martes, 8 de enero de 2013

Tradición y sencillez

Ya estamos de vuelta de vacaciones. No sé si me han echado mucho de menos; yo desde luego que sí. Y dado que el paréntesis ha sido considerable, en el día de hoy voy a tratar de compensarles en cierta medida. La ciudad escogida ya es un premio: la Bella Easo. Donosti de por sí es preciosa, acogedora y abierta. Además, su gastronomía es una garantía de éxito. Por tanto, mejor entrada del nuevo año imposible, ¿o no? Ahora a por el restaurante...






El lugar que van a conocer es un sitio tradicional, sencillo, con comida de toda la vida, donde tanto la carne como el pescado son manjares bien elaborados. Esa joya es el Aldanondo. Son brillantes seguidores de la cocina tradicional vasca, y eso amigos, es mucho decir... Eso sí, existe una vianda que es el verdadero emblema de la casa: el chuletón. Ya saben qué producto deben saborear si visitan este modesto local, pero con notables ambiciones culinarias...







El banquete esta vez fue de los de órdago. Vean y comprueben. Variedad de entrantes: unos boquerones del Cantábrico, los cuales eran pura delicia, y todo porque se trataba de materia prima de primera calidad al alcance de la mano. Afortunados y dichosos nosotros...

Y la apoteosis llegó con el cardo ¿Saben qué es un plato típicamente navideño en multitud de nuestras regiones del país? Un poquito de jamón, harina en algunos casos para engordar la salsa y almendras si se le quiere dar un toque especial, y tendrán, les aseguro un señor plato. Les animo a que opten por probarlo en sus casas, porque además es realmente económico.









Y después de hacer campaña de esos cardos, olvidados sin motivo alguno por muchos, llega el momento de presentar a un primo hermano de la familia: corazones de alcachofas. Que conste en acta, que este también es un plato navideño, y dadas las fechas en las que nos encontrábamos cuando visitamos el establecimiento, pues nos inclinamos por dicha gastronomía. Cada manjar en su temporada más propicia...






Y aunque no se lo crean, aun nos queda un entrante más. Por cierto, les advierto que es otra de las joyas de la casa, por lo que apresúrense a demandarla: pimientos del piquillo caseros con sus ajos. Por cierto, ya ven que todo el material en el cual se ofrecen las distintas viandas es ciertamente rudimentario, de toda la vida, reflejo de su filosofía de amar la cocina de siempre.



No se preocupen que por fin llega la tan esperada, apreciada y sabrosa chuleta. Analicen el testimonio gráfico y juzguen ustedes mismos ¡¡Qué textura!! ¡¡Qué color!! El sabor lo anuncio yo: exquisito. Desde luego, que una gran parte del mérito es la materia prima, pero cuidado que los hay muy "habilidosos" estropeando auténticos tesoros y maravillas de la naturaleza...





Y como traca final un fresquísimo rodaballo ¡¡Qué gusto cuando uno visita restaurantes en los cuales sus cocineros dominan la ejecución tanto los productos de la tierra como del mar!! Gran pescado, pero claro el listón de la carne era difícilmente superable. No obstante, más que bien...





Finalmente, postres para dar y regalar. Todos ellos con el mismo sello: caseros. Flan, cuajada, pirámide de chocolate... Variados y ricos. Más que correctos.











Por tanto, si son amantes de la gastronomía sin complicaciones y sin estridencias, no lo duden, Aldanondo en la preciosa Donosti les está esperando.





Última visita: 01/12/12
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Calle de Euskal Herria, 6 
20003 Donostia-San Sebastián, Guipúzcoa



943 42 28 52

1 comentario:

  1. pena de la sorpresita del postre!que puede hacer correr a más de uno/a!!

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