lunes, 28 de mayo de 2012

Entusiasmo y pasión culinaria

El jueves pasado tuve el gusto de volver a visitar un restaurante donde Rubén Trincado, su chef, ha conseguido contagiar a todos y cada uno de sus comensales una pasión gastronómica ilimitada. Ese lujo gastronómico y paraíso para la vista es el Mirador de Ulía, sito en las faldas de dicho monte de la Bella Easo. Además de poder contemplar una vista inigualable, uno tiene el placer de saborear productos innovadores basados en materias primas de la tierra, de las cuales Rubén trata de obtener su máximo, añadiéndoles un valor añadido creativo propio.






El festival gastronómico fue de niveles inimaginables. Tuvimos el deleite y gozo de degustar 7 platos diferentes, con 3 entrantes, pescado, carne y 2 postres. El inicio fue espectacular: infusión de alubia con falso gnocchi de berza y panceta. A uno le quedaba la agradabilísima sensación de que estaba paladeando un verdadero plato de alubias, porque las papilas gustativas así lo determinaban, mientras que nuestro sentido visual determinaba lo contrario, puesto que nada de lo que se veía en plato se asemejaba a dichas legumbres. Magia gastronómica, amigos.







Y que les puedo decir del segundo manjar. Si ustedes son amantes tanto de la trufa como del foie, este plato combinaba de manera impecable ambos sabores. Estamos hablando de foie trufado sobre trazo de cacao con sorbete de piña. Acertadísima la elección de este sorbete, para suavizar los sabores del cacao. Enhorabuena, Rubén.






Momento arroz. Después de saborear 2 entrantes originales, innovadores y creativos, la opción del arroz siempre resulta muy adecuada para dar el paso a los platos principales. Arroz venere, (cuyo nombre se da como homenaje a la diosa Venere, diosa romana del Amor, de piel de color del ébano, de ahí que el arroz sea negro) con vieira y huevo. Destacar la calidad de la vieira que unido a la explosión del huevo convertían al plato en algo grandioso.




Llegamos a los platos principales. Como mandan los cánones comenzamos con pescado, concretamente, saboreamos un exquisito rape sobre trazo de mandarina y huevas de salmón. Combinaciones de sabores y colores espectaculares y verdaderamente apropiadas. Todos los sentidos volvieron a casa más que satisfechos tras degustar este plato, puesto que la gastronomía, como bien sabéis, no es solo gusto...





Para terminar, antes de llegar al momento más dulce de la noche llegó la carne, el cual mantuvo al igual que el resto de platos la filosofía innovadora que caracteriza a Rubén. Éxtasis, con un pato de caserío lacado al punto de 12 horas. Y sí, este periodo de tiempo tiene una importancia esencial en la elaboración final del plato. El pato requiere de un tiempo de horno de 12 horas a baja temperatura (en torno a 60º) para que la carne quede suelta. Y a continuación un último golpe de horno para que el pato presente ese aspecto dorado. Sensacional.








Y el punto final a esta sinfonía de sabores perfectamente afinados, como no podía ser de otra manera, llegó con los postres. El primero de ellos constaba de arena de galleta con helado de cítricos y fresa. La combinación de trocitos de galleta dulces con el sabor ácido del helado estaba estudiada al milímetro ¡¡Eran dos sabores en uno!!






Y como siempre, el chocolate para el final. Texturas de chocolate con helado artesanal y frambuesa. Todo ello venía acompañado por unas perlitas, que hacían recordar a uno a los lejanos en el tiempo, pero de éxito clamoroso, peta zetas. Un postre que yo lo denominaría percebe de chocolate, dada la figura obtenida con la textura del chocolate, bien endulzado con un helado de fresa riquísimo.







En definitiva, magia gastronómica en pequeñas porciones a disposición del comensal más intrépido.


Última visita: 24/05/12
Ver ubicación      Latitud: 43°19'43.40"N     Longitud: 1°58'3.37"W         
Paseo de Ulia, 193
20013 Donostia-San Sebastián
                                                  
943 27 27 07

lunes, 14 de mayo de 2012

Marco incomparable, gastronomía correcta

Como ya les he comentado en multitud de ocasiones, queridos lectores, la gastronomía no es simplemente el acto de comer; es una vivencia que requiere de más elementos, para que sea totalmente completa y placentera. Uno de ellos, evidentemente, es el entorno. Y el Dolarea (lagar o prensa de manzana en euskera) de la bella villa de Beasain en ese aspecto es de matrícula de honor. Dolarea es un caserío del siglo XVII reconvertido en un lujoso hotel de cuatro estrellas. Este edificio único esta catalogado como monumento histórico y forma parte del un conjunto monumental de que contiene palacio, puente, molino y ferrería. En definitiva, buenos ingredientes para comenzar nuestra aventura.




¿Y qué fue lo que degustamos concretamente en nuestro festival gastronómico? En primer lugar, dos entrantes originales, sabrosos y generosos. Erizo de morcilla (sí, sí como lo leen) con salsa de alubias. Se trataba en realidad de un trozo morcilla con dicha forma, pero tanto esta como la salsa estaban exquisitas. El otro entrante, un clásico: habitas salteadas con perretxikos y huevo de codorniz. Más que sabroso. Raciones en ambos casos abundantes y de calidad. Well done!




