martes, 26 de febrero de 2013

Universidad del vino

Hoy es el turno de una verdadera joya gastronómica. Doble maravilla, dado que es un lugar de ensueño, tanto para los amantes del buen comer como para los locos y enamorados del vino ¡¡Disponen de la friolera de 127.000 botellas, que representan a las más cualificadas regiones del mundo!!: Hungría, Grecia, Alemania, Argentina, Australia, Chile, Italia, Sudáfrica, Portugal, Francia... Todo ello permite que su bodega sea reconocida a nivel mundial y recientemente haya sido calificada como una de las 5 mejores del mundo. ¿Y cuál es ese lugar mágico? Pues nada más y nada menos que se trata del restaurante Rekondo en el Monte Igueldo en Donostia. Ya la ubicación es todo un lujo para la vista.






Del restaurante en sí se puede destacar que bien podría ser un chalet o un caserío con solera, con una terraza ideal para el verano. En su interior, las mesas están bien vestidas, con suficiente separación. A pesar de los años de la casa, tiene un porte señorial y la decoración aun siendo clásica, cumple sobradamente su cometido. Además de un comedor principal, dispone de espacios para reuniones privadas, incluso en la propia bodega. De veras que hay donde elegir. Siempre lo ha llevado la familia. En el vestíbulo nos recibe Txomin, el director de la orquesta, con fotos relacionadas con la tauromaquia (como buen aficionado a los toros que es él), mientras que su hija Lourdes, que es todo amabilidad y cordialidad con los comensales, le otorga al lugar un contrapunto moderno efectivo y necesario.




 
¡¡Sobre la comida hay tanto y bueno que decir!! Comida excelente, con una calidad que sorprende y con el método de siempre; es decir gastronomía vasca tradicional de calidad, sin pretensiones innovadoras. En realidad se puede comer cualquier cosa que el paladar más exigente jamás se verá decepcionado. Por tanto, lo que prima en Rekondo es la extraordinaria materia prima: kokotxas, merluza, lenguado, txangurro, chipirones, besugo, arroz con almejas, solomillo, ibéricos, croquetas, revueltos, espárragos, etc... Y por si todo ello no fuera suficiente, los postres son espectaculares. "Faena gastronómica" de dos orejas y rabo como le gustaría a nuestro amigo Txomin...




Manjares gastronómicos más vino solo tienen un nombre, y ese es sin lugar a dudas, el restaurante Rekondo.


Ver ubicación                                   
Igeldo Pasealekua, 57, 20008, 
Donostia-San Sebastián, Guipúzcoa

943 21 29 07

lunes, 18 de febrero de 2013

Muralla de gozo gastronómico

Hoy tengo el gusto de ofrecerles una doble joya gastronómica, tanto por el restaurante en sí, como por la preciosa ciudad en la que se haya ubicado. Estamos hablando del restaurante La Muralla en Donosti. Vaya lujo ¡¡Sí, señor!! Lo que impera en La Muralla es la calidad del producto: todo fresco y de temporada para garantizar el máximo sabor y disfrute de cada plato. Restaurante que además tiene un "hermano (sí, sí, hermano en el sentido estricto de la definición) gastronómico", dado que a pocos metros se halla el restaurante La Fábrica (ya hablaremos de él próximamente), cuyo propietario es hermano de quien lleva las riendas en La Muralla.






Otra de las características de La Muralla es que el servicio es siempre cuidado con esmero. Brindan un trato personal y las necesidades del cliente son lo primero. Por ello, han optado por ofrecer unos menús con precios cerrados y muy ajustados, donde el menú degustación es la joya de la corona. Del lugar en sí podemos decir que va en consonancia con la elegancia de los platos, puesto que se trata de un local pequeño, pero al mismo tiempo, coqueto, elegante y minimalista. En definitiva, La Muralla es dueña de todos  los ingredientes necesarios para que el resultado sea más que satisfactorio. Enhorabuena.









Comentado lo ya comentado, y con el fin de no ser contradictorios con dichas propuestas, nuestra elección fue el menú degustación, como no podía ser de otra manera. 3 entrantes, un plato principal, junto con 2 soberbios postres nos llenaron de gozo gastronómico, sin olvidar el detalle del aperitivo, obsequio de la casa, muy recomendable para abrir nuestras deseosas papilas gustativas: una deliciosa crema caliente de verduras.






