miércoles, 8 de junio de 2022

Miniaturas gastronómicas sobre el mar

Si les digo que hoy visitamos el lugar de nuestro país donde la gastronomía es excelencia, seguro que ya han adivinado de qué ciudad se trata. Pues sí, una vez más, nos encontramos en la Bella Easo, prestos a ser principales protagonistas de la multitud de manjares que tienen por buena costumbre ofrecer en dichos lares. Incluso el lugar ya augura aventuras apetitosas: Bokado. Y al mando de todo ello uno de los maestros de la nueva generación de cocineros, que no es otro que Mikel Santamaría. Dada que su inspiración inicial eran las tapas, las banderillas y los pintxos, es decir, la cocina en miniatura, pues de ahí partió el origen etimológico del local. No hay más misterio.


 




Su emplazamiento merece más de una línea, porque es realmente de ensueño. Caminando por el Paseo Nuevo de San Sebastián en su tramo final se encuentra esta joya arquitectónica, que se sitúa entre la plataforma del Aquarium (les recomiendo su visita) y el Monte Urgull (testigo de miles de historias inolvidables). Tras el paseo tenemos dos opciones a cuál mejor: o bien la planta baja, donde además de un amplio comedor, encontraremos una preciosa terraza, o bien la planta primera, habilitada para un elegante comedor privado.







En cuanto a lo gastronómico, cuatro platos, que hicieron las delicias de todos los comensales. Primero, una fresquísima ventresca de bonito de campaña con anchoas y espárrago blanco en ensalada. Buen inicio y con una materia prima excelsa.







A continuación, siguiendo con los entrantes, el que fue el más innovador de toda la velada: raviolis de langostino con almejas. Demostración clara de lo bien que marida la pasta con productos del mar. Sabrosísimo y con excelente presencia.






Sin romper los cánones gastronómicos más tradicionales, nos decantamos por gozar de los sabores de un pescado y de una carne. Así, comenzamos con un rape negro con refrito tradicional, a la altura de las mejores parrillas duchas en el arte de elaborar grandes pescados. Enhorabuena.






La carne fue una sorpresa, puesto que nos decantamos por un plato de caza, quizás por variar un poco, a pesar de que fuera más ajeno a nuestros gustos gastronómicos. Y de este modo, degustamos un pichón de Bresse, el cual es una cría de paloma procedente de dicho pueblo ubicado en Francia. El resultado fue maravilloso. Tanto es así, que comienza a tener un lugar dignísimo en nuestros paladares.





Finalmente, que debería ser el primero y no el último, a raíz del recuerdo gastronómico que dejó en todos y cada uno de los comensales, la torrija de pan de leche, canela y vainilla. Olviden todos sus antecedentes con dicho postre, puesto que cualquier parecido con la realidad es ficción o casualidad. Sólo basta una palabra para atreverse a calificarlo: soberbio.






Paladares que no dejan de saborear mientras navegan sobre el mar, eso es Bokado.


Última visita: 19/05/22

Web del restaurante
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Plaza Jaques Cousteau, 1
20003 Donostia-San Sebastián


  
+34 943 431 842



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