viernes, 28 de enero de 2022

Oferta gastronómica en distintas ubicaciones

Hoy les escribo, advirtiéndoles que va a haber algo novedoso. Podríamos decir que se trata de dos entradas en uno, puesto que en la de hoy y en la próxima vamos a disertar sobre el mismo restaurante, pero en distinta ubicación. Ya ven, si les gusta modifican las coordenadas de su GPS y tienen la posibilidad de disfrutar de parecidos manjares en lugares diferentes. En esta ocasión visitamos el restaurante Salmarina de Playa Quemada en Yaiza. Para la próxima, si ustedes lo desean, continuaremos con el mismo restaurante, pero en otra ubicación.






Sobre el lugar, qué les puedo decir. Impera el silencio, la paz y la tranquilidad junto a una bella playa, siendo el origen del nombre del restaurante, precisamente, dicha playa, dado que las rocas negras son las que la definen. Sentarse en la terraza encima del agua y uno ya comienza a soñar. Si el dios Eolo tiene un mal día y está más bravo que de costumbre, siempre nos quedará la alternativa de entrar en su coqueta sala, en la cual, la decoración, podemos decir que está bastante cuidada.









Digamos que la cena fue bastante frugal, pero, sin duda, de calidad. Todo a base de pescado, considerando en el lugar el que nos encontrábamos. Para comenzar un suculento tartar de atún. Como bien saben, un servidor es muy crítico con este plato, puesto que lo demando en muchas ocasiones, y siempre tengo el miedo a que no cumpla con mis expectativas. Esta vez lo hizo sobradamente. Enhorabuena.









Otra delicadeza más a la mesa: anchoas en aceite. Uno llegaba a dudar si eran del Cantábrico, dada su calidad. Finas, suaves, sin piel, sin bigotes... En definitiva, manjar con vía directa del plato a la boca.












Y, por último, el plato principal, el cual vino acompañado, cortesía de la casa, de una gran ración de ensalada. Fresca, brillante y apetitosa. Una cebolla morada, tomate y lechuga de quitar el hipo. Y eso que un servidor no es proclive a acompañamientos de ensaladas...









Desvelemos, ahora ya sí, el misterio de a quién acompañaba esta saludable ensalada. A nada más y nada menos que al pescado antoñito. No sé si a ustedes les resulta familiar, pero a mí no. Quizás con la denominación de dientón lo identifiquemos mejor. Su apariencia con unos colmillos bien visibles no es la más elegante que diríamos, pero lo compensa sobradamente su carne blanca y sabrosa.








Pues así llegamos al final. Sé que echarán de menos el dulce, pero como bien dice nuestro sabio refranero español, de grandes cenas están las sepulturas llenas. No obstante, si quieren saborear sus grandes postres, Salmarina en Playa Quemada les espera.




Última visita: 28/08/21

Avenida Marítima, 13 
35570 Yaiza Lanzarote


+34 928 173 562


viernes, 21 de enero de 2022

Mirando a las Salinas...yo saboreé

Ya ven nos hemos enamorado de Lanzarote, puesto que aquí continuamos. Hoy nos acercamos un lugar emblemático y de obligada visita: las Salinas del Janubio. Además de espectaculares, estas son las salinas más extensas de Lanzarote y aún hoy siguen activas gracias al apoyo de la UE que las declaró espacio natural protegido. Después de extasiarnos con el paisaje, decidimos que era momento de saborear ricos productos de la tierra y hete ahí, que allí mismo estaba a nuestra disposición el restaurante Mirador de las Salinas.





Desde la amplia terraza de dicho restaurante podemos divisar una playa de arena negra y las ya mencionadas maravillosas salinas. El entorno es de ensueño y ya dentro del local nos encontramos con un espacio sin grandes alardes. Dispone de un bonito comedor de estilo colonial y la sala es agradable, con bellas vistas sobre las salinas a través de sus amplios ventanales. Las mesas están bien presentadas, con buena separación entre ellas. El resto, cubertería, vajilla y cristalería, más que correcto.











Vayamos ya con la descripción de nuestro festín. Mientras disertábamos de qué saborear cortesía de la casa se nos ofreció unos mojos, rojo y verde, almogrote, que es un mojo con textura de paté, alioli y una variedad de pan exquisita. Mil gracias.