Y empieza el festival. Terrina de foie y queso de cabra con manzana caramelizada. Gran inicio. Un entrante clásico en nuestros manteles, pero en este caso con notables matices. El queso de cabra y la manzana caramelizada le daban ese toque sutil, con el fin de suavizar el foie y siempre bien acompañados de una ensalada de frutos secos excelentemente aliñada y de unos decorativos huevos de codorniz. Buen comienzo.






Sigamos con los entrantes. Atentos al siguiente, queridos lectores, ya que fue el que más gratamente me sorprendió, gracias a su sabor y originalidad: ravioli de marisco con crema de cebolla al aroma de Somontano. Todo exquisito. La pasta en sí, el marisco, la salsa exquisita y bien ligada. Un plato de los que merecidamente quedan en la memoria gastronómica. Desde luego que muy recomendable.






Por último, antes de llegar al plato principal, ataquemos al tercer y definitivo entrante. Una vez más, y sin son  seguidores habituales de este modesto blog, me enfrento al que ya conocen como mi principal caballo de batalla: el bacalao. No obstante, y siguiendo totalmente objetivos, en esta ocasión el ajoarriero y la crema la bordaron. Es de justicia gastronómica reconocerlo. Gran taco de bacalao atemperado sobre ajoarriero y crema suave de ajo.





Y de este modo, llegamos al plato principal de la velada, que en esta oportunidad consistió en un taco de buey asado con puré ligero de patata y salsa de su jugo. Majestuoso. La carne muy poco hecha (tomen nota muchos "especialistas" en secar auténticas jugosas piezas de carne) con una salsa que resaltaba el sabor de la propia pieza, y no lo escondía, cuando muchas veces se produce el efecto contrario, tan poco deseado.






Y no nos despedimos, sin mencionar los dos magníficos postres. Por un lado, la infusión de frutos rojos con helado de yogurt, con el fin de poder digerir los anteriores manjares y poder llegar en plenitud de condiciones al gran postre: bizcocho fluido de chocolate y mandarina. Soberbio. A la altura de los mejores. Bizcocho ligero y espumoso con un chocolate que fluía desde el primer momento. Y el helado de mandarina, exquisito. Sabía a lo que debía saber.










Ya saben. Si quieren romper una "muralla gastronómica" que les llenará de gozo y felicidad, sólo hay un lugar, y ese es...



Última visita: 15/02/13
Ver ubicación        Lat: 43º 32269" N / Lon: -1º 984225" O   

Embeltran, 3
20003, Donostia


943 433 508 

lunes, 11 de febrero de 2013

La mejor empanada del mundo y mucho más...

En esta ocasión retomamos nuestra querida sección Joyas gastronómicas, para recrearnos con el precioso restaurante A Rexidora, ubicado en la no menos bella ciudad de Orense. Primero hablemos del lugar, porque desde luego que se merece un capítulo aparte. Se halla en una antigua Casa Grande (Casona) construida a comienzos del siglo XIX en un privilegiado lugar camino de las Tierras de Celanova. Dicha casona fue restaurada, tratando de aunar lo clásico y lo moderno, gracias a materiales tales como piedra, cristal y forja, destacando en sus salones, cuadros y murales de pintores de la vida artística orensana. Mención especial también para un sorprendente patio interior con soportales, típico ejemplo de arquitectura tradicional gallega, y en el que de nuevo encontramos una cuidada decoración que funde en lo clásico los toques necesarios de nuestro tiempo, haciendo de este entorno un singular escenario para la fiesta de los sentidos.





Y al mando de toda esta belleza un joven prometedor y cuidadoso cocinero: Javier González. Alguien que ha sido capaz de dotar de una modernidad especial a los típicos pazos gallegos, seguro que es capaz de muy mucho. Y de hecho, así lo certifica su gastronomía. Su cocina combina el afecto por la sin igual materia prima gallega con una notable innovación audaz y osada, con lo que este mestizaje le permite crear unos sabores únicos y novedosos.





