jueves, 25 de abril de 2013

Binomio de gastronomía y magia arquitectónica

Hoy volvemos a un nuevo hotel, para continuar alimentando nuestro infinito placer por la gastronomía. Esta vez nos dirigimos a un lugar indomable, valga el juego de palabras, pues se trata del restaurante Doma del maravilloso Gran Hotel Domine Bilbao. Y detrás de este grandioso proyecto está el maestro Martín Berasategui. El gusto por lo esencial que expresa su escenografía minimalista se transmite a la gastronomía, donde la materia prima es la protagonista. Es una de las características de Martín. Lo primordial es la calidad de los productos que ofrece el mercado.





La ubicación es perfecta, pues se halla frente al Museo Guggenheim. En concreto, se sitúa en  el área más cosmopolita de la capital vizcaína, es decir la orilla de la ría que colecciona edificios proyectados por nombres y apellidos de la arquitectura de mayor renombre, tales como Gehry, Isozaki, Pelli, Moneo, Siza o Mariscal, responsable éste último de la concepción del impactante Gran Hotel Domine. Y más aun, podemos contemplar el cielo de Bilbao, puesto que el restaurante ocupa la terraza de la séptima planta y ofrece una de las panorámicas más espectaculares de la capital a través de amplios ventanales que serpentean y dividen la sala en dos áreas: una interior para los días más desapacibles y otra exterior.

 










Y ahora es momento de entrar de lleno en materia. Como acostumbran los locales de estas características, se nos deleitó con dos entrantes, los cuales podríamos de catalogarlos de correctos. Por un lado, un consomé de jamón con espumoso de vino, que no pasará la historia. Vistoso e innovador sí, pero carente de sabor.













Y por otro lado, un carpaccio de gambas, un poco más logrado que el anterior aperitivo. Se intenta jugar con la textura de la gamba, las salsas y las hierbas aromáticas. En fin, que desde luego tratándose de una cortesía de la casa podemos señalar que es un plato más que trabajado. Un buen regalo, en definitiva.








Momento ahora de los entrantes propiamente dichos. El  comienzo fue más que esperanzador: arroz cremoso de almejas, tuétano y pulpo. La unión de sabores rayaba la perfección. Tierra y mar en completa armonía. Arroz jugoso y bien ligado con un pulpo cortado en láminas milimétricas, que convertían al plato en un placer para la vista y el gusto. A ello habría que añadir el toque oloroso y balsámico que le otorgaba el tuétano. Bravo.






Segundo entrante. Sin ningún género de dudas, entre todos los platos el más innovador y sorprendente: carabineros a la plancha, raviolis de maíz, aceite de vainilla y reducción de módena. Primer brindis por el colorido del plato; la gama de colores, magnífica. Segunda percepción: homenaje a la gastronomía oriental, por la presentación y los componentes del plato. Y tercero y último detalle, el resultado. En dos palabras: inolvidable e irrepetible.








En cuanto al pescado, un servidor está de enhorabuena. Tuve la suerte de poder degustar un salmonete fresco, el cual siempre ha sido siempre mi mayor debilidad marina. En concreto, el plato consistía en un salmonete con arroz inflado y cebolla pochada. Ya ven, una vez más el binomio tierra-mar continúa presente. Y no sólo eso, la influencia de la cocina asiática vuelve a ser palpable, repitiéndose el resultado extraordinario del plato anterior.







 
 
Y el definitivo manjar, como no podía ser de otra manera, se basó en la carne: solomillo a la brasa con terrina de patata, tocineta ibérica y reducción de su jugo. Nada que objetar. Buen dominio en el punto de la carne, con un puré fino, cremoso y delicado.










En el postre no nos surgió ninguna duda. Sabemos perfectamente cuál es uno de los dulces con más tradición de Martín. La torrija. El placer fue enorme. Todos productos de la tierra, naturales y elaborados con mucho cariño. Espectacular, torrija de pan caramelizada con una crema helada de leche de caserío.










No mucho más que contarles. Simplemente, sugerirles el lugar por un motivo: les hará sentirse mágicos por su gastronomía y entorno.


