miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un cachu d'Asturies en el platu

Continuamos nuestro viaje por tierras asturianas, queridos lectores, y esta vez visitamos la ciudad enemiga por excelencia de Gijón, que como bien recordarán, fue el último lugar que saludamos gastronómicamente. Seguro que ya saben de qué noble villa se trata. Más pistas; capital del Principado. Pues sí, efectivamente, la señorial y cortés Oviedo nos acogió bella y engalanada. Por cierto, el pique es más deportivo que otra cosa ¡¡Una sin otra no podrían vivir, desde luego que no!!
 
 
 
 


En dicha ciudad rendimos pleitesía culinaria a Casa Fermín, uno de los principales restaurantes de la capital asturiana. Algunas pinceladas antes de entrar en más detalles. Fundado en los años 20 por Fermín García, fueron después su yerno Luis Gil y su mujer Ana, quienes se convirtieron en innovadores y embajadores de esta casa en el resto de España. En su día tuvo una estrella Michelín, que quizás le cueste muy mucho recuperar. No es por ser pájaro de mal agüero, pero... Admito que la comida es de calidad y con toques de modernidad, sin embargo, el local no transmite ese calor que ofrecen los grandes de la gastronomía. Decoración más que casposa y sin lugar a dudas, falta esa madera y piedra, que le de un toque especial, el cual le haga estar a la altura de sus viandas ¡¡Son tan importantes la arquitectura, ornamentos y decoración!!







En el apartado principal, el de las exquisiteces gastronómicas, que es además el que realmente nos ocupa, no nos fallaron. Muy acertado el aperitivo, y si el día es frío, más aun, si cabe. Entiendo que dicho tentempié varía en función de la estación meteorológica, y sobre todo, de la climatología reinante. Si es así, como lo imagino, enhorabuena ¿Y de qué joya estamos hablando? De una crema de berza, con patata y compango, que a uno le creaba la grata y sorprendente sensación de degustar multitud de platos en uno: crema, berza, ¡¡Incluso un plato de fabada!! Nuevamente, felicitaciones.



En esta ocasión optamos por dos entrantes, antes de encarar con la máxima ilusión los platos principales. En primer lugar, un auténtico festival visual: el espectacular taco de salmón con salsa de yogurt y aceite de vainilla. Fiel exponente de la cocina asiática. Seguro que el responsable de cocina o algún miembro del equipo han visitado en más de una ocasión esos lares ¡¡Este plato enamoraría a innumerables visitantes del imperio del sol naciente!! Simplemente eso merece un sobresaliente.





Un entrante más. Pulpo con crema de patata, aire de pimienta y aceite de perejil. Unas objeciones en lo que respecta al pulpo; al estar braseado, perdía la potencia y plenitud del sabor, que puede presentar un clásico pulpo a la feira gallego. Nos inclinamos por esta seguna modalidad. En cuanto a la crema, pura innovación. Una textura mágica, la cual casi parecía hacerse desaparecer antes de llegar a nuestras papilas gustativas.






Y con el orden lógico de las cosas, y en este caso concreto, de los manjares y platos, llegamos, evidentemente, al pescado. Salmonete de roca con arroz cremoso. Espectacular y suculento. En esta tierra de mar bravo, si tienen la oportunidad de degustar un pescado fresco, el salmonete es delicadeza de obligada degustación. Salmonete sabroso, exquisito y fresco, con un arroz que no le iba a la zaga. Dominio pleno. Bravo.






De la carne asturiana poco hay que decir. Basta con ver los pastos verdes de esta bella tierra llenos de dichos rumiantes para sospechar positivamente que el género será de primera. Y en Casa Fermín, como no podía ser una excepción, la carne cumplió holgadamente nuestras expectativas. Degustamos un solomillo al foie con patatas y salsa de manzana, que estaba en el punto que marcan los grandes chefs. Perfecto.






Finalmente, los postres, por supuesto de la tierra. Son tan sagaces que indudablemente ya saben con qué dulce iniciamos la aventura del confite. Pues, claro, con la joya de la corona del Principado; el arroz con leche requemado. Es indiscutible que Asturias es la región por antonomasia de este manjar. Único problema: una vez probado, ya sólo querrán degustar el arroz con leche de esta comarca. Tendrán que seguir visitando Asturias...







Otro postre típico de la tierra, con el añadido de que este únicamente lo encontrarán en el reino de Don Pelayo. Casadielles Fermín. Antes que nada, les cuento de qué se trata. Es una especie de empanadilla elaborada con una masa de aromatizada con anís en general, a la que se rellena de nueces y/o avellanas, azúcar y posteriormente se fríe. Al servir se espolvorea su superficie de azúcar. En definitiva, un manjar para los más golosos. Y las de Casa Fermín, casadielles con masa para recordar. Fina, fina...




Cuando ya creíamos que se había dado por finiquitado el momento más dulce de la jornada, la casa tuvo el detalle de sorprendernos con unas rocas de chocolate y trufas primorosas. Es obvio que el apartado de dulces tiene gran importancia para este más que interesante restaurante. Nada que objetar para un gran llambión, como un servidor. Al contrario.






En definitiva, en la sorprendente Uvieu existen muchas cosas que visitar, y una de ellas es Casa Fermín. No se arrepentirán. Palabra.


Última visita: 02/11/12
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Calle de San Francisco 8, 33003,
Oviedo, Asturias

985 21 64 52

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