Hoy nos vamos al centro de Bilbao para gozar de un más que interesante menú, concretamente al Asador Zuria, el cual se halla situado en los sótanos de un más que coqueto hotel, que no es otro que el Jardines de Albia. Y el nombre, como en la mayoría de los casos, tiene su explicación. Zuria en euskera significa blanco, color que predomina de manera absoluta en todo los elementos que contiene el restaurante: mesas, manteles, sillas, paredes...
Y dicho blanco inmaculado nos invita a soñar con nuestras mayores fantasías gastronómicas. Todo ello unido a una separación de las mesas más que adecuada, con una mantelería, cubertería y vajilla moderna, que se cambiaba continuamente en los distintos servicios, de modo que las impresiones previas resultaban más que esperanzadoras. Ya sólo faltaba decidir qué comer para poner la guinda al pastel. En esta ocasión no hubo discusión alguna. Un ligero menú degustación para todos.
El menú constaba de dos entrantes y dos platos principales, sin olvidar su correspondiente postre. El inicio con un clásico: las croquetas del Zuria. Exquisitas. Finas, cremosas y con una bechamel magnífica. Por cierto, rellenas con un jamón de calidad, lo cual también ayuda, y mucho.
Un entrante más e igualmente, de los ya asentados en nuestra hostelería: terrina de foie hecha en casa. El que fuera elaborado en el propio restaurante le daba un plus al plato, que todos y cada uno de los comensales celebramos notoriamente.
Momentos importantes. Pescado y carne, carne y pescado. Monta tanto, tanto monta. Para empezar, un pescado de los nuestros: lomo de merluza a la brasa. Ya ven, homenaje a lo tradicional. Con acierto pleno también en lo que respecta al pescado. Enhorabuena.
Y por último, la carne. Un entrecot laminado al carbón con pimientos rojos acompañado de una cremosa salsa de setas espectacular. Como mandan los cánones: costra por fuera, jugosa por dentro y rociado de una sal gorda para darle el toque final. Bravo.
Final épico: tostada del Zuria con helado de queso. Esponjosa y dulce. En definitiva, una auténtica maravilla. Tanto este dulce como las croquetas son sus especialidades, de modo que si tienen la oportunidad, no dejen de apuntársela en su libreta de platos pendientes. Les aseguro que lo agradecerán.
El sabor de lo tradicional nos espera en el Asador Zuria. Disfrútenlo.
El menú constaba de dos entrantes y dos platos principales, sin olvidar su correspondiente postre. El inicio con un clásico: las croquetas del Zuria. Exquisitas. Finas, cremosas y con una bechamel magnífica. Por cierto, rellenas con un jamón de calidad, lo cual también ayuda, y mucho.
Un entrante más e igualmente, de los ya asentados en nuestra hostelería: terrina de foie hecha en casa. El que fuera elaborado en el propio restaurante le daba un plus al plato, que todos y cada uno de los comensales celebramos notoriamente.
Momentos importantes. Pescado y carne, carne y pescado. Monta tanto, tanto monta. Para empezar, un pescado de los nuestros: lomo de merluza a la brasa. Ya ven, homenaje a lo tradicional. Con acierto pleno también en lo que respecta al pescado. Enhorabuena.
Y por último, la carne. Un entrecot laminado al carbón con pimientos rojos acompañado de una cremosa salsa de setas espectacular. Como mandan los cánones: costra por fuera, jugosa por dentro y rociado de una sal gorda para darle el toque final. Bravo.
Final épico: tostada del Zuria con helado de queso. Esponjosa y dulce. En definitiva, una auténtica maravilla. Tanto este dulce como las croquetas son sus especialidades, de modo que si tienen la oportunidad, no dejen de apuntársela en su libreta de platos pendientes. Les aseguro que lo agradecerán.
El sabor de lo tradicional nos espera en el Asador Zuria. Disfrútenlo.
Bilbao (Bizkaia) 48001
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