Última visita: 05/04/13
Ver ubicación         

Alameda de Mazarredo, 61 
Bilbao 48009
                              

944 253 300

miércoles, 10 de abril de 2013

Gastronomía exquisita en un emplazamiento ideal

En el día de hoy visitamos un histórico renovado: el restaurante Los Tamarises ubicado en el bello municipio de Getxo. En concreto, se halla en el paseo de la playa de Ereaga en el barrio de Neguri con unas vistas espectaculares gracias a las amplias terrazas ¡¡Desde luego que el cambio ha sido vistoso y a mejor!! ¿Y quién ha sido el artífice de todo ello? Ni más ni menos que el gran chef Fernando Canales. Él ha refundado Los Tamarises, pero, evidentemente, no ha querido abandonar su joya de la corona (Etxanobe), y ha optado por dejarlo en buenas manos: ha colocado al frente de los fogones del Tamarises a uno de sus dos hombres de confianza, Javier Izarra. Todo un acierto.





Sobre su cocina no hay mucho que añadir, puesto que ya la conocemos todos. Ofrece una cocina creativa y de mercado. Gran calidad apoyada sobre la base de la gastronomía vasca tradicional con la selección de excelentes materias primas frescas y de temporada y con una elaboración esmerada. Ciertamente, es un alumno aventajado de Fernando, y eso son palabras mayores. La filosofía del uso de lo tradicional en favor de la innovación está muy enraizada.






La fiesta comenzó con unos aperitivos cortesía de la casa, en los cuales la mencionada querencia a la innovación quedó patente a todas luces: unas gildas de anchoa muy especiales junto a unos hojaldres de huevas de salmón. Buena presentación y bonito colorido. Manera óptima para adentrarnos en la variedad de platos que degustamos.



 
 Decidimos saborear tres entrantes de características distintas. Comenzamos con la terrina de foie de pasas y nueces, que sinceramente, no pasará a los anales de la historia gastronómica. Hay que exigir un poco más de calidad a un plato donde prima el propio producto en sí. Raro en Fernando, desde luego.







 
 
 
En el siguiente entrante sí que se dieron muestras de que la cocina de Fernando y de Javier tiene un plus añadido. Lujo para los amantes de la vanguardia: falso huevo de bacalao. Uno aun se pregunta si lo que comió era huevo, bacalao... Un auténtico misterio para los sentidos, debido a esa magia oculta en los fogones. Bravo.










 
 
 
 
Y como último entrante, las natillas de hongos con vieira a la brasa. El mejor entrante de todos ellos, sin lugar a dudas. Sólo esa maravilla de natillas de hongos no terrenal  y mágica convertía a la visita con un resultado de sensaciones más que placenteras. Plato para que apunten en sus agendas. De veras.











 
 
 
 
Vayamos con el pescado. Como casi siempre, optamos por la reina, dama, señora y jefa de los mares, oséase, la merluza. No obstante, tratándose de la cocina de Canales, siempre tiene que haber alguna sorpresa, como así fue. Llevaba alga wakame, que unida a un producto tan fresco, era la conjunción ideal para que el paladar exigiera más y más, sin hartazgo alguno.











 
 Y en cuanto a la carne, otro clásico de nuestras mesas: cordero. Me imagino que estarán esperando el toque especial de Fernando, y por supuesto que lo hubo. No era un cordero al uso. Estaba confitado con salteado de manzana, obteniendo un sabor que todavía perdura en mis papilas gustativas. Exquisito al cubo.








 
Nunca me olvido del apartado de los golosos. Esta vez también nos inclinamos por un clásico como la tostada caramelizada con helado de caramelo. Sin embargo, ya saben, cada una de ellas tiene sus características, personalidad..., y esta, como no podía ser de otro modo, se trataba de una tostada personal escuela Canales.





Y el final fue como el inicio; nuevo obsequio para saborear los cafés, a base de rocas de fresa y unas pequeñas trufas. Son detalles que son de agradecer. Es el camino a seguir.





El mar y la gastronomía les esperan en Los Tamarises ¡¡Anímense!!

Última visita: 29/03/13
Ver ubicación         

Muelle de Ereaga, 4
48992 Getxo (Bizkaia)
                              


944 910 005/685 759 023