viernes, 21 de diciembre de 2012

Menú anticrisis

En el día voy a disertar un poco sobre un restaurante que no requiere presentación alguna, porque su popularidad es máxima. Les hablo de... Karlos Arguiñano sito en la bella localidad costera de Zarautz en la provincia de Gipuzkoa. Pero, a pesar de su conocimiento generalizado, seguro que les sorprendera alguna cosilla que les voy a contar (desde luego, no porque hoy sea la fecha en la que se acaba el mundo...) Lean atentos. Antes que nada, señalarles que el simpático y televisivo Karlos ha dejado en buenas manos su preciado tesoro. Ahora son sus hijos los que están al frente, y con muy buena mano, por cierto (de tal palo tal astilla).





Comienzan las novedades. Abran sus ojos ¿Qué es lo que ha logrado esta savia nueva? Se han olvidado de comedores íntimos, y se han abierto al mar (estando ubicados donde están, no podía ser de otra manera...), con unos precios realmente mucho más económicos. Y aún hay más, amigos, como diría aquel. Han iniciado una nueva aventura (confío y deseo que les vaya tan magníficamente como se lo merecen) de cenas sociales a precios al alcance de todos los bolsillos ¿Cuándo? Abran sus agendas: el primer viernes de cada mes. Se lo recomiendo encarecidamente. Yo disfruté como los siete enanitos juntos.






Les anticipo un poquito el menú, para que vayan haciendo boca. Y todo, todito es cierto, aunque no se lo crean. Palabra del Niño Jesús (dadas las fechas en las que nos encontramos...). Pues bien, 3 entrantes, plato principal y postre es el guión de nuestra película gastronómica del día de hoy. Todo ello bien aliñado con todo tipo de caldos (incluso con su propio txakoli, que, por cierto, su precio no es nada económico...), café y copa. En este caso la copa ofrecida, dado que el evento llevaba el patrocinio de Bombay, fue pues eso, Gin-Tonic Bombay Sapphire. Precio: 30 euros IVA incluido. Es un sueño, ¿verdad? Quien me iba a decir a mí, que hablaría de precios, algo que para los que bien me conocen, es algo tabú... Sin embargo, esta iniciativa lo ha conseguido. Por tanto, no se la pierdan...


 

Y por fin el jolgorio gastronómico. Comenzamos con un chupito de verdura espectacular. De los que reaniman a un muerto, pero innovador, con sabor, aroma, color... En definitiva, exquisito.


Casi al unísono nuestros paladares recibieron sorprendidos otra vianda de última generación: un crujiente canelón frito de chipirón con su tinta ¡¡Qué les voy a decir!! Arte y domino en el oficio del chipirón. Su padre les ha enseñado, requetebién...









 

Y todavía un entrante más... ¿Qué les parece una de huevo escalfado con hongos e ibérico crujiente? Seguro que magnífico... La verdad es que igualmente estuvo a la altura del resto de entrantes. Si el hongo es de calidad, y se sabe cuál es la temperatura ideal de escalfado del huevo, el éxito está garantizado... Así, con el lujo de los entrantes ya estamos rozando el 9. Lujo, y encima, de los baratos.











 

Y el plato principal... bandeja de pollo de caserío con su jugo, patata asada y lechuga con cebolleta. Un plato sencillo, de toda la vida, pero rico, rico, rico, como suele afirmar nuestro afamado chef. Ven, como se puede comer barato y rico (¡¡Ay, Karlos, Karlos!!...). Prueben ese pollo y me cuentan...









El broche final, una vez más, lo puso el postre: copa de frutos rojos con helado de Mascarpone. Un auténtico espectáculo para la vista y el gusto. Saben (no lo dudo, en absoluto...) es tan importante que el producto final tenga una presencia atractiva. La gastronomía es una materia artística más, y eso requiere ser muy cuidadoso. La vista no perdona... Con este postre, la vista se sentirá bien orgullosa, claro que sí.







Por último, más dulces, cortesía de la fiesta, jolgorio, buen ambiente, diversión, alegría...




Eso es, Karlos Arguiñano. La cocina amiga, simpática, fácil, rica, y además de todo eso, barata ¿Alguien da más por menos?




Última visita: 30/11/12
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c/ Mendilauta, 13 Zarautz (Gipuzkoa)
 País Vasco 20800 


943 13 00 00


P.D. Se me olvidaba. Felices Fiestas y que 2013 sea mejor que 2012, pero peor que 2014. Siempre hay que mejorar, queridos amigos.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cuando la experiencia es un grado...

