martes, 18 de febrero de 2014

La fiesta del queso

Continuamos en Madrid, como ya les avancé la semana pasada. Y hoy visitamos un lugar muy, pero que muy original. Se trata del Poncelet Cheese Bar. Evidentemente, poco más hay que decir para que se vayan haciendo una idea precisa de cuál va a ser producto estrella de la mesa. No obstante, me parece que conviene que les anticipe alguna sorpresa: ¡¡Podrán degustar también pescados y carnes elaborados con el sello “Anti-queso”, para aquellos que lo prefieran sin él!! Incluso en la planta alta hay una biblioteca donde se rinde culto al queso y donde se realizan conferencias, catas y más, a cargo de expertos en la materia. Excepcional, sí señor. Todo a raíz de abrir en diciembre de 2004 la primera Tienda Poncelet, un establecimiento especializado en quesos nacionales y europeos, para continuar en 2009 con un Centro de Afinanción único en España, donde los quesos alcanzarán su grado óptimo de maduración ("La Cueva"). Ya ven, auténticos maestros queseros.




  


Estoy seguro que el más exigente entre los más exigentes degustadores de queso, encontrará en este lugar su queso perdido: ¡¡80 variedades de queso españolas y más de 240 europeas!! Ahí es nada. Y todo bajo el máximo cuidado arquitectónico. Mucho espacio luminoso, vanguardista y de relax. 2 plantas: en la inferior la cava de vinos y de queso con un diseño especial y original, para que los comensales en todo momento pueden apreciar los diferentes quesos. Y en la planta superior, como acabamos de comentar el lugar de consulta por excelencia del queso: la biblioteca con multitud de libros y revistas sobre dicho producto, en la que no faltarán charlas, conferencias, eventos, cursos sobre algo tan arraigado en nuestra cultura gastronómica. Lugar ideal, entonces, para los llamados ratones de biblioteca. Lo digo por lo de biblioteca-queso.










Dejemos el humor y los chistes fáciles y vayamos a mostrar lo que allí saboreamos. Para que vean que no todo fue queso (en mi tierra dicen: "no hagas una comida con quesu, ni sin quesu", oséase en el banquete nunca debe de faltar el queso, ni debe de ser el único alimento), comenzamos con un risotto de setas. Hombre algo de queso había, concretamente queso Sbrinz, del cual dicen que se emplea a menudo en lugar del parmesano en la cocina suiza y es el más antiguo de los quesos europeos. Buen comienzo.






Antes de continuar, les debo de comentar que se nos ofreció un servicio de mantequilla artesana normanda con un sabor muy original (¡¡Pimiento rojo con un toque picante!!). Después de este break, dos entrantes más: panzerotti de espinaca gratinado a los cuatro quesos (Munster, Morbier, Terrós y Tome Savoie). Primero les defino el panzerotti y luego los quesos. Se trata de una masa de harina de trigo mezclada con grasa de cerdo y levadura de cerveza. Se rellena con salsa de tomate natural y queso mozzarella y se fríe con grasa de cerdo. Quesos; Munster: queso a base de leche de vaca pasteurizada, cuyo origen es la región de Alsacia-Lorena. Morbier: también de vaca y francés (Franco-Condado). Terrós: queso catalán de pasta cocida de leche cabra. Tomme Savoie: queso de vaca, que se elabora en Saboya.







Y el otro entrante: una estupenda coca de zamburiñas con Mozzarella de Bufala Campana y albahaca fresca. A dicha especie de pan en esta ocasión, sabiamente, todo sea dicho, se le añadió la tan sabrosísima zamburiña gallega con, como no podía de ser otra manera, el toque del queso. No se preocupen, que es de los famosos: lo extraordinario es su origen ¡¡Leche de búfalo de agua!! ¿Increíble, verdad? Y además más sano y digestivo que la leche de vaca...






Y por fin, el momento de los quesos en sí. Como ya les he aburrido anteriormente en demasía con la descripción detallada de los diferentes quesos, olvidémonos de las distintas categorías, y hablemos del sabor. Por un lado, una estupenda selección propia de 5 quesos acompañados de frutos secos y mermelada artesana de membrillo. Es más, si quisiera indicarles de qué quesos se trataban, difícilmente podría hacerlo, dado que era tal la saturación de quesos, que uno perdía la atención.






Por otro lado, lo especial del lugar: las fondues y las raclettes. Nosotros optamos por esta última. Por si no lo saben, es una especie de fondue típica del cantón suizo de Valais que se prepara fundiendo el queso del lugar y se acompaña con patatas (sin pelar) y otros ingredientes variados ¡¡Ale, a darle a la paleta, a rascar y a disfrutar!!









Los postres fueron una excepción; dejamos el queso de lado y nos decidimos por los dulces y los digestivos ¡¡Qué mejor elemento para hacer una digestión, como el mojito!! En este caso se trataba de un mojito en sorbete con granizado de ron incluido. Buena elección. Y en cuanto al chocolate, nada que objetar: chocolate guanaja 70% con coulant de avellana. En mi modesta opinión la combinación fue acertada.






Ya ven, un auténtico homenaje al queso. Desde luego que los grandes amantes de dicho alimento tienen una visita obligada a este templo y paraíso del queso.



Última visita: 08/02/14
Ver ubicación Longitud: 3º 41,32’ 12’’ Oeste Latitud: 40º 26,17’ 49’’ Norte


José Abascal, 61 
28003 Madrid


913 99 25 50

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