jueves, 13 de febrero de 2020

Notable gastronomía en un lugar señorial

Pues sí. El lugar que visitamos el día de hoy posee realmente una oferta gastronómica acorde al bellísimo entorno que le rodea. Se trata del hotel restaurante Arcos de Quejana en pleno corazón del Valle de Ayala. En uno de los 24 pueblos que componen el Ayuntamiento de Ayala/Aiara, concretamente Quejana, y a media hora de Bilbao y otra media de Vitoria/Gasteiz encontramos este lugar soñado, donde la filosofía que impera es servirse de la mejor materia prima de proximidad. Esencia pura del movimiento "Slow Food".





A continuación, un poco de historia y arquitectura, porque el emplazamiento bien lo merece. Su origen data de un palacio del siglo XVII que levantó un familiar del Canciller Ayala para un hijo bastardo, aprovechando probablemente el paraje tranquilo, verde, silencioso, que aún se mantiene. En cuanto al apartado arquitectónico, la antigua casona donde se ubica es increíble y muy cerca se sitúa el conjunto monumental más importante de la época medieval en la provincia de Álava, declarado bien cultural por el Gobierno Vasco. En el interior destaca la pequeña barra de bar en la entrada y el propio comedor, el cual es amplio, las mesas de buen tamaño y bien vestidas.







Una vez terminadas las clases magistrales de historia y arquitectura, vayamos con lo que nos ocupa, que no es otra cosa que la gastronomía. El festín estuvo compuesto por cuatro entrantes, pescado, carne, postre, y entre medias un refrescante sorbete de mandarina al Amaretto para aligerar nuestros estómagos saciados. Ahí es nada. El principio con la ensalada de bogavante, guacamole a su estilo y su vinagreta guarnecida, espectacular. Bravo.






 



Más entrantes. Mamia (cuajada) de foie, confitura artesana y caramelo de vino. Armonía y conjunción de sabores con un entrante que bien podía ser un postre. Pura magia gastronómica. Gracias, Joseba Zuazo, maestro de esta cocina, del cual aún no habíamos hablado.











Sigamos con un clásico de nuestra gastronomía, sinónimo de éxito seguro, siempre que el producto es de calidad, hecho que en Arcos de Quejana se convierte en costumbre, puesto que es el propósito final que buscan. Langostinos y gambas a la plancha, que hacen las delicias de los más pequeños y de los más adultos.








Y para finalizar con los entrantes, pasamos nuevamente de lo tradicional a lo innovador y sofisticado: terrina de pato, vegetales y manzana caramelizada sobre crema de zanahoria. A destacar sobremanera lo sabrosísimo y suculento que estaba el pato, bien maridado con la manzana, el cual es el mejor compañero de viaje de dicho ánade.








Momento de los platos principales. Primero, como es menester, el apartado del pescado: rape asado a la parrilla, refrito alimonado y canónigos. Actualmente el rape es un pescado que le ha ido cogiendo terreno a la reina de los mares, la diosa merluza, tras muchos años de brega, gracias a su carne tersa y a su evocación al marisco. Aquí cumplió su papel con creces.











Y para terminar, en la sección de carnes un plato que a más de uno sorprendería, por no ser un habitual de nuestras cartas: terrina de cochinillo deshuesado, jugo de sus manitas, garbanzos y crujiente de boniato. Tiernísimo y con una salsa deliciosa, convirtiendo el plato en una maravilla delicada y primorosa.












Finalmente, como es obvio, para los más golosos del lugar no podía faltar su dosis de azúcar, que esta vez consistió en una fantástica torrija de brioche caramelizada y su helado de vainilla al bourbon. Realmente un final de fiesta apoteósico. Si bien nuestros vientres se hallaban más que saciados, no nos pudimos resistir a semejante premio.










Si quieren desconectar del mundo en un paraíso y degustar los mejores productos de la tierra, existe un lugar como Arcos de Quejana que les está esperando. Disfrútenlo.


Última visita: 08/02/20

Ctra. Beotegui s/n 
01477 Quejana

945 399 320

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