Lo prometido en la anterior entrada es deuda. Continuamos en el restaurante Salmarina, pero modificamos el emplazamiento. Esta vez nos acercamos a una bellísima playa, concretamente Playa Honda. Al igual que su hermano mayor, dado que el establecimiento de Playa Quemada es el origen de toda esta apasionada aventura gastronómica, el lugar que nos ocupa se encuentra en primera línea del paseo marítimo con una más que agradable terraza, si bien es cierto que las sillas y las mesas que la adornan no son en absoluto lo más atractivo que se podría exigir, por lo que invita a uno a entrar en uno de los salones disponibles.
Una vez ya en el interior de uno de los dos salones, la percepción cambia. Ahora sí que las mesas están mejor vestidas, combinando mantelería blanca y verde, muy acorde con la arquitectura de la casa. A ello habría que añadir como nota de color y hecho diferencial el esfuerzo de ir decorando las distintas paredes con multitud de pinturas inspiradas en el infinito arte del gran César Manrique. Así pues, ahora queda en sus manos, si disfrutar del mar o buscar un poco de mayor comodidad y un espacio un poco más distinguido.
¿Qué les parece si nos centramos en lo que realmente les interesa? Pues allá que vamos con los manjares. Primero, un plato vanguardista: raviolis rellenos de cherne. Ejemplo claro éste del comienzo de una cocina más creativa, tras cambios de personal que se han producido en el restaurante. Espectacular la pasta y el relleno. Realmente hemos vuelto enamorados de este pescado blanco típico de la isla.
Continuemos. Queso frito. La verdad sea dicha, es un plato que en otras comunidades autónomas también abunda, caso de Extremadura, pero en Canarias está tan enraizado, que lo bordan. Cualquier queso campesino de la zona, cuya textura sea la idónea para freír, colma con creces las apetencias de cualquier comensal. Enhorabuena.
Para acompañar al plato principal, nos llegó una sorpresa de las más que buenas. Un tomate de la isla jugoso, sabroso y carnoso. Nosotros como buenos norteños, amantes de dicha fruta y con la creencia de que nuestra zona geográfica es cuna número uno de esta hortaliza, nos sorprendimos tanto de su calidad, que el camarero tuvo el detalle de obsequiarnos con un par de piezas más. Un millón de gracias por la calidad y por el obsequio.
Con todo esto llegamos al protagonista de la velada: bocanegra. Lugar de pescado, con lo que no queda otro remedio que comer bocanegra, del cual estaréis deseando que os aporte un poco más, pues seguro que al igual que en mi caso, poco o nada conocéis de dicho pez. Realmente podríamos decir que es cabracho, por cierto, una de mis debilidades, que en Canarias le conceden esa denominación por su boca negra, como no podía ser de otra manera. Y para más goce, si es posible, acompañado de las sempiternas papas arrugadas. Brillante.
Y otra vez, ya sé que quizás no sea una buena costumbre, les vuelvo a dejar sin postre. Más pronto que nunca regresarán los dulces, seguro. Es lo que les queda a ustedes por saborear cuando tengan el gusto de acercarse a Salmarina en Playa Honda. Disfruten.
Última visita: 27/08/21
35509 San Bartolomé Lanzarote
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