En el día de hoy visitamos un lugar en pleno centro de Bilbao, que, a diferencia de otras ocasiones, rompe el fracaso binomio hotel-restaurante. Generalmente no maridan bien, pero en esta ocasión vaya que sí lo hacen. El espacio gastronómico del que hablamos, no es otro que Aitor Rauleaga. Fácil identificación. Lleva su firma hasta en la elección del nombre del establecimiento. Fiel a la tradición del producto y su importancia Aitor elabora una cocina sin artificios, que la crítica la está entendiendo de maravilla, como lo demuestra el reciente Sol Repsol obtenido. Enhorabuena, amigo.
El bagaje de Aitor es incuestionable: Zuberoa, Goizeko Kabi, Goizeko Wellington, Horma Ondo, Trueba y ahora exhibe sus espectaculares habilidades culinarias en donde debía de ser, en su casa. Ubicación perfecta, por cierto, dado que se halla en el céntrico barrio de Abando, junto al Palacio de Justicia y a un paso de la Gran Vía. Y como siempre una pequeña mención a su arquitectura y diseño. Notable mejora tras la reforma realizada, que dotan al local de un ambiente mucho más acogedor e íntimo.
Si bien no era la época más señalada para dicho producto, Aitor nos obsequió, con el fin de ir abriendo nuestras papilas gustativas con una deliciosa y suave chistorra de Arbizu, lugar donde este producto es la excelencia. Se agradecen estos comienzos, de veras.
Vayamos ya con los entrantes. Primero, donde claramente se denota su origen guipuzcoano, txangurro a la donostiarra. Un placer auténtico. Bastaban cerrar los ojos, impregnarse de su aroma y trasladarse a la bella villa marinera de Getaria, donde el txangurro es religión. Mis más sinceras felicitaciones.
En cuanto al segundo entrante, unas de mis debilidades: huevo de "Oilobide" a 65º sobre puré de patata trufada y pimientos asados. De la mar a la tierra, para degustar un plato sencillo, pero que cuando se elabora con este arte el resultado es soberbio.
Momento de los platos principales. Pescado y carne, como mandan los cánones de todos los libros gastronómicos. En lo que se refiere al pescado, la reina de los mares en el plato: lomo de merluza braseada sobre piperrada. Apunten. La especialidad de Aitor es la merluza, bien sea a la brasa, bien sea en salsa verde. No desaprovechen la oportunidad y saboréenla.
En cuanto a la carne, un valor seguro: chuletón de vaca premium braseado con ensalada y crema de patata. Aquí Aitor vuelve a mostrar su destreza en los fogones, pues el punto de la carne es el perfecto.
Y para acabar el festín, un señor postre. Más bien un doble postre: torrija con helado de vainilla, acompaña de un hojaldre relleno de nata. Mejor broche final imposible. Tuvimos el placer de degustar dos de sus postres principales, tras ser bien aconsejados por Aitor.
Ya saben, si quieren conocer un lugar en pleno centro de Bilbao, donde la entrega al producto es total, deben visitar Aitor Rauleaga.
Última visita: 26/07/21
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