En el día de hoy vamos a saborear la gastronomía de un cocinero polivalente donde los haya: Daniel García. Si son seguidores habituales de este blog, estoy seguro que conocen sobradamente a este personaje tan multifuncional. Creador del Grupo Zortziko, el cual engloba a 3 restaurantes: El Viejo Zortzi, Zortziko y Atea. Todos ellos tienen características comunes: excelente cocina estacional y de innovación, donde cada plato tiene una dedicación exclusiva y especial a la cocina regional. Daniel ama sus raíces con pasión, convirtiendo su experiencia gastronómica en única, con lo que todos los comensales podemos vivir la cocina de una forma diferente.






Ya sé, por tanto, que hay mucho para elegir. Nosotros nos centramos en el Atea. Diferencias con el resto de restaurantes del grupo: diríamos que se trata de una cocina flexible, camaleónica y que se adapta prácticamente a todos los gustos. Es la base de una cocina innovadora y moderna, donde todos tenemos nuestro espacio. En definitiva, podríamos definirla como la cocina sensata y asequible por excelencia, y siempre en constante evolución. Bravo.







 Bueno, menos palabrería y vayamos al grano. Dada la mencionada variedad que ofrece el establecimiento, optamos por degustar uno de sus muchos menús, en concreto, el menú a la brasa. El inicio fue notable con una ventresca de bonito del norte, sin olvidar el acompañamiento de unos pimientos rojos elaborados al horno espectaculares. Género y nada más, pero ¡¡Ay, amigos!! cuando existe calidad...





Más galones para nuestra solapa gastronómica. Un arroz cremoso con pulpo. Bárbaro. Nuevamente ingredientes sencillos, básicos y con poco misterio. Entonces, ¿dónde está el secreto? En las manos del mago que sepa hacer magia con dichos productos, aunque algunos son "verdaderos" maestros en destrozar el plato. No es el caso. Estamos ante Daniel García "Potter". Su espumadera es una auténtica varita mágica...






 


Y para terminar, si estamos hablando sobre un menú a la brasa, ¿Qué no podía faltar? Acertaron, vaya que sí. Un buen chuletón a la brasa. Perfecto, desde luego, para redondear un menú de dichas características. Otra vez todo casero: las patatas, los pimientos, y la carne, mamma mía, no hace falta más que verla; tierna, en su punto y con el tamaño ideal. Maravilloso.










 


Y quien nos lo iba a decir a nosotros, pero en el menú a la brasa había un postre escondido ¡¡Qué fortuna la nuestra!! Marchando una de canutillo de almendras con crema de queso... Un buen final para una gran velada.







En definitiva, Atea es una buena manera para ir conociendo el mágico mundo Zortziko. Magia gastronómica a su alcance...



Última visita: 10/11/12
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Paseo de Uribitarte, 4
48001 Bilbao

944 005 869

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un cachu d'Asturies en el platu

Continuamos nuestro viaje por tierras asturianas, queridos lectores, y esta vez visitamos la ciudad enemiga por excelencia de Gijón, que como bien recordarán, fue el último lugar que saludamos gastronómicamente. Seguro que ya saben de qué noble villa se trata. Más pistas; capital del Principado. Pues sí, efectivamente, la señorial y cortés Oviedo nos acogió bella y engalanada. Por cierto, el pique es más deportivo que otra cosa ¡¡Una sin otra no podrían vivir, desde luego que no!!
 
 
 
 


En dicha ciudad rendimos pleitesía culinaria a Casa Fermín, uno de los principales restaurantes de la capital asturiana. Algunas pinceladas antes de entrar en más detalles. Fundado en los años 20 por Fermín García, fueron después su yerno Luis Gil y su mujer Ana, quienes se convirtieron en innovadores y embajadores de esta casa en el resto de España. En su día tuvo una estrella Michelín, que quizás le cueste muy mucho recuperar. No es por ser pájaro de mal agüero, pero... Admito que la comida es de calidad y con toques de modernidad, sin embargo, el local no transmite ese calor que ofrecen los grandes de la gastronomía. Decoración más que casposa y sin lugar a dudas, falta esa madera y piedra, que le de un toque especial, el cual le haga estar a la altura de sus viandas ¡¡Son tan importantes la arquitectura, ornamentos y decoración!!