Vayamos con los platos principales. Rulo de rabo relleno bañado con Pedro Ximénez. Verdaderamente espectacular. Un servidor no es un gran seguidor de esta carne, y la verdad sea dicha, no recuerdo haber comido nunca un rabo de esta categoría. Todo insuperable: salsa, sabor, textura...Pero la merluza en espuma en salva verde y con almejas a la marinera ¡¡Ay!! Pésima calidad de las almejas y una merluza correcta, pero mejorable. Y ración un poco excesiva (algunos otros esto lo ven como una virtud, aunque en mi caso nunca será así...) Tras la gran ilusión, la gran decepción... Peligroso equilibrar errores con aciertos. El origen del éxito está en la regularidad. Así que, cuidado. Finalmente, el postre bien; torrija caramelizada con helado de avellana, aunque nuevamente la cantidad pantagruélica. Y recuerden, una mala digestión puede llevar al traste toda una buena elaboración previa.






Por lo tanto, Dolarea, batalla vencida con creces al sentido de la vista, pero ¿y el gusto?


Última visita: 12/05/12
Nafarroa etorbidea, 57
20200 Beasain Gipuzkoa
                                                  
943 889 888

lunes, 7 de mayo de 2012

Hermano pequeño

El pasado viernes tuvimos la oportunidad de volver al precioso Palacio Euskalduna para degustar unos platos. Si en su día ya os hablé del Etxanobe (ver entrada del 25 de enero de 2012), que se encuentra en la planta superior, esta vez es el turno del Jauregia, el cual se halla en la planta baja ¿Y por qué hermano pequeño? Simple y llanamente por su calidad, netamente inferior. Lo triste es que el precio no es proporcional a su paupérrima calidad. Mala ecuación, desde luego; lugar sin condición y clase a un precio desorbitado. Lástima.






Hay que decir que el comienzo fue realmente esperanzador. Saboreamos una ensalada que cumplió nuestras expectativas sobradamente; tomate de primera calidad, con una ventresca de bonito espectacular, acompañada eficazmente de cebolla troceada. Todo ello bien aliñado y con unos berros de contrapunto. Bien y correcto. Nada que objetar.




Continuemos. La velada siguió sin contratiempos reseñables. Optamos por un producto dado a pocas sorpresas negativas, tal como la reina de los mares: la merluza. El sabor de ésta se imponía con notoriedad, lo que en muchos casos no se hace, por esconder la falta de frescura del pescado. Se agradece. Buena elección en la guarnición; setas correctas y pimientos rojos caseros sabrosos. Plato, en definitiva, correcto.





Pero... llegó el momento dramático de la noche. Un servidor todavía se está preguntando lo que realmente comió. Es más, se trató de informarse en el acto, demandando a un camarero (de la manera más discreta, intentando no ofender de ninguna manera) qué es lo que estábamos "sufriendo". Amablemente se nos respondió (tras ir a la cocina, con el afán de ofrecer la respuesta más correcta...) que se trataba de entrecot. Algo, que evidentemente, los "afectados" ya conocíamos. Lo que no sabemos es la pieza de qué animal tuvieron a bien "ofrendarnos" ¡¡Dios mío!! Nunca en mi vida culinaria había tenido el "placer" de "paladear" una especie tan compacta. Jamás de los jamases he comido algo tan duro. En fin... Uno intentaba mitigar el fiasco engullendo el puré de patata gratinado, pero la afrenta era de tal magnitud que...




Para finalizar, uno dentro de su debilidad, tras lo sucedido con la carne, dio un voto de confianza al postre. La verdad es que poco hay que mencionar acerca de él; ni bueno ni malo, todo lo contrario. Tarta de chocolate cumplidora, sin más, acompañada de las típicas salsas de frambuesa y kiwi. No tendrá un espacio importante en mi memoria culinaria.




En definitiva, difícil aunar gastronomía y oferta cultural. Este restaurante está preparado para atender, gastronómicamente hablando, de una manera rápida y eficaz a los asistentes a la multitud de eventos que se ofrecen, pero para parsimonia y calidad, suban unos pocos peldaños. El Etxanobe les espera.




Última visita: 04/05/12
Palacio de Congresos y de la Música "Euskalduna"
Avda. Abandoibarra, 4
48011 Bilbao
                                                  

94 403 51 51

jueves, 3 de mayo de 2012

Aromas y belleza

Sí. En un entorno privilegiado por su enorme belleza la gastronomía también ha querido estar presente. En Forua (Bizkaia) se encuentra el restaurante Baserri Maitea, precioso caserío del s. XVIII y ¡¡En plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai!! Un paraíso que merece la pena muy mucho visitarse. La belleza del entorno realmente ha inspirado a sus maestros para que puedan ejecutar una gastronomía del mayor nivel y máxima exquisitez. 





Su filosofía es clara; no olvidar en ningún momento sus raíces. Se trata de respetar su origen, el cual está unido por siempre a la tierra amada. Por todo ello, se valen única y exclusivamente de productos obtenidos en su entorno. Cocina tradicional vasca con productos de la tierra, pero con un ánimo innovador, lo que permite a este restaurante estar presente entre los seguidores de la nueva cocina vasca.





De su carta podemos decir mucho y todo bueno. Productos frescos, como acabamos de señalar, con la calidad como principal estandarte. Variedad de carnes y pescados a la brasa, arroces, foie, croquetas espectaculares... Les aseguro que no asumen riesgo alguno. No hay plato que no cumpla con las expectativas de los comensales. La verdad que es una auténtica bendición saber de antemano que todos los platos rozan la perfección. Si es que cuando las cosas se hacen bien... Y luego, amigos, los postres, apartado en el cual dan un poco más de rienda a su imaginación. Bravo y enhorabuena.





Entorno maravilloso con una gastronomía exquisita es lo que ofrece Baserri Maitea ¿Alguien da más?


Ver ubicación                                    
Atxondoa, s/n
48393 Forua (Bizkaia)

94 625 34 08