lunes, 23 de abril de 2012

Pleitesía celestial al producto

 Hoy de nuevo, queridos blogueros, nos acercamos a la bella provincia de Asturias, y en concreto, a la especial villa marinera de Gijón. Allí se halla el restaurante Vicente Crespo dirigido por el propio Vicente, el cual ha bebido de multitud de fuentes, dada su dilatada trayectoria geográfica: cacereño de nacimiento, leonés de crecimiento y gijonés de adopción. Lo cual marca en su cocina, evidentemente. Junto a él dirige la sala su mejor alumno, su propio hijo Marcos.




Les debo de reconocer que tanto la carne como el pescado se manejan con esmero. Es la ley del producto. Él es que se impone y manda, sin ningún género de dudas. Para empezar, la casa nos ofreció dos entrantes sabrosos y coloristas: por un lado la crema de setas y por otro, la ensalada de queso con frutos secos. Un más que digno comienzo. Enhorabuena, Vicente.






Luego continuamos la fiesta con un jamón de bellota, pan y tomate, simplemente espectacular ¡¡Qué corte tan sutil y que sabor!! Ciertamente, por muy lograda que estuviera la salsa de tomate, bien merecía comer el jamón sin acompañante de ningún tipo, para no esconder su sabor. Y realmente, es lo que pretende Vicente: cocina sin disfraz, a capella.






Y por fin, la hora fundamental de la comida: momento, tanto de la elección de la carne, como del pescado. Todas ellas, en mi modesta opinión, con un acierto pleno en nuestro haber. No obstante, se trata de un verdadero dilema optar por la mejor selección, puesto que el bueno de Vicente ofrece mucho y buen producto. Y lo más importante, siempre de temporada. De ahí que no tenga ni que adornar, ni que camuflar el producto.


 Entre los platos principales, mención especial, galardón de oro, premio de la crítica y todo lo que quieran y más, para el pollo de corral. En Asturias diríamos pitu de caleya, el cual iba acompañado por unos exquisitos dados de pan y champiñones. Una vez que prueben este pollo, se preguntarán que es lo que han comido hasta ahora, puesto cualquier parecido es pura ficción. Pollo más que sensacional, de veras.





 ¡¡Y qué les puedo decir del solomillo!! Se me acaban los calificativos. Su solomillo al foie creó escuela en toda Asturias. Como me decía Marcos, siempre pocas piezas de carne, en favor de la calidad. Una vez más, su filosofía se mantiene: respeto y deferencia al producto. Por cierto, las patatas medio cocidas y con piel, sublimes y unos pimientos rojos naturales deliciosos.












Por último, el pescado. Y en esa faceta, Vicente demuestra que ya es hijo adoptivo de Gijón de pleno derecho, ya que también exhibe maestría en su elaboración. Más que apetitosa la lubina salvaje a la espalda, dejando como a él le gusta, que el producto se muestre en todo su esplendor, sin tapujo alguno.










Finalmente, los postres. No todo es producto. Vicente sabe cuál es el momento en el cual se debe experimentar y lo hace con nota. Cubos de chocolate, gloriosos con un diseño de 10 y un helado de queso acompañado de fresas, sublime.



Por cierto, dos detalles finales. La bodega del restaurante es sensacional; variedad y calidad. Nosotros degustamos un Conde de San Cristóbal 2006, Ribera del Duero, que dará que hablar para bien, seguro. 












Y los buenos consejos de la casa. Siempre atentos a nuestras necesidades y gustos. Aconsejan medias raciones, debido al gran tamaño de las porciones. Desde luego que un buen gesto.









Ya saben, si visitan Asturias, el paso por este establecimiento les hará, si cabe, la estancia más placentera.


Última visita: 21/04/12
C/ Periodista Adeflor, 3 Gijón - Asturias                                                   



985 347 534


3 comentarios:

  1. Siempre nos traes lo mejor de lo mejor. Gracias a ti me entero de casas de comida estupendos. Y vaya cómo te pones!!!! Unos platos estupendos. Besinos.

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  2. Gracias por traernos estos momentos de buena comida. Gracias a ti me entero de lugares estupendos. Besinos

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    1. Unas cocinan de maravilla como tú, Labidú y otros comemos de maravilla (je, je, je). Besinos.

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