En el apartado principal, el de las exquisiteces gastronómicas, que es además el que realmente nos ocupa, no nos fallaron. Muy acertado el aperitivo, y si el día es frío, más aun, si cabe. Entiendo que dicho tentempié varía en función de la estación meteorológica, y sobre todo, de la climatología reinante. Si es así, como lo imagino, enhorabuena ¿Y de qué joya estamos hablando? De una crema de berza, con patata y compango, que a uno le creaba la grata y sorprendente sensación de degustar multitud de platos en uno: crema, berza, ¡¡Incluso un plato de fabada!! Nuevamente, felicitaciones.



En esta ocasión optamos por dos entrantes, antes de encarar con la máxima ilusión los platos principales. En primer lugar, un auténtico festival visual: el espectacular taco de salmón con salsa de yogurt y aceite de vainilla. Fiel exponente de la cocina asiática. Seguro que el responsable de cocina o algún miembro del equipo han visitado en más de una ocasión esos lares ¡¡Este plato enamoraría a innumerables visitantes del imperio del sol naciente!! Simplemente eso merece un sobresaliente.





Un entrante más. Pulpo con crema de patata, aire de pimienta y aceite de perejil. Unas objeciones en lo que respecta al pulpo; al estar braseado, perdía la potencia y plenitud del sabor, que puede presentar un clásico pulpo a la feira gallego. Nos inclinamos por esta seguna modalidad. En cuanto a la crema, pura innovación. Una textura mágica, la cual casi parecía hacerse desaparecer antes de llegar a nuestras papilas gustativas.






Y con el orden lógico de las cosas, y en este caso concreto, de los manjares y platos, llegamos, evidentemente, al pescado. Salmonete de roca con arroz cremoso. Espectacular y suculento. En esta tierra de mar bravo, si tienen la oportunidad de degustar un pescado fresco, el salmonete es delicadeza de obligada degustación. Salmonete sabroso, exquisito y fresco, con un arroz que no le iba a la zaga. Dominio pleno. Bravo.






De la carne asturiana poco hay que decir. Basta con ver los pastos verdes de esta bella tierra llenos de dichos rumiantes para sospechar positivamente que el género será de primera. Y en Casa Fermín, como no podía ser una excepción, la carne cumplió holgadamente nuestras expectativas. Degustamos un solomillo al foie con patatas y salsa de manzana, que estaba en el punto que marcan los grandes chefs. Perfecto.






Finalmente, los postres, por supuesto de la tierra. Son tan sagaces que indudablemente ya saben con qué dulce iniciamos la aventura del confite. Pues, claro, con la joya de la corona del Principado; el arroz con leche requemado. Es indiscutible que Asturias es la región por antonomasia de este manjar. Único problema: una vez probado, ya sólo querrán degustar el arroz con leche de esta comarca. Tendrán que seguir visitando Asturias...







Otro postre típico de la tierra, con el añadido de que este únicamente lo encontrarán en el reino de Don Pelayo. Casadielles Fermín. Antes que nada, les cuento de qué se trata. Es una especie de empanadilla elaborada con una masa de aromatizada con anís en general, a la que se rellena de nueces y/o avellanas, azúcar y posteriormente se fríe. Al servir se espolvorea su superficie de azúcar. En definitiva, un manjar para los más golosos. Y las de Casa Fermín, casadielles con masa para recordar. Fina, fina...




Cuando ya creíamos que se había dado por finiquitado el momento más dulce de la jornada, la casa tuvo el detalle de sorprendernos con unas rocas de chocolate y trufas primorosas. Es obvio que el apartado de dulces tiene gran importancia para este más que interesante restaurante. Nada que objetar para un gran llambión, como un servidor. Al contrario.






En definitiva, en la sorprendente Uvieu existen muchas cosas que visitar, y una de ellas es Casa Fermín. No se arrepentirán. Palabra.


Última visita: 02/11/12
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Calle de San Francisco 8, 33003,
Oviedo, Asturias

985 21 64 52

lunes, 10 de diciembre de 2012

Fartucu de carne

Esta vez nos recibe una ciudad plena de encanto donde las haya, como es la acogedora Gijón, tierra de carnes y pescados, estupendamente reflejado en el restaurante que visitamos: La Taberna del Cencerro. Nada de taberna, queridos lectores, más bien un pequeño restaurante moderno, muy cuidado y con mucho gusto. Su carta es ambiciosa y bastante innovadora y creativa, con unos productos ciertamente frescos. Lástima que el local sea un tanto pequeño, muy cercano a la barra y apenas se diferencie de los comensales que se encuentren en otras mesas con distintos deseos, entiéndanse raciones, tapas y picoteo...





