viernes, 29 de enero de 2016

El mejor restaurante japonés de Bilbao

¿Les gusta la gastronomía japonesa? Pues están de enhorabuena, porque hoy vamos a visitar el que probablemente sea el mejor restaurante japonés de la ciudad de Bilbao: el Kuma. El propio nombre ya tiene su historia particular; el euskera y el japonés en muchos casos tienen palabras semejantes, y en este caso así fue: KUMA (oso en japonés y en euskera cuna, niño, sueño...) Así, Daniel Lomana, el chef de todo ello en seguida se sintió totalmente identificado: él, el niño, encontró su sueño hecho realidad. Este, tras aprender de los mejores cocineros de España y Londres, continuó su aprendizaje en Japón, en el restaurante de alta cocina japonesa tradicional “Watahan”, en Fukuoka, isla de Kyushu, hasta convertirse en un auténtico dominador de este tipo de cocina.






No tiene ni trampa ni cartón; el propio Daniel y sus hermanos trabajan a la vista de los comensales, donde no dejamos de sorprendernos y disfrutar en todos y cada uno de los momentos en un lugar en el cual los colores oscuros y la madera predominan, para crear un ambiente japonés. En definitiva, fiesta del minimalismo, y desde luego, sin ningún tipo de mantel, como se estila en este tipo de cocina. Por cierto, no es sólo comida japonesa, puesto que Daniel se atreve a dar un paso más, y llega a ofrecernos lo que podríamos denominar una fusión de gastronomía vasco-japonesa. Si se animan y continúan leyendo, verán como es así.






Dado que no sabíamos que pedir ante tantas joyas gastronómicas que se nos ofrecían, fuimos muy bien asesorados por el jefe de mesa, el cual nos fue proponiendo diferentes platos y diferentes raciones: medios, tercios e incluso cuartos platos. Verdadero acierto. Y para comenzar un ofrecimiento de la casa espectacular: brandada de bacalao sabrosísima.





Para abrir un clásico donde los haya: miso shiru. Se trata de la típica sopa japonesa de miso, cuyo ingrediente principal, evidentemente, es el miso (una pasta aromatizada de soja). A esta se le añaden distintos productos tales como: tofu, algas, cebolletas, puerros, patatas, zanahoria). Realmente nutritivo, sano y económico.





Más. Es el momento del pescado estrella de la cocina japonesa con sus mil cortes y la presencia en infinidad de platos: el atún rojo. Saboreamos una degustación de dicho pescado espectacular. Unas algas sabrosísimas que le acompañaban, con un hielo derretido que mantenía en todo momento fresca la pieza, sin olvidar sus salsas y el archiconocido wasabi. Fantástico. Media ración.




Primer guiño a la cocina de nuestra tierra ¿Qué les parece un usuzuki de bocata de calamares? En concreto, se trata de cortar el calamar en láminas lo más finas posibles y a continuación enrollarlo como un bocadillo para tener la oportunidad de saborear todos los aceites y sales procedentes de Japón que acompañan al calamar. Un auténtico sueño gastronómico. Un tercio de ración.





¡¡Ay, a continuación!! Fue tanta la pasión que lo que van a encontrar únicamente es el recipiente vacío. No obstante, es un buen momento para disertar sobre los diferentes cuencos, fuentes y platos que llegaban a la mesa. Auténtico ejemplo de vajilla japonesa. Bravo, Daniel. Por cierto, el plato invisible era similar al anterior, pero esta vez el ingrediente principal era el boquerón. Eso sí, el nombre era una auténtica declaración de intenciones: usuzuki bilbaína. Igualmente, un tercio más.



Para su tranquilidad les aseguro que en los siguientes manjares el testimonio es en todos los casos completo: continente y contenido. Este fue, sin duda, el plato estrella de la noche: mini tartar akami trufa. Nuevamente el atún rojo en nuestras vidas, porque el akami no es más que el lomo del atún, pero claro la mejor parte. Si a eso le añadimos un huevo de caserío espectacular con el sabor intenso de la trufa, obtenemos la cuadratura del círculo. Inolvidable. Por cierto, en este caso, sabiendo del éxito del plato, fueron tan gentiles que nos ofrecieron una ración completa.



Momento de un cuarto de ración para ir relajando nuestros paladares: toro to uni. Expliquémoslo. Por un lado, el toro, que es la ventresca del bonito, la parte más grasienta de la pieza diríamos, y por otro lado, unos suculentos erizos de mar crudos. Todo un conjunto de sabores penetrantes en un cuarto de ración.





Seguimos. Nos brindaron con una de sus especialidades: kuma ceviche. Evidentemente no se trataba de un ceviche cualquiera. Una vez más el corte del pescado espectacular, en este caso mero, que iba acompañado de sus verduritas y salsa, donde los jalapeños eran los protagonistas, por el picante intenso que provocaban su ingesta. Y para demostrar todo ese arte, un tercio de ración fue harto suficiente.