Y qué podemos destacar sobre esta cocina de autor. En primer lugar, que todos sus platos se apoyan en materia prima de primera calidad, siempre con raíces gallegas, con un resultado definitivo realmente vanguardista. Señalar que Javier trabaja con menús, con el fin de que el comensal pueda obtener una idea gastronómica más global y generalizada. De este modo, caben innumerables platos: caldo gallego, filloa, algas, ternera gallega, pulpos, navajas, pero lo más importante: todos ellos proponen un plus añadido. Y él último secreto: se rumorea que Javier es el responsable de la mejor empanada del mundo...





Si quieren ser saborear magia gracias a los mejores productos gallegos, existe una bella casona que les está esperando...



Ver ubicación                                      
Ctra. OU-540 km. 7.3. 
CP 32890 Bentraces - Barbadás (Ourense). 


988 383 078

lunes, 4 de febrero de 2013

¿Nos vamos de menú?

Hoy visitamos un lugar, cuyo comienzo ya es un buen punto de partida ¿Y cuál es el principio de todo? Evidentemente, que el nombre del local: Deslorian. Ciertamente, la denominación escogida para el establecimiento es provocadora de multitud de sensaciones; le envuelve un halo de hechizo y magia, que sugiere y seduce. Y al frente de este reclamo sonoro gastronómico, el joven Unai Ramírez, cuya trayectoria profesional ha pisado las baldosas más firmes del terreno culinario. Tras formarse en San Sebastián, tuvo la oportunidad de aprender de maestros como Juan Mari Arzak, Martín Berasategui o Ferrán Adriá. Todo promete: el nombre del local, el recorrido gastronómico del chef...






Más ventajas; se halla en una ciudad preciosa, Vitoria, y su emplazamiento es el ideal, dado que se encuentra a un paso de la Catedral Nueva. Se puede decir que el local es minimalista, con ciertos toques modernos, al que se llega tras pasar una estilosa barra-recibidor. El punto fuerte está en la variedad de menús que ofrece, todos ellos con precios muy económicos y con cantidades más que generosas. El pequeño pero que habría que ponerle se encuentra en el aspecto de la originalidad e innovación de los platos. Si bien algunos de ellos se podrían enmarcar dentro del capítulo de cocina innovadora, yo personalmente esperaba una gastronomía más creativa y minimalista, considerando, sobre todo, los antecedentes de Unai.
 





Y ahora, después de tanta música y sonoridad, es momento de ir con la letra, osease el análisis de las viandas. Nosotros, sabiendo cuál eran las virtudes del Deslorian, no dudamos y decidimos explotarlas al máximo. Por ello, quisimos degustar su menú diario. Y la verdad sea dicha, se cumplieron las expectativas: precio muy competitivo, raciones generosas y un cierto aire de sofisticación.
 
 


 ¿O no les parece que el primer plato se adapta perfectamente a lo anteriormente comentado? Delicias de puerro con envoltura de jamón cocido bañadas con crema de queso semi-curado. Materias primas naturales, buscando algo novedoso, pero siempre sin caer en la estridencia. Y el resultado espectacular: el puerro delicioso y delicado, al tiempo que la crema le dotaba de ese pequeño toque especial.






 Realmente el segundo plato, entrecot a la plancha con patatas y pimientos del piquillo no tenía ningún misterio ni secreto, lo que demuestra esa mezcla de tradición e innovación de la que acabamos de hablar. No obstante, la sorpresa, positiva en este caso, estaba en el precio. El precio de la pieza en cualquier otro restaurante de su nivel se alejaría muy mucho al que tuvimos gusto (digo bien, gusto) de pagar.






Y, finalmente, de postre, un clásico entre los clásicos: flan con helado. Nada que rebatir. Un buen helado y un flan casero y consistente. En este plato se vuelve a percibir un poco de escasez imaginativa, que se quiere subsanar, en parte, con un diseño un tanto novedoso en la vajilla, que siempre es de agradecer.







Si la esencia está en el menú, Deslorian es la clave.



Última visita: 11/01/13
Ver ubicación          

C/ Adriano VI, 15 (Esquina Avenida-Gasteiz)
01008 Vitoria-Gasteiz


945 22 31 34