En concreto, además de los pescados, llama la atención el valor que dan a las carnes: chuleta de novillo raza Aberdeen Angus (Origen Nebraska, USA), lomo de vaca frisona holandesa, ternera asturiana casina del monte (producción ecológica), chuletón vaca gallega, Buey Wagyu (Kobe)... Una auténtica maravilla. Y todo ello maridado con los mejores vinos disponibles. Por si fuera poco, si usted es un enamorado de las carnes, existe la posibilidad de saborear el menú degustación 3 carnes, con el que uno les aseguro que quedará más que fartucu (saciado o satisfecho).








El espectáculo gastronómico comenzó con un aperitivo ofrecido por la casa. Por cierto, el piscolabis fue de muchos quilates: brandada de bacalao con dulce de membrillo y jengibre. Recuerden que además de las carnes, otra de las especialidades de la casa es el bacalao, y doy fe que lo demostraron. Certificaron con creces que les gusta trabajar con dicho pescado y cuando uno está orgulloso de su materia prima el cliente queda más que satisfecho...


Llegan los entrantes. Ambos exquisitos, pero lo más importante: el origen diferente. Por un lado, la cocina tradicional y de toda la vida y por otro, cocina innovadora y vanguardista. Desde luego que, si cabe, les otorga más merito aún, puesto que atreverse con más de una cocina exige además de una gran preparación, valentía y gallardía. Primero, croquetas artesanas de carne de centollo con ali-oli de calamar. Majestuoso todo; no hay más palabras.







Y a continuación, un valor seguro. Un producto de toda la vida, que estando donde estábamos es de obligada degustación: anchoas del Cantábrico. No nos fallaron. Si es que cuando el producto es fiable, de calidad, autóctono, fresco, ¿cómo va a existir problema alguno? Y en este apartado, mención especial para los panes ¡¡Qué maravilla!! Pan de maíz y pipas, cereales, aceitunas...







Especialidades de la casa: carne y pescado. Por lo que respecta a este último, optamos por la merluza. Lo anteriormente dicho para las anchoas se cumple 100% en este caso. Un lomo de merluza de Cudillero (a la fuerza fresco, si se trata de un producto tan próximo) con crema de azafrán, ali-oli y jengibre. El calificativo de producto fresco en su máxima esencia. Enhorabuena.







Finalmente, el producto estrella de la jornada: la carne. Ternera asturiana casina del monte (producción ecológica) con sal maldon y patatas caseras. Un espectáculo para todos los sentidos, pero especialmente para la vista y el gusto. Ver una pieza con una presencia de tal magnitud, unida a un sabor inigualable es un lujo que se encuentra al alcance de muy pocos ¡¡Qué fortuna la nuestra!!








Los postres ¡¡Ay los postres!! Les puedo decir que estos no sólo dieron la talla, sino que incluso estuvieron a la altura de los restaurantes de mayor talla en el capítulo de postres. Soberbio dulzor. Torrija caramelizada bañada en chocolate blanco con helado de chocolate negro y láminas de chocolate con magdalena almendrada y jengibre. Aparentemente un exceso de chocolate, pero todo en su justa medida. Nada empalagoso, cuando uno temía todo lo contrario al leer el abuso del término chocolate en el postre.





 Y por último, un clásico ya entre nuestros postres: coulant de chocolate con sorbete de frambuesa y tierra de brownie ¡¡Más chocolate para la fiesta!! No obstante, hay que señalar que estuvo magistralmente rebajada gracias al toque sutil del sorbete. Queda claro que son unos verdaderos maestros artesanos del dulce. Mis más sinceras felicitaciones de parte de un enamorado del dulce en todas y cada una de sus gamas.






No se vayan, aun hay más ¿A qué no saben con qué nos brindaron la despedida? ¡¡Acertaron!! Con el hermano rico del chocolate: trufas de chocolate con crocanti de almendra. Si es que cuando existe arte chocolatero...

Sin embargo, no se preocupen si no son amantes de dicho dulce, porque en El Cencerro lo que prima es la carne, y vaya carne...





