jueves, 14 de julio de 2022

Sabores de ensueños en cuevas con encanto

En el día de hoy de degustamos los mejores manjares en una ciudad bella y apacible donde las halla, como la siempre acogedora ciudad de Vitoria. Allí nos encontramos con un lugar hermosísimo, Kobatxa, en cuyo origen etimológico merece detenerse. Pues bien, covacha, no deja de ser una cueva pequeña, pero aquí hay mucha más historia, y arquitectónica, sobre todo. En realidad, se trata de una construcción arquitectónica de Justo Antonio de Olaguíbel, para salvar el desnivel de la antigua colina que limitaba la expansión y crecimiento de Gasteiz. Una de esas partes son siete cuevas con piedra de mampostería que se ubican bajo la plaza del Machete y que reciben el nombre de covachas, en las entrañas de la ciudad, que en un principio fueron el lugar destinado a instalar los puestos de pescado, fruta y verdura, las cuales necesitaban una temperatura y humedad adecuadas para su conservación. En la actualidad se han convertido en inmejorables servicios de hostelería.







Y su gastronomía tampoco se queda coja, en absoluto, dado que quienes se encuentran al frente de este templo gastronómico son creadores de grandes espacios gastronómicos en la ciudad que nos ocupa: Rosa Villarroel y Carlos Antolín. Ellos han apostado por una gama diferente de locales y en todos y cada uno de ellos han triunfado. Tanto por su gastronomía, como por el diseño que les han dado a sus locales. En Kobatxa se han preocupado muchísimo en este aspecto, ofreciendo la posibilidad al comensal de disfrutar de varios comedores en piedra con una decoración exquisita, amén de sus preciosas barras y una terraza cuidada al máximo.









Sobre la gastronomía de Kobatxa, mucho y rico. Comenzamos con tres entrantes, si bien antes, gentileza de la casa, tuvimos el placer de degustar un gazpacho de sandía con aguacate, ideal para combatir los días calurosos de la época. Un gran acierto.











Ahora sí, ya es el momento de detallar los diferentes entrantes. Primero, y continuando con productos para atenuar las altas temperaturas, una más que vistosa ensalada de burrata con granada, cherris, polvo de aceituna negra aliño de fruta de dragón, más conocida como pitahaya.













Más entrantes fríos y fáciles livianos de digerir: carpaccio de vieira con gotas de pimienta, sal, aceite y limón. Muy refrescante con una vieira delicadísima y demostrando una vez más el arte con los aliños. Bravo.










Para acabar con los entrantes, no todos iban a ser fríos. No obstante, al igual que el resto, se trataba de un plato de fácil ingesta: alcachofas con micuit y salsa de hongos. El maridaje de todas las materias primas de diez, pero si hubiera algo que destacar, sin duda, la salsa de hongos. Sutileza máxima, sin enmascarar el sabor de la alcachofa.













Continuando con los platos principales, fue una auténtica verbena gastronómica, por toda la variedad que degustamos. Comenzó el festín con un arroz cremoso de pulpo. Les aseguro que Kobatxa también es un buen lugar para disfrutar de unos buenos arroces. Esta vianda es fiel ejemplo de ello.

















Otra delicatessen más, aunque se tratara de uno de los platos más clásicos de nuestras cocinas: pimientos rellenos de txangurro con salsa vizcaína. Exquisita la calidad del pimiento, que eso ya es un buen principio, una bechamel perfecta y una salsa ligera y suave, que hacían del plato una auténtica exquisitez.













¿Qué les parece terminar con pescado y carne? Pues allá vamos a atender su demanda gastronómica. Como buen representante del pescado, fresco y muy en boga, tataki de atún con mahonesa de kimchi, mahonesa japonesa que tiene un ingrediente especial, que no es otro que el ajino moto. Todo perfecto, y sin que faltara su toque de sésamo. Excelente.










Por último, el momento de la carne, pero en línea también con todos los platos que se saborearon a lo largo de la jornada: steak tartar de solomillo. Espléndido. A la altura de los mejores tartares. Quizás, por poner algún pero, el sabor de la mostaza superaba un poco lo exigible. A pesar de ello, plato de nota, igualmente.















Abróchense los cinturones gastronómicos, pues aún no hemos llegado al final. Como mandan los cánones, no podía faltar el momento postre. Dos tartas, a falta de una. Primero, una riquísima y fina tarta de queso sin hornear.













Y ya sí para llegar definitivamente al cénit gastronómico la última tarta, de zanahoria en este caso. Reto importante el que se marcaron con este postre, dado que cada vez son más los restaurantes que ofrecen este dulce, con lo que el efecto comparación les podía perjudicar seriamente. Afortunadamente dicho efecto pernicioso brilló por su ausencia.







La belleza del espacio y su gastronomía invitan a visitarlo al menos una vez. La repetición caerá por su propio peso. Es el encanto mágico de Kobatxa.



Última visita: 13/07/22

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Mateo Benigno Moraza, 20
01001 Vitoria-Gasteiz
Álava-Araba



  
+34 945 130 791




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