martes, 23 de julio de 2024

Una sidrería realmente especial

Si bien el lugar que visitamos en el día de hoy hace honor a su nombre, que no es otro que La Sidre, de modo que tenemos la posibilidad de degustar el típico menú que ofrecen estos locales, La Sidre es muy diferente. Por tanto, además de saborear una sabrosa tortilla de bacalao y un exquisito chuletón, la carta de temporada es de quitarse el sombrero. La ubicación es realmente increíble, puesto que podemos divisar todo el verdor del bosque de Armentia, el pulmón de la ciudad, a sólo 20 minutos del centro de Vitoria, a través del Balcón de la Sidre. Un auténtico lujo. Y más lujo, si cabe, si quien lo comanda, es el bueno de Kepa Bravo





Además del entorno, el propio local merece sus líneas. En concreto, se trata del característico y tradicional caserío vasco, si bien cuando uno accede a su interior aprecia con toda nitidez que lo moderno fusiona perfectamente con lo tradicional, una vez más. Ambientación e iluminación con tonos cálidos y pálidos, combinando perfectamente con la mantelería granate, las cuales cubren unas mesas con la separación idónea. Y lo más llamativo: las enormes vigas blancas de madera, que al mismo tiempo sirven como separadores entre los diferentes espacios de ambos comedores.









Antes de comenzar a degustar lo que ya habíamos planeado con anterioridad concienzudamente, el personal de La Sidre tuvo el detalle de obsequiarnos con un delicioso chorizo cocido. Desde luego, que buen modo para ir calentando motores, o mejor dicho para ir poniendo a tono nuestras papilas gustativas.






Y ya entrando en materia gastronómica propiamente dicha, el inicio fue degustando un clásico donde los haya: croquetas caseras. Lo tradicional se impone cuando la calidad se manifiesta en variedad. Opciones de croquetas de jamón, morcilla y boletus. En esta ocasión nos inclinamos por las dos primeras variedades, y con gran acierto.





Tras este preámbulo, nos lanzamos directamente a por el pescado y por la carne. En lo que se refiere al pescado, una única palabra lo podría definir perfectamente: sublime. Un rape, cuya elaboración demostró el arte que manejan estos chicos en la parrilla, amén de la inmediatez de la captura de la pieza. Todo exquisito. Su salsa, la cebolla pochada en su punto y unas patatas inolvidables (es de suponer que originarias de la tierra, donde este producto es más que religión). 




Y como buena sidrería que es, si bien con matices, como ya se ha comentado anteriormente, el chuletón no podía ni debía faltar en la mesa. Se nos informa de que la raza es vaca gallega frisona, pero lo que realmente hay que ponderar, una vez más, es el punto que alcanza la carne en la parrilla. Magos del soberano arte de esta práctica. Un millón de gracias.





Finalmente, en los postres nos jugamos un triple, pero para bien. No me malinterpreten. Triple de calidad. Primero, una deliciosa tarta de queso "made at home". Sin miedo a equivocarme, entraría entre las tartas de queso más top, que un servidor ha tenido el placer de saborear. Mis más sinceras felicitaciones.






Más postres caseros, tradicionales y de calidad. Un riquísimo flan. Cuando lo simple funciona, no hay nada que cuestionar. Si el producto en su conjunto, a pesar de su sencillez, reconforta y seduce, no hay nada más que hablar.






Como colofón de fiesta, algo típico y muy propio para la época veraniega: helado. También caseros y con la posibilidad de elección de multitud de sabores, tales como fresa, vainilla, chocolate... El ganador fue este último, y todos más que satisfechos.




¿Quieren visitar una sidrería realmente especial por muchos motivos? La Sidre es el lugar, sin duda.




Última visita: 16/07/24


Web del restaurante
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C/ Larrintzar 3 (Vitoria-Gasteiz)



945 13 15 65


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