Última visita: 01/11/12
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Decano Prendes Pando 24
Gijón (33208) • Asturias

984 391567

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Cordero y nada más...

¿Dónde acudir para poder degustar uno de los mejores corderos del país, sino es a la bella Sepúlveda? Cualquier horno de dicha población ejecutará el noble arte de asar cordero a las mil maravillas. Pero antes de asistir a estos hornos, no dejen de visitar el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón y el Centro de Interpretación de las Hoces del Duratón (sito en la Iglesia de Santiago), que se halla en la propia villa, en el que se puede ver todo lo relacionado con el Parque Natural y con Sepúlveda. Ello hará que su banquete sea aun más merecido, si cabe.






¿Y cuál es el misterio? Tan sencillo como lo siguiente: que se trata de un cordero de raza churra alimentado con los pastos del valle del Duratón. Se encuentra en la comarca de Sepúlveda, Pedraza y las Hoces del Duratón, lo que permite que los asadores puedan controlar la calidad. En España existen muchas razas de cordero, castellanas, merinas, ojaladas, churras, etc..., pero ¿por qué se elabora el cordero con raza churra? Pues a pesar de que cada vez se cría en España menor cantidad de ejemplares de cordero de raza churra por razones económicas (da menos carne) lo cierto es que da mejor calidad y un mayor sabor. También hay que tener en cuenta que es cordero lechal (lechazo), es decir se alimenta solo de leche. El lechazo churro se asa en hornos de leña (generalmente roble) a la manera tradicional y sólo aderezado con agua y sal. Lo que le da ese sabor característico. Lo primordial. Ya ven, más fácil imposible. Y aunque en Sepúlveda cualquier lugar es ideal, nosotros optamos por el restaurante Cristóbal.





¿Qué se puede decir del local? Su principal característica es la practicidad. Se palpa la costumbre de recibir grandes grupos con afán ovino. Ello le obliga a disponer de distintos comedores, según las circunstancias: el comedor a la carta, el comedor para celebraciones y finalmente, el lugar más íntimo, el comedor en la cueva. Buena idea, por supuesto, la de separar los ambientes. El comedor donde se ofrece cordero a destajo es el más apropiado para que el ritmo sea ágil, considerando el importante número de comensales. Y, efectivamente, ahí es donde nosotros estuvimos.



¿Y qué mejor reconstituyente y tonificante tras un largo paseo invernal que un buen caldo de gallina caliente y sabroso? Cocina de toda la vida, que se mantiene a prueba, incluso de los paladares más exquisitos, sin ir más lejos el de un servidor. No todo debe de ser innovación, investigación y nueva cocina. Ambas cocinas son perfectamente compatibles, y si me apuran, se necesitan.


Y una vez puestos a carburar los paladares, llega el momento de un plato estrella, nuestro y tradicional. Además,  la zona geográfica también invitaba a ello. Nos encontrábamos ante la mejor ocasión de degustar un señor plato de jamón, pero... Para nada estuvo a la altura de lo esperado. Con el buen jamón que se puede saborear en dicha tierra, y nos presentan un jamón, que yo diría que es simplemente de bodega. En fin...



Llega la hora de los valientes, queridos lectores: el cordero con su acompañamiento de ensalada correspondiente. Aquí sí que demostraron sus condiciones. Zapatero a tus zapatos. A ver si nos estamos americanizando. Nos especializamos en algo, y únicamente sabemos de eso. No obstante, bienvenido sea, si la especialización es la óptima, aunque quizás la gastronomía no sea uno de los campos más propicios para ello, dado que es uno de los sectores más sensibles a la crisis.






Los postres tampoco fueron una excepción. Nada sorprendentes ni rompedores. Incluso dentro de su aroma tradicional, diríamos que rozaban lo mediocre. En cuanto al flan con helado que se nos ofreció, el helado era realmente industrial, mientras que el flan sí que salvaba los muebles. Era un postre casero, que es de felicitar. Algo es algo.



Sin embargo, el último postre lo calificaría de infame. Sinceramente aun nos preguntamos con qué tipo de tarta nos querían deleitar ¿Aquello qué era, una nata espuma de afeitar o un mal merengue? Y del bizcocho, mejor no hablar. Todo ello aderezado por un chocolate, que vaya a saber usted... Desde luego que no fue un buen final ¿Tragedia?


