martes, 20 de febrero de 2024

Eficacia gastronómica

En el día de hoy regresamos a la Bella Easo, cuna de la mejor gastronomía. Ciudad bellísima donde las haya y con una capacidad infinita de ofrecer manjares suculentos. Concretamente, visitamos el restaurante Kaskazuri, que como podían imaginar tiene su traducción del euskera. Literalmente significaría "de pelo cano". En esta ocasión no acierto a adivinar el motivo de la elección de tal nombre. Bien sea, porque tienen la esperanza de que el local va a perdurar en el tiempo, o bien, porque buscan un público más maduro, que no es el caso. Espero su ayuda, para que un servidor no perezca en este mar de dudas. Lo que no ofrece dudas es su ubicación, la cual es indiscutiblemente magnífica. Kaskazuri se sitúa en el Paseo Salamanca, junto a la desembocadura del río Urumea



En lo que se refiere al local en sí, la reforma le ha dado un toque moderno y vanguardista muy a tener en consideración. Comedores muy acogedores con su mantelería blanca, grandes espacios y una iluminación perfecta, que se adapta a las distintas franjas horarias, para que los diferentes platos brillen con la mejor luminosidad. Los dos comedores tienen personalidades totalmente antagónicas. El de abajo es un lugar más multifuncional (con opción de discoteca inclusive) con unas luces más azuladas, si la ocasión lo requiere. Y como guinda, su enorme acuario marino tropical. Por el contrario, el comedor de arriba es más señorial y con unas vistas espectaculares. Por último, antes de adentrarnos en lo que realmente nos compete, una reseña al gran chef: Antton Otaegi, quien tras comenzar muy joven en Kaskazuri, regresa para tomar las riendas convirtiéndose ya en un mago de los fogones.






Entremos en harina. Las opciones son varias y todas apetecibles.  Menú del día, menú especial, menú degustación y carta. Nosotros optamos por la segunda alternativa. Para comenzar con los entrantes, terrina de foiegras con tostadas servido al centro. La calidad del producto soberbia. Nada que objetar.








Otro segundo entrante, pero en este caso cada comensal con su ración individual: ensalada de langostinos, setas y semillas. Quizás, las semillas no maridaban demasiado bien, pues su sabor no tenía un gran aporte. Ese pequeño pero, únicamente.







Para finalizar con el apartado de los entrantes, el que podría ser el que más destacó entre todos ellos: crepe relleno de bechamel. Todo más que perfecto. Tanto el continente como el contenido. Una buena bechamel siempre hay que valorarla con nota.







Llega el momento de máxima tensión, los platos principales. Como mandan los cánones, carne y pescado. El pescado no tuve el placer de degustarlo, pero quienes dieron buena cuenta de ello, salieron más que satisfechos. Por un lado, un rape de ración con refrito de ajo. Gran aspecto.









En cuanto al otro pescado, un clásico de la cocina donostiarra: merluza al horno con salsa de txangurro. La reina de los mares acompañada de su mejor novio, que no es otro que el centollo. Matrimonio perfecto. Enhorabuena.







Momento previo al dulce con una buena pieza de carne: solomillo de vaca con salsa roquefort. Un punto para destacar de sobremanera fue que el queso no enmascaró en ningún momento el sabor de la carne, que la cual llegó a la mesa muy poco hecha, como se sugirió. Gracias.





Para terminar el festín, un buen postre. En este caso, una pequeña degustación para quedarnos con un mejor sabor de boca: tarta de queso con helado de frambuesa y torrija de coco con salsa de mango. No fue lo más especial de la jornada. Bien, porque llegamos a la recta final un tanto saciados, o bien, porque un servidor es más que exigente en lo que concierne a dicha materia.




Si desean relajarse cerca del mar, al tiempo que degustan una gastronomía sin pretensiones, pero satisfactoria, no busquen más. Kaskazuri es su lugar.



Última visita: 17/02/24


Web del restaurante
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Paseo Salamanca,14
20003 Donostia-San Sebastián
943 420 894

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