martes, 11 de febrero de 2025

Cocktails y el poder de la materia prima en la bella Donostia

Hoy regresamos a la capital de la gastronomía mundial, que no es otra que la Bella Easo. Allí visitamos un restaurante de la nueva hornada que últimamente está teniendo un tirón notable: Aitana Donostia. El equipo está liderado por un grupo con conocimientos culinarios de alto empaque, siendo la cabeza visible gastronómica Jon Otxandio, el cual bebe sus encantos de la cocina mexicana, sin olvidar en ningún momento la materia prima de calidad que ofrece el territorio.






En cuanto a la ubicación, mejor imposible, dado que se encuentra muy próximo a la Catedral del Buen Pastor. Y ya dentro, lo que nos encontramos también es muy cautivante en el aspecto visual, además de tratarse de un espacio realmente amplio y moderno. Varios comedores situados en dos plantas, con una atractiva terraza. Por supuesto, hay que hablar de los cocktails, el gran valor añadido de Aitana Donostia, que invita al comensal a alargar su cita gastronómica de muy buen agrado.










Al ataque. Para comenzar con el festín, una espectacular cecina de buey Wagyu. Exquisita, gracias a lo sudada y jugosa que estaba la pieza, motivado por la infiltración de grasa que tiene de forma natural este tipo de res de origen nipón.









Más e igual de exquisito. Una sopa de pescado de las de verdad, como las que elaboraban nuestras abuelas. Se apreciaba perfectamente que el tiempo de elaboración había sido el que se exige para que obtengamos una sopa con plenitud de sabor. Si a ello añadimos que las materias primas compañeras de viaje eran de primerísima calidad, pues un merecidísimo 10.









¡¡Cuidado y atención!! Todas las alabanzas y loas son pocas. Se acerca una de las reinas de nuestra mesa: kokotxas de merluza al pil-pil. Una vez más, con una materia prima de máxima calidad y una profesionalidad y maestría en la elaboración. Conclusión: el listón continúa en máximos. Enhorabuena.










No abandonamos la mar, pero sí que cambiamos de pescado. En esta ocasión disfrutamos de un suculento rape de ración a la brasa. En línea con el resto de platos. Los ajitos y la salsa conjuntaban de la manera más armoniosa y perfecta. Bravo.










Nos toca ya el momento de la carne, que quizás fue el más delicado, no por la materia prima en sí, sino por el conjunto del plato. Se trataba de un solomillo con el punto de la carne bien captado, acompañado de unas patatas caseras muy recomendables y unos más que correctos pimientos rojos, pero... Y aquí viene el pero. El gran problema fue la salsa, que enmascaraba todo el buen hacer previo. Podríamos catalogarla de una especie de salsa barbacoa, a la que sucumbían el resto de productos. Lástima.








Recobremos la sonrisa, apoyados en los dos suculentos postres con los que nos agasajaron. Por un lado, tarta de queso horneada con frutos rojos. Muy bien. Tendría posiblemente un lugar en el top 10 de las tartas de dichas características.

 











Y por último, para acabar con este exitoso festival gastronómico: torrija brioche con helado de vainilla. Otro clásico dulce, que pocas veces decepciona, como afortunadamente, así fue en este caso. Cumplió sobradamente nuestras expectativas, de modo que abandonamos la sala con un inmejorable sabor de boca.








Aitana Donostia, el lugar donde la materia prima es la gran protagonista.




Última visita: 19/01/25





Easo 6, bajo
20006 Donostia


943 06 31 97


jueves, 6 de febrero de 2025

Fusión entre América, Asia y Europa

Pues sí, en el día de hoy visitamos un lugar en el cual su carta de presentación es una cocina mestiza, una cocina sin fronteras. Ese espacio mágico es el restaurante San Hô, que se ubica en La Caleta en Tenerife en un hotel gastronómico por excelencia, dado que allí se ubica también el magnífico Rincón de Juan Carlos. Este proyecto lo lidera uno de los mejores chefs de todas las Islas Canarias, Adrián Bosch, que ha sido capaz de obtener en tiempo récord una Estrella Michelín y un Sol Repsol para el lugar que nos ocupa.




Sólo se ofrecen dos menús. El menú Esencia y el menú San Hô, que lógicamente es un poco más amplio. Para dicha elaboración atravesamos tres continentes con paradas en Perú, Japón y Canarias, creando la fusión perfecta de los deliciosos platos. Es tanta la delicadeza y finura de todo lo que se ofrece, que no sólo se dedican en cuerpo y alma las 14 personas que trabajan en el restaurante, sino que se apoyan en 20 pescadores, agricultores, ganaderos y artesanos, que además de proveerles de las mejores materias primas, les fabrican toda la vajilla.