Ahora ya entrando en harina, elegimos nuestro primer entrante, que no fue otro que los pimientos del Padrón de Tinaja. Estos, para nuestra sorpresa también incluían, obsequio de la casa, unas sabrosísimas aceitunas verdes de la tierra, acompañadas de queso curado con gofio, que es una especie de harina blanca. Bravo.








Continuemos con los entrantes. A por un clásico, pero que, si funciona, es un auténtico manjar de Dioses: croquetas rellenas de langostinos y cherne. Del cherne hablaremos luego en otro apartado, por lo que nos centramos en lo principal del plato, las croquetas. Realmente espectaculares. Crujientes por fuera y muy cremosas. De las caseras, que es el mejor calificativo que se les puede atribuir.












El homenaje siguió con dos platos principales. Por un lado, una de sus especialidades, el arroz. En esta ocasión se trató de un arroz cremoso con gambas. Entre las diferentes de variedades que ofrecen, optamos por esta, dado que nos parecía algo más ligero para un menú nocturno, y la verdad es que acertamos. Presentación y sabor de categoría. Enhorabuena.












Y por último, llegamos al gran protagonista de la noche: cherne con batata y verduritas. Acompañamiento realmente bien escogido y el pescado en su punto. Por si no conocen, el cherne es un pescado muy apreciado en la isla, y le conocen como el mero de roca. Tiene ciertas similitudes, a decir verdad. Con este manjar llegamos al fin, y a diferencia de otras ocasiones, no hubo lugar a postre, puesto que las raciones fueron generosas y de calidad.







Pescados, arroces y un entorno maravilloso. Todo eso y mucho más es el Mirador de las Salinas.



Última visita: 29/08/21

Calle los Molinos, 5 Salinas de Janubio, La Hoya
35570 Yaiza


+34 928 17 30 70


martes, 11 de enero de 2022

Gastronomía con César Manrique

No sólo no abandonamos la bella isla de Lanzarote, sino que decidimos volver a cenar en la mágica Caleta de Famara. Allí visitamos El Risco, un lugar de ensueño, tanto por su gastronomía, como por su ubicación. Además de hallarse junto a la inmensa playa de Famara, las vistas al archipiélago Chinijo son inolvidables. Sin olvidar, todos los detalles relacionados con César Manrique, culminado por su magnífico mural que preside el comedor donde se elaboran multitud de joyas gastronómicas a ritmo de slow food con productos de la tierra.





Gracias a dicho ritmo, el chef Juan José Perdomo mantiene su galardón Bib Gourmand de la guía Michelin desde el 2015 y está recomendado por la guía Repsol. A ello se le une una decoración escogida con sumo cuidado. Las mesas son amplias y están bien vestidas, con manteles azules sobre blancos, no muy separadas las unas de las otras y una vajilla y copas interesantes. El azul y blanco predomina en todo momento, junto a numerosos detalles marineros, acorde a la idiosincrasia y personalidad de la isla de Lanzarote.










Es cierto que no fue una velada en la cual degustamos demasiados platos, dado que nuestros estómagos llegaban un tanto al límite. Entiéndannos, Lanzarote posee mucho y rico. Comenzamos con unos crujientes de morena con chips de batata ecológico. Ración más generosa y original para nosotros, dado que nunca habíamos tenido el placer de degustar dicho pescado. Nos gustó, pero nuevamente lo que más nos impresionó fue la finura de los chips. Insuperables.








Un entrante más, antes de llegar al plato principal: creps de marisco y boletus gratinados y vinagreta de trufa. Una vez más, ración para camionero, pero calidad a la misma altura. Mezcla de sabores realmente bien fusionados. Enhorabuena.











Y por fin, llegamos al plato principal. Al tratarse de una isla, el guion ya está escrito: exigencia de pescado en el plato. En este caso un excelente bocinegro. En Canarias es un pescado muy común y apreciado, no sobrándole motivo alguno para ello, puesto que su parecido no se aleja mucho del besugo. Magnífico punto final, pues esta vez no hubo espacio para el postre, testimonio de un trabajo bien realizado.







Espacio geográfico bellísimo, materia prima de cercanía y un trato agradable es El Risco. Anímense a comprobarlo.



Última visita: 01/09/21

Calle Montaña Clara, 30 
35558 Famara, España


928 52 85 50