Queridos amigos, aun continuamos sin abandonar la bella isla de Formentera. Me consta que más de un lector está impaciente por llegar a la gran Ibiza. Pues que no se apresure, puesto que nos queda muy muy poquito para poder hacer realidad su ilusión. Antes les tengo que alegrar la vista con un restaurante, que más que un local al uso es un auténtico, paraíso y vergel. Nosotros y el mar éramos todo uno. El paisaje era un verdadero pedazo de nirvana y edén a nuestro alcance. La diosa fortuna se había aliado con un servidor esta vez.
¿Y ustedes estarán preguntándose, de qué maravilla se tratará? Pues del restaurante Es Caló, el cual se halla ubicado, evidentemente, en la localidad de Es Caló de Sant Agustí en la isla de Formentera, junto a una de las más hermosas playas de toda la isla. Y no sólo es belleza lo que allí se encuentra, sino gastronomía pura, dado que el nivel de la gastronomía raya a gran altura, gracias a su jefe de cocina, Toñi Ibáñez, que acumula una curtida experiencia, tras desarrollar su amplísima cocina en otra preciosa zona de la isla, como es el Pilar de la Mola.
Antes que nada les tengo que indicar que su especialidad es la cocina de Formentera, la cual se basa en arroces y mariscos. No obstante, la carta ofrece muchas más variedades, en sintonía y a la altura del paisaje que uno puede gozar. De este modo, el afortunado comensal tendrá la oportunidad de degustar tanto una comida como una cena sin prisas, mezclando sabores y sensaciones para
la vista y para el paladar.
Como siempre, detallito de la casa. Unas olivas de la zona, abundantes en esta isla como bien saben ustedes, y una crema para untar con pan. No es mal inicio para abrir boca.
Otra vez más pescado. Y aunque parezca mentira, les advierto que no hay posibilidad de hartarse, dada la calidad y que siempre se descubre algo nuevo. Por un lado, el pescado del día recomendado por la casa: mero. Terso, sabroso y fresco. No se puede pedir más. Bueno sí. El acompañamiento, el cual fue dignísimo. Ricas patatas y gran verdura. En estas islas saben trabajar la verdura...
Y el otro pescado, la joya de la casa. Gallo de San Pedro frito y encebollado. Detalle gastronómico: en una palabra, espectacular. Y es que este pescado es muy muy especial, por eso entiendo que les debo contar un poco de su historia. Allá va. Quizás se trate de uno de los grandes desconocidos de nuestro mar, si bien su calidad es más que notable. Les anticipo. Es similar al rodaballo, pero ¡¡es más caro y todo!! Vamos que no es un cualquiera...
Fue durante mucho tiempo un extraño en las cartas de los
restaurantes; hoy es bastante frecuente, y la verdad es que está muy rico; tiene
unas carnes blancas y firmes que algunos consideran tan buenas como las del ya mencionado rodaballo. El problema es que, a diferencia de éste, tiene muchas espinas... sin
contar con su peligrosa aleta dorsal, cuajada de radios espinosos.
Esa aleta, que tiene un aspecto que puede recordar una cresta de
gallo, ha sido la causa de que otro de sus nombres clásicos sea precisamente
ése, 'gallo'. Así se le suele conocer en Andalucía, Canarias, Cataluña,
Valencia, Baleares... con o sin el añadido de 'de san Pedro'. En el norte cambia
de santo, y es 'sanmartiño' en Galicia, 'san Martín' en Cantabria y Asturias,
'mushu martin' en el País Vasco...
Lo de 'san Pedro' le viene de que la tradición lo identifica con el
pez capturado y devuelto al agua por el apóstol pescador por tener en su boca
una moneda de cuatro dracmas con la que pagar el impuesto del templo. El
estudioso ilustrado Cornide cree que lo de 'san Martín' viene de que es en torno
a esa fecha (11 de noviembre) cuando está en su mejor momento gastronómico; en
cuanto al nombre vasco, cuentan que deriva de un tal monsieur Martin que andaba
por allí y era muy aficionado a este pescado.
Y así, con un poco de historia y dos grandes y señores pescados, llegamos al momento de los postres. En estos imperaba el color y diseño, con un sabor que no le iba a la zaga. Objetivo más que cumplido. Por un lado, el perfecto de turrón sobre chocolate caliente. Ideal para los paladares más exigentes con el chocolate.
Y por otro, el helado de limón sobre salsa de kiwi. Digestivo, fresco y sabroso. La verdad es que los postres cumplieron las expectativas más que sobradamente. Es indudable que en este local no sólo se manejan arroces y mariscos. Hay mucho más para ofrecer.
No me queda más que decirles. Simplemente recordarles que si desean gastronomía en un entorno mágico, Es Caló es el lugar.
Última visita: 03/08/12
Vicari Joan Marí, 14
Es Calo de Sant AgustíFORMENTERA
971 327 311
vistas impresionantes,pescados de primera!los postres desmerecen al plato prinipal!...
ResponderEliminarSí, la verdad es que llegar a la altura de los pescados era misión harta complicada...
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