidable crujiente y fluido de txangurro con perla de vieira, sopa de almejas y ensalada de txipiron crujiente con aliño de pipa. Igual de suculento que su denominación lo hacía indicar. Cuando todos los elementos que componen el plato son de calidad primorosa, se obtiene una sinfonía mágica.
Sigamos. ¿Qué les parece ahora un pescadito? ¿Fenomenal, verdad? Pues para deleitarnos, la reina de los mares: merluza de pintxo a la bretona con gambas al cebollino silvestre. Salsa bretona; magnífica idea. Este tipo de salsas a base de crema de leche, mantequilla y un poco de vino blanco maridan perfectamente con el pescado. Bravo.
Antes de pasar con la carne, nos merecemos una pequeña tregua para asentar perfectamente todo el conjunto de sabores paladeados, y que mejor para ello que el típico sorbete, si bien en este caso era singular por su gusto, motivado por sus ingredientes: sorbete de limón con majao de menta y flor eléctrica. Términos nuevos para mí, ambos dos. El primero, simplemente, machacar la menta. Y el segundo tiene más enjundia: se trata de una flor originaria de Brasil y de Perú, cuyo nombre debe a ese extraño hormigueo que produce en el paladar. Increíble el juego que puede dar un sorbete. Maravilloso.
Ahora para los más ansiosos carnívoros llega su trance gastronómico más emotivo. La carne en la mesa. Nada más y nada menos que un solomillo Rossini. Al igual que la salsa bretona, el origen igualmente se debe a la inigualable cocina francesa. Basta con saltear en una sartén con mantequilla dicho solomillo cubierto con una rodaja de foie gras pasada unos segundos por la sartén. A continuación se sirve sobre una rebanada de pan ligeramente frita en mantequilla y se acompaña de unas trufas laminadas regadas con una salsa a base de vino tinto y tenemos esta auténtica maravilla.
Finalmente, un ambicioso dulce para redondear un sueño gastronómico hecho realidad. Bizcocho cremoso de canela con helado de avellana y crema de pistacho. Esta vez, sin lugar a dudas, el éxito del postre estaba en la elección de los elementos. Canela, avellana y pistacho son la familia perfecta. Excelente.
El Real Golf Club de San Sebastián el lugar donde sus sueños gastronómicos se hacen realidad.
Última visita: 20/10/18
Ver ubicación Longitud: 1º 49’ 36’’ Oeste Latitud: 43º 20’ 16’’ Norte
Chalet Borda-Gain
Barrio Jaizubia
20280 Apdo. 6.
Hondarribia (Guipuzcoa)
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