lunes, 19 de mayo de 2014

Sobriedad sinónimo de calidad

En esta ocasión mis necesidades gastronómicas decidieron que era un día perfecto para inclinarme por un lugar en el cual la materia prima se convertía, sin ningún género de dudas, en la única y soberana reina por antonomasia de la mesa, y por ello el restaurante escogido fue el Enol, sito en Bilbao, junto al mítico campo de San Mamés ¿Un buen plan podría ser, especialmente, para los amantes futboleros, el de poder deleitarse con la gastronomía del lugar y a continuación acudir a la catedral del fútbol a gozar del deporte rey, o no? Ustedes mismos.







En cuanto a la decoración, podríamos decir que en consonancia con su gastronomía, era seria, formal y clásica, con un servicio tradicional, que ha bebido de las fuentes de los restaurantes con sabor añejo. Todo ello, no es óbice, para señalar que un servidor es un gran amante de este tipo de restaurantes, que conocen sus limitaciones y refuerzan sus virtudes: restaurantes con un servicio profesional, excelente materia prima y con una experiencia notable.









Vayamos con la materia gris, que en nuestro caso, no es otra que las joyas emplatadas. Acordes con el escenario, nosotros también nos volvimos un tanto clásicos: dos entrantes para compartir y un principal, igualmente, para degustarlo en conjunto. Lo bien compartido sabe mejor. Para empezar a entrenar el paladar comenzamos con unos hongos salteados. Ya ven, sencillo y sin circunloquios. Materia prima exquisita. No se puede pedir más.







Sigamos con los bienes gananciales gastronómicos: salteado de habitas frescas con foie y jamón. Este podríamos catalogarlo de un plato un poco más innovador, si bien el protagonista, una vez más es el producto; si son habitas de temporada, ¿por qué no apostar decididamente por este fruto que nos ofrece la maltrecha tierra? Bien hecho.









Y el plato estrella: un espectacular cogote de merluza a la plancha. Arte, sabiduría y experiencia fueron cómplices en la elaboración final de este plato, y claro con todos esos ingredientes el éxito está asegurado. Merluza fresca y bien cocinada y preparada, indudablemente, es garantía de gloria gastronómica en el haber de todos los comensales. Bravo.





Y aun cuando estamos hablando de un lugar tradicional, donde la atención se dirige prácticamente en exclusividad al producto, en Enol no se desaprovechan ciertas oportunidades, para aprovechar a realizar sus pinitos en el apartado más dulce. Muy muy destacable, de veras, el pastel de cuajada acompañado de nata. Una especie de flan, más compacto, con un sabor increíble. Una cuajada exquisita con aspecto de flan. Engaño a los sentidos. Enhorabuena.






¿Quieren homenajear al producto y de paso a ustedes mismos? No lo duden; acudan al Enol.



Última visita: 17/05/14
Web del restaurante (no disponible)


Calle Poza Lizentziatuaren, 73
48013 Bilbao, Vizcaya,



944 42 19 28 


lunes, 5 de mayo de 2014

Slow Food en Bilbao

Hoy volvemos a nuestra sección de joyas gastronómicas para rendir homenaje a un proyecto gastronómico joven, pero que ya está dando mucho que hablar, y desde luego que continuará haciéndolo. Se trata del restaurante Aizian, que tras ser parte del hotel Sheraton, en la actualidad pertenece al grupo Meliá. A priori, un servidor es muy reticente en lo que respecta al archidiscutido binomio restaurante-hotel, pero en este caso la excepción confirma la regla. Miel sobre hojuelas.





Lógico el éxito, si consideramos quien es el responsable de todo ello: José Miguel Olazabalaga. Simplemente unas pinceladas de su dilatada trayectoria; además de tener el honor de conocer El Bulli y Martín Berasategui, fue campeón de España de cocina de autor en 1998, entre otros muchos galardones ¡¡Ahí es nada!! Asimismo, no podemos olvidar que Aizian se enmarca dentro de "Gure Sukalkintza Cocina Vasca en Bizkaia", una iniciativa del restaurante Andra Mari, restaurante Aretxondo y restaurante Aizian, para saber un poco más de dicha cocina. Todo pinta de maravilla.





En cuanto a las instalaciones, todo maravillas igualmente. Diseñado por el arquitecto Ricardo Legorreta, uno se siente cercano al mar, dados los colores ocres y la similitud a los cubos de Chillida que presentan dichas instalaciones. En el interior se respira una notable tranquilidad por la placidez de la madera y la óptima separación de las mesas. Si a todo ello unimos que las vistas al Parque de Doña Casilda, tan querido por los bilbaínos, son espectaculares, el resultado es más que grandioso.





Y su gastronomía es ¡¡Tan sencilla y compleja al mismo tiempo!! En su combinación ideal se halla el éxito; se fusiona la cocina tradicional vasca con la cocina más vanguardista. Cocina de autor, respetando muy mucho la mejor materia prima. Por tanto, verdadero exponente de la cocina Slow Food: productos ecológicos producidos en el entorno más cercano. Productos de la tierra y sanos, para crear platos atrevidos, sabrosos y renovadores.


Ya ven, belleza arquitectónica, gastronomía de fusión y relax ¿Alguien da más?





C/Lehendakari Leizaola, 29
48001 - BILBAO

94 428 00 39