Un lujo más; otro de los platos fuertes de la velada: maguro a la brasa. Maguro realmente es la parte genérica del atún. Todo ello braseado, sin apenas aceite, era un verdadero placer gustativo. En estos momentos es cuando realmente uno comienza a percibir el auténtico sabor del pez símbolo del lejano oriente. En este caso no nos pudimos resistir a tomar una ración completa




Una vez adentrados en lo que denominaríamos platos de cocina, todavía nos quedaría uno más por destacar. No podían faltar, cómo no, los exquisitos nigiris. Seguro que  estaban esperando esa joya de sushi amasado sobre un bloque de arroz. Pues bien, nosotros tuvimos el lujo de saborear tres distintos: huevo trufa, steak wagyu y toro Dijon. Fiesta de sabores: huevo, trufa, la más famosa carne nipona con el mejor corte y nuevamente el omnipresente atún acompañado de mostaza de atún. Auténtico espectáculo.


¿Habría sitio para un postrecito? Sí y rotundamente sí. Dulce, refrescante y delicada espuma de tiramisú. Una variante más ligera de este popular postre italiano. Ya ven, el toque Kuma siempre está presente, con el fin de darle un valor añadido especial.






En definitiva, no deben de viajar a tierras niponas para saborear la mejor y más sabrosa gastronomía de dicho país. Pruébenlo y seguro que no se arrepentirán. Doy fe.


Última visita: 21/01/16

Calle Ercilla nº8, (Esquina con calle Juan Ajuriaguerra)
48009 Bilbao

677 483 348




martes, 12 de enero de 2016

Materia prima asturiana de primera en un bellísimo lugar

Y en plenos festejos gastronómicos navideños, quien nos iba a decir a nosotros que íbamos a ser capaces de continuar degustando más manjares entre celebración y celebración. Decidimos visitar un lugar bello donde los haya, como es Ribadesella, para conocer un poco mejor el restaurante La Huertona. Espacio con muchas sorpresas, como van a poder comprobar a continuación. La principal sorpresa es su entorno, el cual lo podemos disfrutar gracias a sus enormes y diáfanos ventanales; es majestuoso lo que se divisa desde dicho ventanal: praderas verdes, preciosas montañas asturianas y la especialísima Ría de Ribadesella. Además, el interior no se queda atrás, en absoluto: inmaculados manteles blancos en mesas muy bien separadas. Todo perfecto.






Y aún nos queda una sorpresa más. En la parte inferior de este inolvidable chalet-restaurante se encuentra el hermano pequeño de La Huertona, que no es otro que Casa Luz. Se trata de un lagar sofisticado donde podremos degustar las tapas más modernas de la zona acompañadas de sidra de barril. Al igual que en el caso de su hermano mayor, trabajan con producto fresco de temporada y la carta se va modificando en función de la mejor materia prima del día. Así da gusto. Desde luego que el inicio fue más que prometedor.






Comenzamos con un aperitivo cortesía de la casa, que la verdad, estuvo más que bien. Sin dejar de ensalzar los productos de la tierra, se atrevieron a ofrecernos una crema de queso finísima acompañada de un pan muy estético y al mismo tiempo muy crujiente, cuyo ingrediente principal, evidentemente, no podía ser otro que el queso de cabrales.






A continuación 2 entrantes de talla. Primero, unos calamares frescos fritos con ajos. Uno no descubre lo que realmente es un verdadero calamar hasta que se topa con productos de esta calidad. Bravo. El problema es cuando se vuelve a la triste realidad, y nos dan gato por liebre. No fue el caso, gracias a Dios.





Y el segundo, una exquisitez a base de un pescado que es un símbolo de esta tierra sin parangón: fritos de rape con puntilla. Este es un plato que siempre que dicha materia prima sea de temporada, jamás debe de abandonar la carta de La Huertona. Estoy deseando que lo prueben ustedes por sí solos y me lo comenten. Auténtico manjar.





En cuanto a los platos principales, 2 clásicos de obligada presencia en cualquier mesa que se precie. Por un lado, el tronco de merluza del "pinchu" a la brasa de encina. De la procedencia del pescado poco que decir; todos ellos provienen de las lonjas de Llanes y de la propia Ribadesella, con lo que la calidad de materia prima está fuera de sospecha. A destacar, igualmente, su elaboración a la brasa, lo cual le da un toque más que especial.








Por último, un espectacular entrecot de "vaca vieja" (selección especial) que provocaba el mayor de los deleites hasta para el ser más vegetariano. No es de extrañar que así fuera, cuando cualquier comensal tiene el privilegio de observar la cantidad de ganado vacuno que hay por estos lares. Y desde luego, que no siempre cantidad es sinónimo de calidad, pero en este caso les aseguro que sí lo es.










Y antes de los cafés, que por cierto, tuvieron el notable detalle de invitarnos, el omnipresente postre: copa de queso galleta María y confitura de arándanos. Dulce sin complicaciones y más que correcto. Nada que objetar.





Ya saben, si desean saborear Asturias visualmente y gastronómicamente, no existe otro lugar como La Huertona.


Última visita: 28/12/15

Carretera de la Piconera s/n
33560 Ribadesella, Asturias

985 860 553