Comencemos ya con el festín. Nuestra apuesta, fue la más ligera, el menú Esencia. Un auténtico viaje culinario desde Canarias al mundo. Marchamos para Japón: dashi, halófilas y caldo de vinagre de arroz. Un dashi (el cual se considera, nada más y nada menos que la base del sabor umami), elaborado a partir de un caldo de pescado con verduras del litoral de la costa y un sabroso vinagre de arroz. Maravilloso.






Más sorpresas con elaboraciones realmente sesudas: escabeche, zanahoria y ostra. Una crema de zanahoria tan sutil, que se convertía, sin ningún género de dudas, en la mejor cama para tan distinguido durmiente. Enhorabuena.






Continuemos. Gamba de Buenavista, caviar, erizo y beurre blanc de jengibre. Ahí es nada. Un tributo a la labor pesquera de David (uno de los 20 magníficos anteriormente mencionados), que se gana la vida con la captura sostenible de la gamba soldado de Buenavista (Tenerife). El plato presenta sus toques más dulces con una tradicional salsa francesa beurre blanc, pero mestizada con wasabi, caviar y erizo. Un lujo para los sentidos.






A continuación, regresamos a Canarias con un producto maravilloso del Atlántico: atún patudo, tatín de cebollas asadas y shitake. Nuevamente horas de trabajo para maridar este plato. Una tarta de cebollas exquisita y un caldo de setas chinas, maravillosos. Bravo.





Momentos conmemorativos. Nuestro afamado chef ha querido llevar a la mesa y homenajear a las plantas olvidadas de Canarias: la verdolaga, utilizada en época de hambrunas como berro para ensaladas, y el ficodei glacial, con cuyos capuchones de semillas se elabora un tradicional gofio de vidrio. Ambas plantas se licuan y acompañan con unagui (anguila de agua dulce) ahumado. En la línea de los platos anteriores. Espectacular.






Llegamos al pescado. Pesca local con su pilpil y caldo de puchero tricontinental. Ejemplo claro, una vez más, de la unión de Europa, Asia y América. Se elabora un puchero tricontinental de tres días que parte de un dashi, aji peruanos y vegetales canarios, el cual sirve de base para un cherne con su pilpil, que es el pescado que se nos ofrece en esta ocasión. Bravo.







Y del pescado, a la carne. Por un lado, la cabra palmera. criadas por el cabrero Luis en La Palma (otro de nuestros héroes). Adrián aprovecha de este animal toda y cada una de sus partes: una demiglass de los huesos, los interiores para un paté, que envuelve en una royal de la falda, un aire de mantequilla y unos crujientes de las mollejas. Incréible. Jamás había tenido el placer de degustar cabra, y ahora ya estoy esperando ávido la próxima oportunidad.









Para rematar el pase de la carne, pichón "Influencias de América". Además de manejar los registros clásicos de la cocina francesa, llegamos a América. El pichón va acompañado de una bearnesa de ají panca (chile rojo peruano), un semifrío de maíz, el muslito preparado en barbacoa coreana con salsa chifera y un dumpling muy líquido con estofado de las alitas. De nuevo, aprovechamiento total de la pieza. Mis felicitaciones.











Lástima, pero llegamos ya a los postres. Desearíamos ser protagonistas permanentes de este festín, pero todo tiene su fin. Chocolate, café de "Agaete" y plátano. Canarias al poder. El chocolate lo elabora bean to bar (desde la adquisición de las habas, la misma persona, Alfredo en 'Boutique Relieve', controla todos los procesos que conlleva la fabricación de chocolate), la nube es de café de Agaete (allí se reparten los cafetales de Gran Canaria) de Patricia y la miel de plátano es del cultivo de Ángela, una de las primeras mujeres en dirigir una cooperativa en las islas. Tres proveedores. Dos de Tenerife y una de Gran Canaria. Todo impecable.





El cierre, asimismo, majestuoso. Se nos ofrece un espectacular carro de petit four basados en el chocolate, tratado de distintas maneras y emparentado con whisky, wasabi o yuzu. Entre esa variedad enorme nosotros tuvimos la controversia de elegir 5 joyas, bendito problema, a cuál mejor. Broche inmejorable.












San Hô es un viaje multicultural gastronómico que no deben perdérselo.


Última visita: 01/01/25


Web del restaurante
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Av. de la Virgen de Guadalupe, 21
38679 La Caleta, Santa Cruz de Tenerife



(+34) 922 75 79 00