En el día de hoy nuestra aversión al riesgo se encuentra bajo mínimos, por lo que nos disponemos a afrontar la durísima aventura de disfrutar de la gastronomía en un hotel. Ya saben mis historias de hoteles y restaurantes... Pues hoy va a cambiar un poco la cosa. Matices muy positivos. Visitamos en el bellísimo pueblo de Palamós, provincia de Girona, el más que coqueto Hotel Marina. A destacar su materia prima, homenajeando en todo momento al abundante y exquisito producto catalán.
El lugar es precioso. Desde luego, que la reciente reforma ha merecido realmente la pena. Ambos comedores y la terraza exterior presentan una arquitectura amigable y atractiva. Juegan con unos tonos verdes y blancos, donde las mesas, quizás, no estén excesivamente separadas, pero en su descargo se debe decir que los asientos-butacas tienen un tamaño superior, lo que en cierta medida limita la separación. Asimismo, la bodega a la vista es un privilegio para los ojos.
Lamentablemente, no sucedió lo mismo con el otro pescado: rape al horno con salsa de tomate y patatas. Digo salsa de tomate, porque era su ingrediente principal, enmascarando y ocultando el sabor del verdadero protagonista del plato. Experimentos extraños con condimentos que no están a la altura de una materia prima de calidad, no es de recibo.
Última visita: 25/07/24
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Av. Onze de setembre, 48

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