En definitiva, como es Sepúlveda lugar de adoración y peregrinación al cordero, lo es de la misma manera, el restaurante Cristóbal.


Última visita: 27/10/12
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C/Conde de Sepúlveda, 9
40300 Sepúlveda
SEGOVIA

921 54 01 00

jueves, 29 de noviembre de 2012

Revitalización de lo popular

Continuamos con nuestro viaje gastronómico y decidimos visitar más parajes bellos, dado que la gastronomía es algo más que comer; es cultura, diversión, ocio... Esta vez llegamos a un entorno privilegiado cercano al nacimiento del río Cuervo; pura naturaleza y pura belleza. La localidad que conocimos fue Villalba de la Sierra en la provincia de Cuenca, donde se hallaba nuestra joya de hoy: el mesón Nelia. Les cuento lo allí vivido, pero antes como siempre, una pequeña descripción del restaurante.




En primer lugar, se debe destacar el espectacular entrono exterior con vistas al río del restaurante, el cual dispone de grandes cristaleras y decoración minimalista con buena mantelería y vajilla, y más que correcta separación de mesas. Su ambiente, sin embargo, resulta algo frío, debido a las grandes dimensiones del local, que le permiten habilitar dos inmensos comedores. En cuanto a su gastronomía, presenta ciertos toques de cocina de autor, pero sin dejarse llevar por la vorágine de lo estético. Se combina la cocina tradicional conquense con algunos toques de autor, todo ello presentado correctamente y con cierto gusto. Un paso más en la búsqueda de lo popular para revitalizar la cocina tradicional junto a la cocina más actual. 





Y con estos mimbres, vayamos a preparar el cesto. Como no podía ser de otra manera, optamos por rendir pleitesía a la gastronomía del lugar (allá donde fueres haz lo que vieres), y por ello, el inicio fue con un plato típico conquense: morteruelo. Por si no lo saben, se trata de un paté caliente de carnes de caza: liebre, conejo, perdiz, hígado de cerdo, pan y especias. Debo reconocerles que me resultó un poco fuerte. Quizás mi gusto se deba ir haciendo poco a poco...





 
 Más productos de la zona, pero este un clásico y un auténtico tesoro que llega a muchísimas regiones de nuestro país: los sabrosísimos boletus. De veras que estuvieron a la altura. Fue una manera más que digna de resarcirse de la vianda anterior, que repito, al ser un servidor un profano en la materia, puede ser que no entendiera el plato en toda su magnitud.








Y a continuación, nos volcamos con fervor a todo tipo de carnes. Por un lado, unos magníficos y suculentos muslitos de pollo en pepitoria. Plato sin misterio, pero que cometía su propósito. Bien. A destacar del plato, la rica salsa y el buen corte de las patatas.







Sigamos con más elementos carnívoros. Uno que nunca ha de faltar en nuestras mesas: las archipopulares chuletas de cordero. Señalar que estaban bien aderezadas con unas patatas caseras (hoy en día cómo se agradece eso) y una buena verdura. No se puede decir que las chuletas fueran para echar voladores como xpresarían en mi tierra, pero teniendo en cuenta que no se trata de lugar de pastos, pongamos el calificativo de aceptable.





 

Y el punto final a la carne lo puso otro clásico de nuestros manteles: el entrecot de buey. Todo lo anteriormente expuesto para las chuletas de cordero, válido 100%. Patatas y verduras bien, pero la carne altamente mejorable. Desde luego, que llamarle entrecot de buey, valiente eufemismo...








 

Los postres sí que elevaron el nivel. Hubo de todo: helado artesano de galleta María, bizcochada "Nelia" (Bizcocho emborrachado en sopa de chocolate blanco, con yogurt y frutas) y semifrío de chocolate. Sin estridencias, pero bien. No es su punto más débil.







En fin, Nelia se podría definir como el intento de unir la materia prima tradicional popular con el ansia de innovar. No obstante, aun le queda un largo camino que recorrer.




Última visita: 26/10/12
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Carretera Ciudad Encantada, Km 21
 Villalba de la Sierra 16140 Cuenca

969 281 021
 
 
P.D. Novedad importante. Gastrodisfrute ya está disponible en Facebook. Ojalá seamos cada vez más los que deseemos disfrutar de la experiencia Gastrodisfute en dicha red social. Todos los comentarios, aportaciones sugerencias serán bienvenidos. Gracias anticipadas.