miércoles, 19 de octubre de 2016

De la venta de vinos a la alta gastronomía

Sí. Hoy visitamos un lugar, que comenzó siendo un negocio que despachaba vinos a granel, para poco a poco ir cediéndole cada vez mayor protagonismo a la comida y convertirse en la actualidad en un restaurante de altura. En él conviven dos grandes; la chef, Marisa Barberán, que gracias a su buen hacer ha logrado que el restaurante del que hablamos cuente con una estrella Michelín, y el sumiller, David Pérez, el cual demuestra día a día su inmensa sapiencia acerca del vino. El restaurante misterioso no es otro que La Prensa, ubicado en la capital aragonesa.





Lamentablemente, su ubicación no está acorde con la calidad de la gastronomía. En concreto, se encuentra en el barrio San José, lejano al centro de la ciudad y tras una fachada muy vulgar. Una vez en el interior, la situación se revierte ligeramente. Dos comedores con poca capacidad, donde los colores blancos de las paredes y manteles combinan bien con las sillas negras, para otorgar una sensación de paz y sosiego al comensal. Por fin ya estamos acomodados para degustar uno de los dos menús que se ofrecían: el degustación, que es por el optamos, o el gastronómico.







El menú se dividía en cuatro apartados; la primera, a la cual denominaban el vermut, constaba de varias tapas. Para empezar una muy especial gilda de anchoa con aceite sólido. Su apariencia y sabor eran soberbios. Espectacular.













Más tapas. Bombones de crema de queso. Otro de los denominados trampantojos. Uno no sabía si estaba saboreando algo salado o dulce. El sentido de la vista engañaba al sentido del sabor. Bravo.











La siguiente tapa fue una auténtica fusión de cocinas en una mínima ración: salmón, wasabi y chili. El peligro de este plato, desde luego, se hallaba en la posibilidad de que se convirtiera en algo excesivamente picante. Para nada en absoluto. Mérito enorme en conseguir que una apuesta de este tipo no se convierta en algo difícil de ingerir.




Más tapas. Sin duda, la sorpresa de todas ellas: crema de salchicha con mostaza en el fondo. Más trampantojos. Uno tenía la sensación plena de que estaba degustando una auténtica salchicha. Increíble, pero cierto.







Sigamos con las tapas. Hojaldre relleno de foie y mango. Esta tapa es de las que pertenece al apartado de productos delicados. Todo cuidado con esmero, exquisito y sabroso. Genial.









Y antes de cambiar de capítulo, la última tapa: croquetas de gambas. Entramos en la sección de clásicos, pero con ciertas matizaciones. El rebozado era muy vanguardista, el que se estila en la actualidad: prácticamente una tempura. Y la calidad de las gambas, de antología gastronómica.





Cambio de tercio. Sección para empezar; es decir, los entrantes de toda la vida. Un buen inicio: una muy original sardina con pan, tomate y encurtidos. Un plato con un encanto visual enorme y con una combinación de sabores magnífica. Platos de los que quedan en la memoria gastronómica.





Segundo entrante; huevo y carpaccio de manitas. Una de las principales razones del éxito de un plato es la del respeto máximo por la materia prima, que se obtiene en muchas ocasiones cuando al producto se le da una cocción mínima. La Prensa ha entendido perfectamente este concepto.






Y como último entrante, arroz de plancton con su crema de hongos. Un arroz vegetal podríamos decir, de ahí su color verdoso, con un sabor insuperable. Es cierto que el arroz se presta a muchas variaciones, pero este, sin duda, es un paso más.






Vayamos con lo que ellos catalogaban como la comida en sí. Lo típico, pescado y carne; sin embargo, el primer capítulo fue más que sorprendente: esturión en escabeche. Reconozco que no había tenido el placer de saborear dicho pescado con anterioridad, salvo sus huevas, y realmente me fascinó. Junto a una espuma sutil, el resultado fue fantástico.





Y para los amantes de la carne, un pequeño homenaje gastronómico al producto símbolo de la tierra aragonesa: churrasco de ternasco. Muy suave y delicada la textura de la carne, Un buen broche.











Por último, el apartado que con tanta originalidad denominaron para terminar, el cual, evidentemente, no era otro que los postres. Coco, yogur y chocolate blanco ¡Qué mezcla tan fresca y deliciosa! Acertadísimo. Mi más sincera enhorabuena.











Pero no fue ese el único dulce, puesto que con la ingesta de los cafés, cortesía de la casa disfrutamos del lujo de degustar varios pequeños dulces: pastas de chocolate y de coco, almendrados y bombones de chocolate. Gracias.





La compaginación perfecta del vino y de la gastronomía de calidad es La Prensa.



Última visita: 15/10/16

Ver ubicación Latitud: 41° 63' 32.24" Norte Longitud: -0° 87' 45.68" Oeste

José Nebra,3
50007 Zaragoza


976 381 637

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